Luego de siete meses de haber sido decomisados a los propietarios del Circo Nacional Los Muchachos, Nala y Pumba, dos leones provenientes del continente africano, pasarán al cuidado del zoológico del Parque Jaime Duque.
De la jaula oxidada de 2.2 por 1.7 metros en que los mantenían sus dueños, Pumba y Nala pasaron a un espacio de 880 metros cuadrados, en donde pueden retozar, saltar, comer y ejercitarse sin ser molestados, señala un informe entregado a los medios de comunicación por la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA).
En el centro de esta gran zona verde, el zoológico instaló varios elementos de madera, con aires de parque infantil, para que ambos se distraigan. Por ser hermanos, los turnos de esparcimiento son diferentes, para evitar un posible apareamiento. Mientras Nala duerme en la mañana en su cubículo de 33 metros cuadrados, Pumba juega con el hueso que le dan semanalmente en la zona de recreación. En la tarde, la hembra sale a revolcarse en el prado, mientras el rey de la selva silencia sus rugidos dándose una siesta.
“Al estar en un área 200 veces mayor a la jaula del circo, los animales encuentran diferentes sitios para su comodidad, su alimentación y para hacer sus necesidades. Esto se ve reflejado en un comportamiento mucho más tranquilo”, apuntó el Secretario Distrital de Ambiente. , Juan Antonio Nieto.
Además, en el zoológico los animales cuentan con personal profesional que les asegura las condiciones y tratamientos para evitar un sufrimiento mental, y unas instalaciones que reducen el estrés.
La historia de estos dos hermanos se remonta al 18 de diciembre al año pasado, cuando la SDA realizó el decomiso preventivo de los dos felinos y los trasladó al zoológico Jaime Duque, al evidenciar el estado lamentable en el que se encontraban.
Cicatrices sangrando en sus frentes, desnutrición por el escaso alimento, estrés por el encierro, pelaje opaco, cojeando y sin garras en sus patas delanteras, fueron las señales de maltrato encontradas en estos animales.
Los felinos habitaban en una jaula oxidada de 2.2 metros de largo por 1.7 de ancho, ubicada en un parqueadero de la Calle 100 con Autopista Norte. Por esta razón, el 18 de diciembre, la SDA realizó el decomiso preventivo de los dos felinos, y los trasladó al zoológico de Jaime Duque. Luego de corroborar que el par de felinos evolucionaron satisfactoriamente en cuanto a su salud, comportamiento y masa corporal en el Jaime Duque, la SDA consideró que deben continuar allí, ya que si regresan al circo su vida correría peligro.
Al propietario de los animales, Orlando Valencia Cataño, se le formularon cargos por realizar actos de crueldad y por violar los derechos de los animales, y se le dio un plazo para que suministrara pruebas que le permitiera recuperarlos.
En ese momento empezó la pelea por la custodia de los leones, que duró más de siete meses. Mientras el propietario aseguraba que no había maltratado a los animales, la SDA realizaba pruebas y análisis que demostraron lo contrario.
Cojos y con parásitos
Orlando Valencia Cataño, propietario de los animales, presentó descargos el 23 de diciembre de 2008, asegurando que ya se encontraba realizando adecuaciones al hábitat de los felinos y mantenimiento a las jaulas, y que les suministraba entre 15 y 20 libras de carne cada dos días.
A su vez declaró que la atención veterinaria se realizaba anualmente, ya que la médica de los felinos vivía en Neiva. Respecto a las garras extirpadas, Valencia acusó a los anteriores propietarios, lo cual no se pudo corroborar.
Por su parte, la SDA ordenó practicar una serie de pruebas a los animales, soportadas con exámenes de laboratorio clínico y un dictamen veterinario en donde se especificaran las condiciones actuales del par de fieras.
El primer día que ingresaron al zoológico, Pumba y Nala se dirigieron rumbo al médico veterinario.
Pumba fue anestesiado, pero debido a sus precarias condiciones metabólicas sufrió lapsos de tiempo en donde no presentó movimientos respiratorios. Por tal razón, la hembra “se salvó” de la anestesiada.
Según los exámenes coprológicos del 22 de diciembre, ambos tenían una alta presencia de parásitos intestinales. En enero de 2009, estos niveles se redujeron.
“Esto comprueba que el circo no contaba con un programa de desparasitación preventivo. Estos parásitos se transmiten vía oral, principalmente cuando están en contacto con heces contaminadas, como lo hacían en la jaula del circo”, informó el alto funcionario.
La cojera de Pumba se debía a una esquirla en su pata derecha, producto de la extirpación de las uñas. Esta lesión es irreversible, y puede generar dificultades de desplazamiento y alimento.
“Existen daños irreversibles, ya que es posible que nunca alcancen el desarrollo total esperado, producto de la alimentación deficiente que recibieron durante su cautiverio en el circo”, puntualizó Nieto Escalante.
Ya pueden procrear
Según Leonardo Arias, veterinario del Jaime Duque que ha seguido de cerca el proceso de los leones, éstos ya están preparados física y emocionalmente para procrear y extender así su legado familiar.
Nala ya tiene pareja. Se trata de Duque, el primer león del Jaime Duque. Por su parte, el zoológico de Barranquilla quiere a Pumba para que se aparee con una leona que se encuentran en celo.
“Debido a la extirpación de las garras, el par de felinos no podrán volver a la libertad, ya que son incapaces de cazar y defenderse por sus propios mecanismos”, aseguró Arias.
Sin embargo, si el proceso de reproducción da sus frutos, los cachorros de este par de hermanos podrían cumplir con el sueño de volver a territorio africano, de donde nunca debieron salir.
