Los extractos de esta fruta y de una especie de granadilla silvestre analizados por investigadores de la Universidad Nacional actuaron de manera positiva sobre células humanas y de ratones, previniendo la aparición de hipertensión inducida.
BOGOTÁ.-El análisis fitoquímico preliminar de extractos de gulupa y de granadilla silvestre permitió evidenciar la presencia de flavonoides, alcaloides y fenoles, entre otros metabolitos, de los cuales algunos han sido reportados con actividad antihipertensiva.
“Obtuvimos resultados muy buenos. Encontramos que los anillos de aorta de las ratas se relajaban hasta en un 80 % de la presión y prevenían la aparición de hipertensión”, explica Ángel Arturo Jiménez, magíster en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Nacional, según informó la Agencia de Noticias de esa institución pública.
El investigador evaluó el potencial antihipertensivo y antioxidante de extractos obtenidos de semillas de passifloras, entre ellasPassiflora vitifolia Kunth, especie de granadilla silvestre, y Passiflora edulis Sims var. Edulis, conocida en Colombia como gulupa de monte.
Por sus características nutricionales, organolépticas de sabor y aroma, la gulupa se ha utilizado en la industria alimenticia para preparar jugos, pulpas, dulces, jaleas, mermeladas y cocteles entre otros (Angulo, 2009); posee alcaloides y otros principios farmacéuticos con efectos sedantes que bajan la presión arterial y actúan como un tranquilizante.
En cuanto a la granadilla silvestre, existe poca información científica, aunque se sabe que la especie es nativa del Amazonas y que también aparece en América Central.
La Organización Mundial de la Salud considera la hipertensión arterial como la principal señal de alerta en el padecimiento de enfermedades cardiovasculares. Su prevalencia gira en un 30-45 % de la población adulta con un marcado aumento en edades avanzadas y es la responsable de cerca del 45 % de las muertes relacionadas con enfermedades del corazón y del 51 % de las muertes causadas por accidentes cerebrovasculares.
Las muestras trabajadas se obtuvieron del Jardín Botánico Alejandro von Humboldt de la Universidad del Tolima. Las semillas se escogieron, molieron y desengrasaron; luego se realizó una extracción etanólica, se secó y se evaluaron las diferentes actividades químicas.
“Evaluamos la actividad antioxidante frente a dos radicales y la actividad antihipertensiva mediante el uso de baño de órganos con arterias celuladas de rata y midiendo la presión directa en estos animales”, explica el investigador.
Para la evaluación de la actividad antihipertensiva in vivo se utilizaron ratas Wistar de 9-11 semanas de edad, las cuales se mantuvieron en condiciones controladas de temperatura y de luz, y en ayuno de 12 horas.
A estos animales se les indujo la hipertensión mediante el uso del fármaco L-Name, que inhibe la enzima óxido nítrico, para establecer el efecto vasodilatador y su posible acción.
El investigador concluye que “el fraccionamiento de los extractos y la identificación de los metabolitos secundarios presentes, mediante técnicas más robustas, permitiría identificar los compuestos encargados de la actividad antihipertensiva”.