En la Conferencia de los Océanos, que se cumplirá del 27 de junio al 1 de julio, liderada por los gobiernos de Kenia y Portugal, Colombia presentará estrategias para conservar los recursos marinos. Gobierno y organizaciones de la sociedad civil, unidos por este objetivo común.,
BOGOTÁ D.C.- El próximo 28 de junio, en el marco de una reunión mundial por los océanos, que busca crear, movilizary promover soluciones que permitan alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) antes de 2030, el saliente presidente de Colombia, Iván Duque, junto al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Correa, harán importantes anuncios que pondrán al país como uno de los líderes regionales en la conservación de los recursos marinos.
Dentro de la delegación colombiana participarán organizaciones de la sociedad civil reconocidas por su labor en la conservación de océanos y sus ecosistemas entre las cuales se destaca la Fundación Malpelo, que dirige Sandra Bessudo. “Somos una fundación sin ánimo de lucro que, desde su creación en 2000, ha apoyado al Gobierno de Colombia en la conservación del santuario de Fauna y Flora Malpelo y océanos. Con nuestros aliados hemos implementado acciones importantes en diferentes campos donde se destaca la investigación científica y el monitoreo de especies y ecosistemas, incluidos los montes submarinos y zonas costeras”, explicó.
El objetivo 14 de los ODS subraya la necesidad de conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, mares y recursos marinos del planeta. Su progreso está determinado por metas específicas que incluyen: la reducción de la contaminación marina, la protección de los ecosistemas marinos y costeros, el aumento de la inversión en conocimiento científico y tecnología marina, y el respeto de las leyes internacionales que llaman al uso seguro, entre otros. Como parte de las primeras etapas de la recientemente lanzada Década de Acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Conferencia incentivará una serie de soluciones innovadoras con base científica muy necesarias con el objetivo de iniciar un nuevo capítulo en la acción mundial para los océanos.
Las especies migratorias son particularmente vulnerables a las actividades humanas debido al poco conocimiento que tenemos sobre sus rutas migratorias y ecología. “Las Migravías son autopistas submarinas utilizadas por especies migratorias que unen ecosistemas importantes en su ciclo de vida. Es importante pensar no solo en la protección y conservación de áreas núcleo, sino también en estos espacios marinos que los unen”, apuntó el Dr. Erick Ross Salazar, director ejecutivo de MigraMar, una red internacional de científicos que trabajan en la investigación y conservación de especies marinas migratorias en la región del Pacífico Tropical Este.
Un ejemplo del impacto humano sobre las poblaciones de especies oceánicas son las tortugas marinas y los tiburones. A nivel mundial estas especies enfrentan numerosas amenazas, la mayor de estas la captura incidental en las pesquerías. Las poblaciones de tortuga baula o laúd del Océano Pacífico enfrentan la extinción a nivel local en este siglo, se cree que la población del Pacífico Este podría desaparecer dentro de 20 a 40 años a menos que se reduzca drásticamente su pesca incidental.
Durante la Conferencia de los Océanos, se discutirán temas como la multiplicación de acciones basadas en ciencia e innovación para mejorar el estado de estos ecosistemas, el liderazgo necesario para tomar y aplicar las medidas para mejorar su estado de conservación, y la cooperación internacional para que las medidas a tomar sean efectivas durante su implementación.
"Nuestra participación en la Conferencia de los Océanos nos va a permitir trabajar de cerca con tomadores de decisión y partes interesadas para promover nuestra misión de proteger las especies migratorias”, comentó George Shillinger, director de Upwell Turtles y miembro de MigraMar.
Gran parte de los océanos no han sido mapeados, observados o explorados lo cual limita nuestro conocimiento de este ecosistema tan importante y nuestra capacidad de abordar las amenazas directas que le afectan. La colaboración entre científicos, comunidades, organismos internacionales y gobiernos es vital si queremos dar marcha atrás y buscar una regeneración del principal motor de la vida sobre la Tierra.
“Queda solo una década para poder rectificar la forma en que hemos tratado el planeta y la mayor protección posible para el océano debe ser pilar fundamental de la solución, salvar lo que queda y revertir la extracción que nos ha llevado a este punto”, indicó Maximiliano Bello, miembro del directorio de MigraMar y asesor político de Mission Blue y Sylvia Earle Alliance. “Aún hay tiempo y el océano tiene una increíble capacidad de recuperación, que debemos garantizar, aún hay esperanza”, agregó Bello.
“La Fundación Malpelo con la Red MigraMar han contribuido significativamente en la información científica que ha demostrado la conectividad entre las islas oceánicas, los montes submarinos y el continente. Existen áreas de crianza, zonas de alimentación, de reproducción y limpieza. Estas especies altamente migratorias, que no conocen las fronteras políticas, muchas de las cuales están en peligro de extinción hacen parte de la biodiversidad marina del país y de la región. Cuidar esta biodiversidad y ecosistemas es fundamental para mantener una buena salud de los océanos”, precisó Bessudo.