Se trata de la cuarta liberación en esta área protegida gracias al trabajo colaborativo de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN) y la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la Universidad Nacional (UNAL), que hacen parte del Plan de Acción Interinstitucional para la Conservación del Caimán Llanero en Colombia.
PUERTO CARREÑO (Vichada).- Los sistemas lagunares del río Tomo, ubicados en el Parque Nacional Natural El Tuparro, son ahora el hogar de 14 cocodrilos adultos de agua dulce, conocidos como caimán llanero (Crocodylus intermedius), que se mantenían bajo la custodia de la Estación Biológica Roberto Franco -EBTR, de la UNAL, desde donde se ha venido trabajando de manera permanente en la recuperación y repoblamiento de esta especie que permanece en alto riesgo de extinción.
Esta cuarta liberación de caimanes llaneros en el área protegida fue posible gracias al trabajo colaborativo de PNN y la UNAL, desde su Estación de Biología Tropical Roberto Franco, que hacen parte del Plan de Acción Interinstitucional para la Conservación del Caimán Llanero en Colombia.
El proyecto cuenta con apoyo técnico y financiero de Wildlife Conservation Society Colombia, Fondo Acción y Ecopetrol - Proyecto Vida Silvestre, la Universidad de la Florida, CrocFest - Jake d'Alquens Tribute Gig & Fundraiser, TheCrocDocs, la Universidad Fordham, la Fuerza Aérea Colombiana, la Defensa Civil Colombiana y el Parque Merecure. También participan Cormacarena, la Universidad de los Llanos y la Policía Nacional de Colombia
De manera previa a la liberación se desarrollaron espacios de trabajo con las comunidades locales de la zona de influencia del sector del Tomo con el fin de conocer el tipo de interacción que pudieran tener con los caimanes, la percepción que tienen de la especie y la liberación de nuevos individuos en la zona.
Estos espacios de diálogo le permitieron al equipo del PNN El Tuparro obtener elementos para retroalimentar su estrategia de educación ambiental, incluyendo temas y acciones que permitan a la comunidad sumarse al conocimiento de la especie y el desarrollo de acciones para su conservación.
Los caimanes, que fueron transportados desde Villavicencio, donde está la sede de la Estación Roberto Franco, en un avión de la Fuerza Aérea Colombiana, llegaron a la base aérea de Marandúa y de allí, transportados al sitio de liberación.
La mayoría de los individuos cuenta con un transmisor para ser rastreados y poder obtener información que permitirá estimar, entre otras variables, su rango de movilidad, lo que permitirá conocer más el comportamiento de la especie y proponer medidas de manejo para su conservación.
Vale la pena recordar que recientemente, en la clínica de la UNAL se le practicó una tomografía a una cocodrilo que debió someterse a la eutanasia, por las graves heridas que sufrió por parte de otro de los cocodrilos que se encuentran en los estanques de la estación Roberto Franco en Villavicencio.
Desde la Universidad, la investigación en torno a estos reptiles que se encuentran el alto riesgo de extinción, se ha extendido a diversos trabajos de estudios genéticos, de la sangre y demás, con el fin de lograr la recuperación y el repoblamiento de esta especie.
Los investigadores de la UNAL esperan contar con el apoyo del Gobierno para seguir adelantando investigaciones y jornadas de liberación. Por el momento, se tiene programada otra liberación en el río Guajarro -Alto Vichada- para lo cual se han adelantado diversos acercamientos con los resguardos indígenas, con el fin de evitar que los animales sean cazados. Para este proceso, la organización internacional WCS se encuentra preparando el terreno óptimo para la liberación en dicha zona, según informó el profesor Carlos Moreno, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAL.
Mercado mortal de pieles
El cocodrilo del Orinoco, que hizo historia a lo largo de unos 600.000 kilómetros en ríos de los Llanos de Venezuela y Colombia, sufrió el más agresivo ataque por parte de los comerciantes de pieles y huevos, que especialmente entre 1930 y 1960, cazaron más de dos millones de individuos, al punto de llevarlos prácticamente a su desaparición. De hecho, es considerado por la UICN (Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza), en peligro crítico de extinción.
En la actualidad, se calcula que sobreviven aproximadamente 250 adultos, que podrían habitar en el río Cravo Norte, en Arauca, y en el Guayabero, en Guaviare. Los investigadores consideran probable que en el Meta y el Vichada también queden algunos pocos ejemplares, pero sin mayores posibilidades de repoblarse.
Hasta el momento, el equipo investigativo de la UNAL ha realizado liberaciones de cocodrilos en áreas de Puerto Gaitán y de La Macarena, en el departamento del Meta.
De igual manera, desde la Estación Roberto Franco, que dirige el profesor Mario Vargas Ramírez, han sido trasladados varios ejemplares a parques ecológicos como Los Ocarros, en Villavicencio; Piscilago, de Colsubsidio en Nariño (Cundinamarca); al parque temático Hacienda Nápoles, en Puerto Triunfo y al parque agroecológico Merecure , en Puerto López (Meta), con el fin de educar a la comunidad en torno a la importancia de conservar especies silvestres como esta, que actúa como controladora biológica frente al sobrepoblamiento de otras especies y ayuda a mantener limpios los lechos de los ríos, lo que garantiza el alimento para otras especies.