Colombia, país que registra 1.302 especies silvestres en algún grado de amenaza, cuenta con 24 planes y programas de conservación. Hoy se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, que busca generar conciencia frente a la caza, la pesca, la ampliación de la frontera agrícola y otras actividades que atentan contra la biodiversidad.
BOGOTÁ D.C.- Cuidar y proteger las diferentes especies que están en algún grado de amenaza, pidió hoy la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, en la conmemoración del Día Mundial de la Vida Silvestre.
De hecho, en Colombia, 1.302 especies están catalogadas en amenaza, 182 en peligro crítico, -es decir que se encuentran en un riesgo de extinción extremadamente alto-; 431 en peligro o riesgo muy alto; y 689 en vulnerable, en riesgo alto.
El Oso andino, que encabeza esta lista, es el único oso de Suramérica. Su principal trabajo como jardinero de los bosques es dispersar semillas y transformar el ecosistema, proteger los páramos y los bosques de niebla.
En la actualidad, actividades antrópicas como la deforestación, la ampliación de la frontera agrícola y la caza indiscriminada, lo tienen en riesgo.
El cóndor andino, otra de las 10 especies más amenazadas en el país, es el ave voladora más grande del mundo. Es víctima de la carroña envenenada, lo que representa su principal amenaza, esto ocurre cuando desempeña su labor de consumir cadáveres como proceso para retornar nutrientes al ecosistema.
El Jaguar, también en peligro, es el felino más grande de América. Actividades como cacería, fragmentación y conflictos con humanos lo tienen en situación de alta amenaza. Es una especie 'sombrilla' que, al ser conservada, garantiza la supervivencia y el hábitat de diferentes especies.
El caimán negro, incluido en la lista de las 10 especies más amenazadas en Colombia, vive un drama histórico por el tráfico ilegal y la caza para consumo y uso de subproductos medicinales y ornamentales. Su presencia en los ecosistemas es fundamental para evitar la sedimentación de lagos y ríos, y su excremento aporta nutrientes para los microorganismos.
El manatí del Caribe está igualmente en riesgo por la interacción con el ser humano, que lo asedia constantemente cazánddolo para aprovechar su carne. Algunas veces queda atrapado en mallas y en ciénagas que se secan. Conservar esta especie evita la sedimentación en los cuerpos de agua, advierte el MADS.
7. El delfín rosado, por su parte, uno de los protagonistas de nuestra Amazonía y Orinoquia, es indicador de buenas salud de los ríos y lagunas que habitan. Al consumir peces enfermos o viejos ayuda a reducir las enfermedades en otras especies. La relación con los pescadores representa una amenaza.
La rana dorada es considerada el animal más venenoso y tóxico del mundo. La destrucción de su hábitat y el aumento del tráfico ilegal amenazan su supervivencia. En el ecosistema consume grandes cantidades de insectos por lo que funciona como un controlador biológico.
La carey es una de las tortugas marinas más pequeñas del mundo. Se encuentra en riesgo por el comercio ilegal de sus caparazones y el consumo de sus huevos y carne. Mantiene el ecosistema de arrecife de coral saludable.
El Tití cabeciblanco, en el puesto 10 de especies amenazadas, se halla en peligro crítico de extinción por la deforestación y el tráfico ilegal para comercializarlo como mascota.
En cuanto a vegetación, la flor de mayo, la más representativa y abundante de las orquídeas en el país, se ve afectada por la destrucción de su hábitat, su recolección excesiva para comercializarla, la deforestación y el uso de productos agroquímicos.
¿Cómo se conservar estas especies?
Frente a este panorama, en el marco de la COP 15, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible lanzó la Alianza de Aceleración para establecer una red de apoyo entre 17 países con el objetivo de frenar la pérdida de biodiversidad, que les permita formular y conseguir recursos en planes de conservación y protección.
No obstante, el MADS ha definido diferentes lineamientos para la conservación, protección y manejo de las especies amenazadas de fauna y flora en el país, a través de cinco resoluciones con la actualización de los listados oficiales de especies amenazadas, el apoyo en la construcción de 24 libros rojos y la formulación de 24 planes y programas de conservación a nivel nacional. Los libros rojos son documentos que contienen información relacionada con la distribución de las especies y los criterios que han definido su riesgo de amenaza.
Estos datos permiten identificar prioridades y estrategias de conservación, protección de áreas clave para las especies, la generación de acuerdos de conservación y la protección de corredores biológicos.
De hecho, Colombia ha sido pionera en la región en los análisis de riesgo a la extinción, basados en los criterios internacionales establecidos por la UICN - conformada por organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil-, y en donde se ha contado con una amplia participación de la comunidad científica.
Estos análisis se han constituido en una de las herramientas más acertadas para detectar tendencias nacionales, llamar la atención sobre los procesos de amenaza que ponen en peligro a determinadas especies y proponer alternativas para su conservación.
