A pesar de que estos ecosistemas -tanto costeros como de agua dulce- albergan 40% del total de especies vegetales y animales, muchos están contaminados o degradados debido al cambio climático y al desarrollo humano.
En el Día Mundial de los Humedales, que se conmemoró el jueves dos de febrero, Naciones Unidas hizo un llamado urgente para revivir y restaurar estos ecosistemas, que cubren aproximadamente el 6% de la superficie terrestre y son vitales para la salud humana, el suministro de alimentos, el turismo y el empleo.
Y agrega que, pese a que más de mil millones de personas en todo el mundo dependen de ellos para su subsistencia, los humedales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.
Según la ONU, los humedales también desempeñan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático, pues proporcionan servicios ecosistémicos esenciales como la regulación del agua, reduciendo el impacto de las inundaciones, por ejemplo. Las turberas, un tipo particular de humedal con vegetación, almacenan el doble de carbono que los bosques.
No obstante, en los últimos 200 años, los humedales han sido drenados para dar paso a tierras de cultivo o al desarrollo de infraestructuras, según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Dependiendo del aumento del nivel del mar relacionado con los efectos del clima, entre el 20% y el 90% de los humedales costeros actuales podrían desaparecer a finales de siglo, advierte el PNUMA.
Los humedales también han sufrido una mayor pérdida de biodiversidad que otros ecosistemas terrestres y marinos.
Leticia Carvalho, encargada de la Subdivisión de Aguas Marinas y Dulces del PNUMA, instó a los gobiernos a poner fin a las políticas y subsidios que incentivan la deforestación y la degradación de los humedales, y a centrarse urgentemente en la restauración."Al mismo tiempo, debemos orientar e impulsar las inversiones para proteger los ecosistemas prioritarios, como las turberas, y animar al sector privado a comprometerse con cadenas de suministro libres de deforestación y drenaje de turberas", añadió.
Colombia, a salvar la Ciénaga Grande
En Colombia, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, anunció una inversión por USD 8 millones, provenientes del BID y del fondo GEF, para recuperar la Ciénaga Grande de Santa Marta, que forma parte el sistema de áreas protegidas Ramsar.
El plan de recuperación tiene contemplado trabajar con las comunidades y las entidades del Sistema Nacional Ambiental donde se realizará una reconversión económica, la restauración ecológica de manglares y caños y el restablecimiento de conexiones a través de los canales de la Ciénaga Grande y el cual beneficiará más de 250.000 personas de la región.
La Ciénaga Grande de Santa Marta, un ecosistema estratégico para el país y el mundo, que produce un promedio de 6.000 toneladas de pescado al año, fue declarado humedal de importancia internacional Ramsar en 1998 y Reserva de Biósfera por la Unesco en el 2000.
Este proyecto es el resultado de un trabajo articulado de las entidades del Sistema Nacional Ambiental (Invemar, Humboldt, Ideam, Parques Nacionales Naturales y Corpamag), las comunidades locales y las autoridades territoriales. “Vamos a trabajar en la reconversión económica de los pescadores, la restauración ecológica de manglares y caños, el empoderamiento de las mujeres para promover otras actividades con las comunidades que se conviertan en oportunidades para ellas como el ecoturismo. Este es uno de los complejos de humedales más importante que tenemos en el país, que ha sido afectado históricamente, y que el SINA espera mejorar de la mano de las comunidades”, aseguró la ministra
La jefe de la cartera ambiental mencionó que se ha generado una afectación significativa en la capacidad de producción pesquera del ecosistema, por lo tanto, empezar a recuperar los manglares con las comunidades, es iniciar la diversificación de la economía local y restablecer conexiones clave a través de sus canales. “Queremos que este Plan de Manejo empiece a tener una gobernanza de todos los actores de la Ciénaga Grande.
La comunidad es el centro del proyecto porque se ejecuta con y para ellos. No es un tema solo de salvar el ecosistema sino de ver cómo las comunidades lo cuidan y tienen una oportunidad económica y social de dignificar su forma de vida y su cultura”, agregó la Ministra.
De igual manera, este proyecto trabajará en dos frentes: Fortalecimiento de la gobernanza ambiental, a través de una estrategia a largo plazo con la participación de organizaciones comunitarias locales, indígenas y afrodescendientes y un piloto de cogestión de la pesca artesanal, entre otras acciones. También, se trabajará en las Áreas protegidas, conectividad ecológica y manejo eficiente del agua en el Parque Isla Salamanca y del Santuario de Flora y Fauna, bajo proceso de ordenamiento ambiental, conservación y restauración, y 20.650 áreas de manglar, bosque ribereño y bosque seco tropical priorizadas para la conectividad bajo proceso de conservación o restauración con participación comunitaria, entre otros temas.
La Ciénaga Grande de Santa Marta fue declarado humedal de importancia internacional Ramsar en 1998 y Reserva de Biósfera por la Unesco en el año 2000; cuenta, desde 1993, con 28 estaciones de monitoreo que permiten evaluar la calidad del agua; y se caracteriza por sus bosques de mangle, que albergan una rica fauna de peces, crustáceos, moluscos, mamíferos, reptiles, anfibios y aves. Los Humedales, clave para la adaptación climática La Ministra también destacó que no solo la Ciénaga Grande, sino las conexiones de todo el complejo de humedales Ramsar del país son estratégicas para la adaptación climática, tanto para fijar carbono como para proteger a las comunidades de eventos extremos.
El Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno del Cambio acoge la gestión de los 12 humedales Ramsar mediante la directriz de Ordenamiento del Territorio alrededor del Agua, la cual se materializará con la Política Nacional de Humedales.
La importancia de los humedales para el País radica en su rol para la conservación de la biodiversidad marina, costera y continental, y en la necesidad de restaurar su capacidad ecológica frente a la adaptación del cambio climático y el potencial para la mitigación de gases efecto de invernadero; así como su relación con la oferta de bienes y servicios que involucran la necesidad del adoptar políticas ambientales urgentes para la restauración y sostenibilidad de ambos humedales costeros y continentales.