Estocolmo, Agosto 25 de 2011- Según un estudio de las Naciones Unidas que ha salido a la luz hoy, invertir el 0.16 por ciento del PIB mundial en el sector hídrico podría aminorar la escasez de agua y reducir a la mitad el número de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento en un periodo inferior a cuatro años.
Actualmente, la falta de inversión en servicios hídricos, así como la extracción, el tratamiento y el reciclaje ineficientes de este tipo de recursos están haciendo más critica la carencia de agua en muchas partes del mundo, y, a la vez, agravando la situación por la demanda mundial de agua podría sobrepasar el nivel de abastecimiento en un plazo de 20 años.
En el “Informe sobre economía verde” publicado durante el congreso de la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló que la inversión en servicios de saneamiento y de agua potable, el fortalecimiento de los sistemas locales de abastecimiento hídrico, la conservación de ecosistemas decisivos en el suministro del agua y el desarrollo de políticas más efectivas pueden ayudar a evitar el elevado coste social y económico generado por un aprovisionamiento inadecuado del agua.
Camboya, Indonesia, las Filipinas y Vietnam son algunos de los países que pierden alrededor de US$9.000 millones al año, o un 2% de su PIB combinado, debido a los problemas motivados por la existencia de servicios deficientes de saneamiento, tales como enfermedades transmitidas a través del agua.
De acuerdo con el suubsecretario General de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, mejorar el acceso a servicios de saneamiento y a agua potable de mejor calidad es fundamental en una sociedad más sostenible que haga un uso más eficiente de los recursos.
Según su opinión, el “Informe sobre economía verde” pone de manifiesto que la inversión acelerada en los ecosistemas dependientes de los recursos hídricos, en infraestructura hídrica y en la gestión de estos recursos, junto con el desarrollo de políticas efectivas, pueden contribuir a garantizar la seguridad del agua y de los alimentos, mejorar la salud humana y favorecer el crecimiento económico.
Si no se consigue promover un uso más eficiente del agua, se espera que para el año 2030 la demanda de agua supere a la oferta 40%.
El “Informe sobre economía verde” destaca la expectativa de que los incrementos en la productividad del agua, así como el mayor abastecimiento (a partir de nuevos embalses y plantas desalinizadoras y de un mayor reciclaje), reduzcan esta brecha en aproximadamente un 40%, si bien el 60% restante tendrá que provenir de la inversión en infraestructura, la reforma de las políticas hídricas y el desarrollo de nuevas tecnologías.
De no llevarse a cabo esta inversión y no producirse dicha reforma política, estas crisis en el aprovisionamiento hídrico se convertirán en una práctica generalizada “aseguró el catedrático Mike Young, de la Universidad de Adelaida, autor principal del capítulo dedicado al agua en el “Informe sobre economía verde”.
Mejorar la eficiencia y la sustentabilidad del uso del agua es otro aspecto fundamental para poder satisfacer la creciente demanda de agua en escala mundial.
La previsión es que a medida que los países gocen de una mejor situación económica y aumenten su índice de población, la demanda industrial de agua irá en incremento.
En China, por ejemplo, se prevé que más de la mitad del incremento en la demanda de agua en los próximos 25 años se originará en una significativa expansión del sector industrial nacional. Si se cumple con los cánones de inversión verde descritos en el “Informe sobre economía verde”, para el 2015 podría conseguirse que el uso del agua a escala mundial se mantenga dentro de límites sostenibles.