Bogotá, Marzo 22 de 2012.- En 2025, 1,8 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua, a esta cifra es necesario sumarle las estimaciones de crecimiento de la población mundial, lo que plantea un reto urgente para los gobiernos del mundo: “cómo garantizar alimentos y agua suficientes para cerca de 9.000 millones que se espera habiten el planeta en el 2050”
Al respecto, el Secretario General de la Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en su mensaje de conmemoración del Día Mundial del Agua, es enfático al declarar que con el “fin de garantizar la seguridad alimentaria e hídrica para todos se requerirá la plena participación de todos los sectores y agentes".
Será necesario transferir tecnologías hídricas apropiadas, empoderar a los pequeños productores de alimentos y conservar los servicios esenciales de los ecosistemas. Se requerirán políticas que promuevan los derechos al agua para todos, una mayor capacidad reguladora y la igualdad entre los géneros. También será esencial invertir en la infraestructura hídrica, el desarrollo rural y la ordenación de los recursos hídricos”.
Además de lo propuesto por la Naciones Unidas, para el Instituto Humboldt es necesario generar “un nuevo enfoque de gestión que asuma de manera integral el ciclo hídrico y considere adecuadamente la interdependencia existente entre la biodiversidad, los ecosistemas y el agua”.
Los colores del agua
El “agua azul”, disponible en ríos, lagos, humedales y acuíferos es utilizada para fines de riego y otros usos humanos, y es la que cobija, comúnmente, las políticas de gestión y las acciones del estado, que se han concentrado en la construcción de infraestructura para su captación y almacenamiento, a fin de garantizar su consumo por parte de la población. Sin embargo, se ha dejado de lado el “agua verde” y el “agua gris”. La primera, se precipita en forma de lluvia y es incorporada como humedad del suelo o se mantiene en la biomasa de los bosques, praderas, sabanas o, en los cultivos. El “agua gris” es agua contaminada durante los procesos de producción y para disolver su carga contaminante son necesarios grandes volúmenes de agua dulce, lo que hace de este proceso insostenible.
De manera que, según el Von Humboldt, se debe trabajar en un nuevo modelo de gestión del agua que, potencie el uso del “agua verde”, mejores los procesos de descontaminación y sobre todo garantice la conservación de la biodiversidad, ya que se ha demostrado que ésta ayuda “a reducir las concentraciones de nitrógeno en el suelo y agua, mejorando la calidad de la misma. Por consiguiente, la conservación y uso sostenible de la biodiversidad no sólo ayuda a controlar el agua disponible en un territorio sino que además, gracias a ella, se garantiza la calidad de las misma para el consumo humano, agrícola e industrial”.
Proteger los páramos
Colombia posee el 49% de los páramos del planeta, con una superficie aproximada de 1”932.987 hectáreas en el 1,7% de su territorio continental.
Además, “almacenan grandes cantidades de agua, no solo en sus pantanos, turberas, lagos y lagunas, sino en sus suelos. Luego la liberan poco a poco “ casi por goteo “ hacia arroyos, ríos, quebradas y demás cuerpos de agua, que se encuentran en las zonas de vertientes y valles más bajos.
A los páramos, subraya la institución, les debemos gran parte del agua utilizada en la producción agropecuaria e industrial, además de la empleada para consumo humano, pues surten los acueductos municipales y los de las grandes ciudades andinas de Colombia”.
Se estima que el para 2025, las actividades agrícolas, pecuarias, industriales y el consumo doméstico demandarán alrededor de 28.427 millones de metros cúbicos de agua, de manera que se hace indispensable promover acciones que conserven los páramos del país, principales reguladores y dosificadores del agua para las comunidades que están por debajo de su ubicación.
El Día Mundial del Agua fue declarada en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Desde entonces, cada año la celebración ha girado en torno a un tema y un mensaje, que buscan llamar la atención sobre la importancia de mantener y conservar la biodiversidad para garantizar los servicios de regulación, esenciales para el mantenimiento de la oferta de agua necesaria para el consumo humano y para la producción de alimentos, entre otros.
UE trabaja para mejorar acceso al agua
La Alta Representante de la Unión Europea, Catherine Ashton, por su parte, manifestó que "un agua potable segura y un sistema de saneamiento son cruciales para una vida sana y digna".
La funcionaria señaló, sin embargo, que millones de personas en todo el mundo siguen sin acceso a un agua potable de calidad y, por lo tanto, se encuentran privadas de un derecho humano básico.
"Cada día, más de 4 000 personas mueren de enfermedades derivadas de la falta de acceso al agua potable limpia, en su mayoría niños menores de cinco años. Más de 2,4 millones de personas carecen además de servicios de saneamiento adecuados".
La UE, subrayó, está trabajando intensamente para mejorar el acceso al agua potable y el saneamiento en muchos países socios. Los programas comunitarios relativos al agua y el saneamiento proporcionan casi 400 millones EUR al año a alrededor de 35 países socios, ayudando a construir la infraestructura para el consumo y los sistemas de aguas residuales, proporcionando servicios básicos de saneamiento e higiene y mejorando la gestión del agua. La UE está firmemente comprometida en la promoción de la acción internacional concertada para abordar el papel crucial del agua en el desarrollo humano y económico y la seguridad.
Agua y seguridad alimentaria
Para el 2012, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, ha enfocado la celebración en resaltar la relación entre agua y seguridad alimentaria, indispensable para garantizar nuestra supervivencia.
?Por qué es el agua la clave para la seguridad alimentaria?
Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y de nutrición que les permita llevar una vida activa y saludable.
Según estimaciones de la FAO, las personas que tienen mejor acceso al agua tienden a tener menores niveles de desnutrición. Es decir, la falta de agua puede ser una de las principales causas del hambre y desnutrición, especialmente en las zonas donde las personas dependen de la agricultura local para su alimentación y para generar ingresos.
Las alteraciones del ciclo hídrico producto del cambio climático, provocan lluvias irregulares y mayores temporadas de sequía, lo que puede acarrear escasez temporal de agua y de alimentos. Hoy, la mayoría de los países han vivido los efectos de los cambios en el ciclo hídrico; en Colombia, las últimas temporadas de lluvia han provocado inundaciones, deslizamientos y pérdidas de cultivos, incrementado el costo de los alimentos y aumentado las condiciones de inseguridad alimentaria de las poblaciones rurales del país.