BOGOTÁ, mayo 14 de 2014.- El bosque nativo, que cubría 56,5% del territorio nacional en 1990, se redujo es 5,1% en 10 años, según datos presentados en el V Informe Nacional de biodiversidad de Colombia ante el Convenio de Biodiversidad Biológica, elaborado por el PNUD y el Ministerio de Ambiente.
El informe recuerda que la intervención y degradación del bosque genera erosión, sedimentación, inundaciones y derrumbes que afectan la estructura vial, la producción agrícola y la calidad de vida. Entre los SE generados por los bosques están el albergue a la BD, la formación de suelos, retención de humedad, producción de bio- masa y la fijación de C02.
El informe, dado a conocer oficialmente este martes 13 de mayo en Bogotá, destaca que la transformación del territorio afecta y disminuye servicios ecosistémicos, la contribucion de los ecosistemas a la regulación de los cambios de clima, que van de sequías extremas a inundaciones igualmente prolongadas, así como la estabilidad de los suelos.
La afectación a los recursos naturales llevan a las emergencias por lo que los expertos denominan extremos climáticos de 2010 y 2011, cuando se destruyó cerca de 14% de la red vial nacional, en tanto que 7% de la población colombiana resultó damnificada por las inundaciones y deslizamientos, señala el informe.
Los expertos del PNUD advirtieron además que la degradación de los bosques está asociada a la expansión de la mineraí, los cultivos ilícitos y la extracción de maderas tropicales.
De acuerdo con el análisis ambiental de País, adelantado por el Banco Mundial, la degradación ambiental genera en Colombia un costo equivalente a 3,5% del PIB.
Los investigadores del PNUD identificaron como motores que afectan la pérdida de biodiversidad del país los cambios en el uso del suelo, la disminución, pérdida o degradación de elementos de los ecosistemas nativos y agroecosistemas, las invasiones biológicas, la contaminación y toxificación del agua y, finalmente, el cambio climático.
En relación con los cambios en el uso del suelo, el informe destaca que en los últimos 50 años se ha pasado de 14,6 millones a 39 millones de hectáreas en ganaderìa, reemplazando bosque por pasturas degradadas.
Los cultivos de ilícitos y la construcción de neuvas vías, tienen incidencia directa enla deforestación.
La colonización-transformación del uso del suelo por parte de la agroindustria también destruyen la biodivrsidad, en tanto que la minería disminuye la disponibilidad de agua.
La construcción de hidroeléctricas contribuye también a la pérdida de biodiversidad, debido al cambio en el régimen hidrológico, que afecta la migración de peces e inciden en los humedales y otros ecosistemas.
La sobreexplotación de la pesca es otro de los hehos que afecta directamente la biodiversidad. De acuerdo con el informe del PNUD, la captura de peces en Colombia, que equivalía a de 83.000 toneladas en 1972, se redujo en un 75 a finales de 2010.
La urbanización se incluye como otro motor de transformación del territorio, si se tiene en cuenta que la región andina concentra 77,4% de la población.
EL SECTOR TURÍSTICO en Colombia creció a una tasa anual del 10,3% entre el 2001 y el 2011, mientras que en el mundo creció a una tasa de 3,5% en el mismo periodo (Proexport, 2012). La región cafetera es el segundo destino turístico en el país y los PNN presentan un incremento en la actividad turística de un 27% entre 2011 y 2013, el turismo de naturaleza tiene un gran potencial de crecimiento y la construcción de territorios de paz genera mayor confian- za para los visitantes extranjeros en los escenarios naturales aislados.
HABITANTES URBANOS Y SERVICIOS ECOSISTÉMICOS. El 74,3% de los habitantes del país vivía en áreas urbanas (DANE, 2006). Solo de manera re- ciente empieza a manejarse la relación de dependencia entre los SE generados en el área rural y el bienestar de los habitantes urbanos. La provisión de agua limpia, su depuración, y la regulación son los SE qué relacionan a los habitantes urbanos con la BD y tienen un importante efecto sobre los costos de suministrar agua potable a las ciudades. En el 2004, para Bogotá, el valor económico del SE generado por la conservación el PNN de Chingaza, significo un ahorro anual en el costo de potabilización de US$18.2 millones (Ruiz, J.P., 2007). Análisis similar puede y debe hacerse para los acueductos urbanos de todo el país.
ste informe toma la deforestación y degradación de los bosques cómo aproximación al cambio de la base biofísica del país. Respecto a la deforestación, en 1990el bosque cubría el 56,5% del territorio nacional continental y en el 2010 el 51,4%. Las áreas deforestadas se han transfor- mado principalmente en praderas para ganadería y en áreas agrícolas. La degradación del bosque está ligada con las intervenciones del terri- torio asociadas a la expansión de minería, los cultivos de uso ilícitos y la extracción de maderas tropicales. La tasa de deforestación ha disminui- do en años recientes, mientras aumenta la degradación de los bosques (MADS, 2013).
A las causas de la degradación local se suman a las globales y su sinergia aumenta la vulnerabilidad ecológica y económica. Según el Análisis Ambien- tal de País adelantado por el Banco Mundial (Sánchez- Triana, E. et al, 2007), la degradación ambiental genera en Colombia un costo equivalente al 3,5% del PIB y sobresalen costos asociados a degradación de SE como inundaciones, derrumbes y degradación del suelo.
Motores de pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos
GANADERÍA. En los últimos 50 años se ha pasado de 14,6 millones a 39 mi- llones de hectáreas en ganadería, reemplazando bosque por pasturas degra- dadas (World Bank, 2010). De acuerdo con PNUD (2011), en las zonas de expansión de la frontera agropecuaria, solo se conservan bosques en áreas de reserva forestal, PNN y otras áreas protegidas y en tierras comunales indí- genas y de afro-descendientes. La deforestación conlleva la degradación del suelo con pérdida de nutrientes asociada al uso ganadero. Según cálculos del Banco Mundial (2007), la degradación de suelos en Colombia, genero en el 2004, un costo o pérdida económica equivalente al 0,6% del PIB de ese año.