El Papa Francisco sorprendió al mundo con la primera encíclica ecológica de la Iglesia Católica, a rapés de la cual busca llamar la atención de la comunidad internacional que se congregará a final de año en la cumbre del clima COP 21, que tendrá lugar en París. En el extenso documento, el Papa cuestiona a las compañías explotadoras de petróleo y a los mercados financieros, en tanto que hace un llamado a los ciudadanos de esta casa común que es el planeta tierra, para que cambien su estilo de vida, de manera que el planeta no se transforme en un inmenso depósito de inmundicias.
Nuestra casa, la tierra, en la cual compartimos la existencia es como una madre bella que nos acoge entre sus brazos, pero que hoy clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable, advierte el Papa Francisco en su encíclica ecológica, difundida al mundo el pasado 18 de junio.
El Sumo Pontífice calificó como pecados que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, dejándola sin sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas, contaminando las aguas, el suelo, el aire.
Entre sus grandes inquietudes frente al estado del planeta destacó la contaminación producida por residuos, entre los cuales figuran los desechos peligrosos presentes en distintos ambientes.
En tal sentido, recordó que anualmente se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año, muchos de ellos no biodegradables: residuos domésticos y comerciales, de demolición, electrónicos e industriales, residuos altamente tóxicos y radioactivos. Advirtió, por ejemplo, que la mayor parte del papel que se produce se desperdicia y no se recicla
El Papa reiteró que el clima es un bien común, de todos y para todos. A nivel global, es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida humana. Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. (…) Es verdad que hay otros factores (como el vulcanismo, las variaciones de la órbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar), pero numerosos estudios científicos señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la actividad humana, reza la Encíclica.
Refiriéndose a los gases efecto invernadero, dijo que al concentrarse en la atmósfera, impiden que el calor de los rayos solares reflejados por la tierra se dispersen en el espacio.
El máximo jerarca de la Iglesia Católica consideró que se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los próximos años la emisión de anhídrido carbónico y de otros gases altamente contaminantes se reduza drásticamente, por ejemplo, reemplazando la utilización de combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovable.
De igual manera, llamó la atención sobre la desaparición anual de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre. La inmensa mayoría se extinguen por razones que tienen que ver con alguna acción humana, subrayó.
En su encíclica, el Papa Francisco crítica tajantemente el sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas y considera un fracaso cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos, afirmó.
Son muchos los puntos tratados por el Papa sobre el futuro incierto del planeta con el cambio climático, entre otros, que la tierra, independientemente de si se es o no creyente, es la casa de todos.