BOGOTÁ, agosto 22 de 2015. Un equipo de expertos del IDEAM, luego de un ascenso de 7 kilómetros al glaciar Ritacuba Blanco de la Sierra Nevada de El Cocuy, a cerca de 5.000msnm (metros sobre el nivel del mar), evidenció una ligera recuperación del glaciar, gracias a la precipitación de nieve que se ha presentado durante los últimos meses. No ocurre lo mismo con el glaciar Conejeras, del parque Los Nevados.
La noticia positiva de esta expedición, la tercera que se realiza durante el año, fueron los registros obtenidos, que mostraron una acumulación de nieve promedio de 80 centímetros en los últimos 5 meses. Al parecer, la influencia de la humedad proveniente de la Orinoquía, ha incidido en esta importante recuperación y ha logrado atenuar los efectos del fenómeno climático El Niño.
En este momento, la nieve del glaciar se encuentra en proceso de compactación y de formación de hielo; condición que se espera, se mantenga durante la temporada de lluvias de los próximos meses y permita que el glaciar, no se vea tan afectado para la próxima temporada seca.
Sin embargo, la situación resulta inversa para el glaciar Conejeras que hace parte del Nevado Santa Isabel, ubicado en Parque Nacional Natural los Nevados, y que el IDEAM tiene en observación desde hace algunos años.
En los mismos últimos cinco meses, el impacto del fenómeno El Niño, se ha visto reflejado en una pérdida de 2,36 metros de masa de la superficie glaciar, situación que acelera el proceso de deshielo del mismo.
A principio del año, el glaciar Santa Isabel estuvo impactado fuertemente por la combinación de dos factores, que quizás más afectan su derretimiento: la escasa cobertura de nieve que suele proteger al nevado y la acumulación de ceniza volcánica, proveniente del Volcán Nevado del Ruiz.
Estas observaciones, por parte del IDEAM, continuarán mes a mes en el glaciar Santa Isabel y cada dos meses en El Cocuy, como se ha venido realizando desde hace 10 años; con el fin de seguir dejando un registro importante de lo que pasa en estos exclusivos sistemas naturales colombianos, que estarían extintos en el transcurso de las cuatro décadas siguientes.