La unión de los pétalos de heliconia fue la inspiración natural que le dio el nombre a la línea de diseño -un paragüero, un leñero y un revistero- que se llevó el máximo Premio Artesanal Colombiano. Estos objetos, elaborados en cuero y fibra de Paja Tetera han sido los grandes protagonistas de eventos feriales como Expoartesanías 2008.
Las dueñas de estos exclusivos objetos son Ingrid y Edna Santacruz, dos hermanas ingenieras industriales de la Universidad de Manizales, oriundas del departamento de Nariño y dedicadas de tiempo completo al diseño de accesorios artesanales para decoración con los cuales incursionan en el mercado nacional de artesanías a través de su microempresa Ar-kkara, nombre tomado de kkara, que en Quechua significa cuero.
Desde su casa, en un tranquilo sector de Suba, al noroccidente de Bogotá, estas jóvenes artesanas amplían su taller, donde le dan rienda suelta a su creatividad, para sorprender a sus clientes y a jurados tan exigentes como el del Premio Traza Artesanal, quienes las declararon ganadoras de tres reconocimientos por excelencia artesanal en objetos para mesa, cocina y decoración; excelencia artesanal en tejido, entregado a Manos Creativas -el grupo de mujeres que tejió para ellas la paja que combinan con el cuero- y el Gran Premio Traza. Son todos reconocimientos que equivalen a $14 millones, para apoyar su iniciativa empresarial y que ellas pretenden aprovechar en la apertura de mercados internacionales.
Con la sencillez propia de los habitantes del sur del país y una sonrisa espontánea, Ingrid toma la vocería para hablar de su trabajo, de sus diseños y del amor por Nariño, su departamento. Fue justamente esa añoranza ?porque hace muchos años no viven allá- lo que las llevó a una aventura que incluso a ellas les parece increíble. Por correo tradicional y hasta con encomiendas llevadas por encargo, se pusieron de acuerdo con las mujeres de Manos Creativas, una microempresa artesanal de Ricaurte (Nariño), para obtener los tejidos requeridos en su obra. “Nosotros le comunicábamos telefónicamente a doña Amparo Oliva “la fundadora del Grupo Asociativo Manos Creativas- qué queríamos y ella nos enviaba a vuelta de correo las muestras. Así llegamos al diseño final para elaborar nuestros productos”.
Ingredientes naturales
Y escogieron la paja tetera, porque es una variedad que se da endémica en su departamento. Pero, además, porque se cercioraron que esta palma es protegida por la comunidad indígena Awa, que aprovechan la palma sin acabarla.
En cuanto al cuero, la materia prima que han trabajado no sólo para este diseño ganador sino para la mayoría de productos que elaboran en su microempresa, lo compran en el barrio Restrepo, al sur de Bogotá, donde existe una tradicional y conocida industria de productos de cuero, especialmente en lo que tiene qué ver con calzado y bolsos.
Tanto Ingrid como Edna desde sus primeros años de desempeño profesional se decidieron por los productos artesanales. “El diseñador trasciende el trabajo del artesano e inicia su actividad creativa conectando conocimientos, sentimientos del ser humano, interpretaciones del entorno histórica y cultural. Como resultado de este ejercicio surgen idean que se concretan en elementos tangibles”, explica Ingrid al retomar su papel y el de su hermana, como diseñadoras industriales en el escenario artesanal.
Ellas, además de estudiar Diseño en la universidad Autónoma de Manizales, han realizado cursos de formación técnica en el Oficio del Cuero en la Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo, así como otros cursos cortos en manejo del cuero y en Diseño Gráfico.
Con la seguridad y el orgullo que brinda reconocimientos como los del Premio Traza Artesanal, Ingrid y Edna aspiran a cerrar los mejores negocios en los distintos escenarios a donde llevan sus productos. El primero de ellos se dio en 2008, cuando la gerente de Artesanías de Colombia, Paola Andrea Muñoz, se convirtió en la primera clienta del paragüero, el leñero y el revistero Heliconia, su línea de diseño ganadora.