Alberto "Betto" Martínez, caricaturista de El Espectador, quien también ilustró las ediciones impresas de Revista ECOGUÍA, desde su fundación, falleció esta madrugada en Bogotá. Su legado creativo muestra su enorme sensibilidad hacia los temas ambientales y especialmente a favor de la vida del planeta.
Por: María Luzdary Ayala V.
Conocí a Betto en la redacción de El Espectador, siempre con una broma a flor de labios, siempre amoroso, alegre, amigo incondicional, creador de ilustraciones con mensajes profundos en los que se reflejaba el talento de sus trazos.
De la bella amistad cultivada en la entrañable casa editorial de los Cano, especialmente los viernes, durante las prolongadas jornadas de cierre de la edición dominical, quedó un lazo irrompible. Ese lazo lo llevó a ser el caricaturista incondicional de Revista ECOGUÍA, esta aventura editorial que iniciamos hace ya más de 20 años y para cuya Edición O, contamos con el valioso aporte de Betto, del también reconocido reportero gráfico Francisco Carranza, y de un puñado de colegas que se sumaron con sus notas a nuestro emprendimiento.
Betto, el chico de la sonrisa plena que iluminaba su característica boina negra con la que siempre irrumpía en la redacción, nos envió una caricatura sobre el calentamiento global. Y, desde entonces, nos entregaba una propuesta para cada una de las ediciones impresas que poníamos en circulación. Escasez de agua, inundaciones, contaminación visual, mascotas, fueron algunos de los tantos mensajes que plasmó en los dibujos con los cuales nos colaboró mientras circuló la edición impresa…
Su mayor acervo creativo, sin duda, reposa en las páginas del diario El Espectador, donde hasta su último día de vida, dibujó en favor de la naturaleza. Betto tenía toda la sensibilidad por los temas ambientales, tal como quedaba reflejado en sus caricaturas, que le merecieron tantos premios que lo hacían tan feliz. También lo demostró en calidad de fotógrafo de aves, otra de sus grandes pasiones. De hecho, nos acompañó como jurado -junto con Margarita Pacheco y Francisco Carranza- del concurso de fotografía ambiental que Revista ECOGUÍA promovió con la Policía Nacional, cuando el general William Salamanca se desempeñaba como director de Protección y Servicios Especiales de la Policía
Como caricaturista, obtuvo varios premios nacionales que le dieron todo el reconocimiento a sus ilustraciones sobre la paz y la política. Fueron premios como el Simón Bolívar, el Álvaro Gómez Hurtado y los otorgados por el Circulo de Periodistas de Bogotá (CPB), los cuales disfrutó al máximo junto con sus amigos, que fuimos muchos, porque como ser humano también deja un legado de amistad sincera, de abrazos francos, de solidaridad, de lindos momentos no solo con su genial, pluma sino con su armónica, fiel compañera de sus noches de bohemia
Su incansable amor por el dibujo lo llevó también a producir varios libros. Obras como Omelet de humor, Toro humor y Blues en blanco y negro.
Retomamos hoy parte de una auto semblanza que le dio al periodista Pablo Correa, para El Espectador:
“…A esa edad (15 años), ya sabía qué quería ser. Este que soy hoy en día. Suena como a un curso de autosuperación, pero no, yo siempre quise una mesa de dibujo, dibujar, que vinieran mis amigos y la bohemia. Eso fue lo que pasó. Soy un sueño cumplido...”
A su familia y demás allegados, nuestras más sinceras condolencias.
