En representación de la Estación de Biología Tropical Roberto Franco (EBTRF), Ana María Saldarriaga Gómez, ganó un premio en el Croc Festival, que realiza la Universidad de La Florida para apoyar programas de conservación de cocodrilos.
BOGOTÁ D.C.- Un estudio genético que incluyó más de 500 muestras de tejido de cocodrilos del Orinoco, para determinar cuáles de estos individuos son más aptos para un programa de repoblamiento sin afectar la diversidad genética de la especie, fue destacado en el CrocFest con el Rafael Crespo Conservation Award, que otorga la Universidad de la Florida, con sede en Fort Lauderdale.
Este premio fue creado en homenaje a un investigador que trabajó por la conservación de cocodrilos de diferentes especies, entre ellos, el American Cocodrile.
Sobre los beneficios que representa este reconocimiento, la magistra Ana María Saldarriaga le contó a Revista ECOGUIA, que es básicamente, visibilizar los esfuerzos que viene adelantando desde Villavicencio la Estación Roberto Franco, de la Universidad Nacional, para la conservación del también llamado caimán llanero, además de las grandes limitaciones para mantener el programa y hacer las liberaciones correspondientes.
En su concepto, el premio también fortalece al grupo de trabajo internacional e interdisciplinar que apoya el programa de conservación y le brinda la valiosa oportunidad de recibir entrenamiento en la Universidad de la Florida, sobre conservación y manejo de especies similares al cocodrilo del Orinoco, para luego replicar esos nuevos conocimientos en el país.
Igualmente, destaca que el galardón ofrece la posibilidad de que el trabajo que se viene realizando continúe para cumplir con el objetivo de hacer las liberaciones de ejemplares aptos para el repoblamiento de esta emblemática especie de los Llanos de Colombia y Venezuela.
El premio, creado para apoyar a jóvenes investigadores que se encuentren muy involucrados en programas de conservación de cocodrilos en el mundo, es también la oportunidad para aprovechar más las herramientas de estudio genético desarrolladas por Ana María en su tesis de grado de maestría. “Es la posibilidad de utilizar la información de mi tesis a corto plazo”, señala la investigadora.
Larga tarea de conservación
La conservación y repoblamiento del caimán llanero es una tarea que asumió desde hace más de 50 años la Universidad Nacional, desde la Estación Roberto Franco, que hoy tiene a su cargo cerca de 600 individuos, varios de los cuales han sido trasladados a otras instituciones de investigación del país y a parques ecológicos, con el fin de promover el conocimiento sobre esta especie en peligro de extinción y el interés público por recuperarla.
El estudio premiado en Fort Lauderdale, representa un referente mundial en la aplicación de herramientas genéticas con una amplia muestra de animales que se encuentran en cautiverio.
Como lo recuerda el profesor Mario Vargas, director de la Estación Roberto Franco, el cocodrilo del Orinoco sufrió un declive poblacional que lo llevó al borde de la extinción entrelos años 1930 y 1960, cuando era cazado de manera descontrolada para la venta de sus pieles y el consumo de sus huevos. Estimativos realizados indican que entre 2 y 3 millones de las pieles de estos caimanes se exportaron.
En la actualidad, en los llanos de Colombia no sobreviven más de 250 de estos individuos adultos en vida silvestre y lo poco que se sabe sobre estos es que se encontrarían en el río Cravo Norte, en Arauca, y en el Guayabero, en Guaviare.
Debido a este desolador panorama, en 1998, el Ministerio de Medio Ambiente, el Instituto de Investigación Alexander von Humboldt (IAvH) y la UNAL formularon en 1998 el Programa Nacional para la conservación del Cocodrilo del Orinoco (Procaimán), que fue actualizado en 2002. En el marco de esta iniciativa, hace algunos años fueron liberados varios ejemplares en Puerto Gaitán y La Macarena, en el Meta, aunque no se tiene seguridad sobre los resultados obtenidos, en gran parte por la falta del componente genético, explica el profesor Vargas.
Y agrega que con base en el estudio realizado por Ana María, se evidencia que la estación Roberto Franco tiene un potencial altísimo para la conservación del caimán llanero, pues los cocodrilos vivos mantienen gran parte de la diversidad de los individuos fundadores y una baja endogamia, que consiste en el cruzamiento de individuos relacionados, como por ejemplo, hermanos o primos.
Esta especie es controladora biológica del sobrepoblamiento de otras especies y también contribuye a mantener limpios los lechos de los ríos, garantizando la manutención de otras especies.
En su estudio, la investigadora premiada recomienda para el repoblamiento de cocodrilos los ríos Bita y el Tomo, que se encuentran en el departamento del Vichada, dentro de áreas protegidas -como el parque natural nacional El Tuparro- y con muy poca presencia humana.
El director de la estación Roberto Franco felicitó a la investigadora y destacó su valioso aporte a la investigación genética de esta especie.