Dos ejemplares que fueron entregados de manera voluntaria a la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena- en edad neonatal se recuperan de manera satisfactoria en diferentes ambientes.
NEIVA.- Dos casos exitosos en crianza de nutrias de río (Lontra longicaudis) que llegaron en edad neonatal al Hogar de Paso de Fauna Silvestre de la Dirección Territorial Sur, ha registrado recientemente la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM.
El primer caso se registró en el año 2019, con una cría de nutria de aproximadamente un mes de vida, proveniente del municipio de Garzón, producto de una entrega voluntaria. Durante la primera atención veterinaria, el equipo médico constató que registraba baja temperatura, leve grado de deshidratación y ombligo en fase de cicatrización.
Durante más de seis meses, permaneció bajo estricto cuidado del personal veterinario y de los biólogos de la CAM, quienes a través de suplementación vitamínica oral e inyectable en los primeros días, pasando por papillas en edad más avanzada y culminando con comidas 100% naturales como peces de río y huevos, se dieron a la tarea de garantizar la vida del pequeño animal.
“Tuvimos que enseñarle a nadar. Mediante baños intermitentes con secado-calefacción y estimulación de esfínteres, a través de la adaptación de una cama con cobija térmica y agua a voluntad, la cría aprendió lo que, en su hábitat natural, le hubiese enseñado su mamá”, explicó Nancy Ramírez, médica veterinaria de la CAM.
Una vez la nutria tuvo la edad suficiente, fue enviada con destino de reubicación hasta el zoológico Santacruz en Cundinamarca, debido a que por la temprana edad en la que fue recibida por la CAM, su alto nivel de impronta no le permitió regresar a un estado silvestre.
Llegó deshidratada
El segundo caso de nutria también corresponde a una entrega voluntaria realizada el pasado mes de febrero de 2020 en el municipio de Pitalito por un campesino del corregimiento La Laguna, quien encontró a una pequeña cría en aproximaciones a un incendio forestal.
Pese a que algunos transeúntes le ofrecieron dinero por el espécimen, el hombre decidió entregarla a la Dirección Territorial Sur, donde actualmente permanece bajo el cuidado de los especialistas. “Esta nutria de río tenía cerca de dos meses de nacida; el primer dictamen veterinario fue el de presentar tensión ocular anormal por posible deshidratación, mucosas secas y turgencia de piel con elasticidad levemente disminuida, condiciones asociadas al tiempo que estuvo cerca de las altas temperaturas”, narró la veterinaria de la CAM.
En cuanto a la dieta, también se usaron lactoreemplazadores, papillas de pescado fresco cada cuatro horas tanto en el día como en la noche. Actualmente, se alimenta con pescado y huevos. Aprendió a nadar con la técnica de baños intermitentes con secado-calefacción y estimulación de esfínteres.
Por ahora, ya se encuentra en etapa juvenil, permanece bajo el cuidado de la CAM en la finca Marengo, donde se le ha construido un escenario adecuado para sus necesidades. Al igual que la primera nutria, no volverá a un hábitat natural, su destino será un sitio de reubicación.
Amenazas para la especie
La también conocida como nutria neotropical, está catalogada bajo categoría vulnerable (Vu) de extinción para Colombia de acuerdo a Lista roja de especies amenazada de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Pese a que tiene una amplia distribución en el país, existe muy poca documentación e investigación en la misma, por lo que la UICN la cataloga como “una especie insuficientemente conocida”.
Las principales amenazas de la especie radican en la caza y el tráfico ilegal, al ser una especie carismática que es usada como mascota, lo que ha ocasionado la disminución en cauces de ríos y quebradas.
Para el caso del Huila, la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM, por medio del Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica-POMCA del río Guarapas en los municipios de Palestina y Pitalito, la contempla como una especie objeto de conservación, por lo cual se realizan en la zona acciones conjuntas de protección y educación ambiental entre las entidades del orden público y privado que permitan garantizar la pervivencia de la Lontra langicaudis en su hábitat natural.