Este 3 de marzo, cuando se celebra el Día Internacional de los Felinos, Parques Nacionales Naturales (PNN) presenta las seis diferentes especies que habitan territorio colombiano y hace un llamado para su conservación.
BOGOTÁ.- A pesar de la fragmentación de los hábitats y de los pocos corredores biológicos seguros que les permiten moverse por el territorio, las seis especies de felinos que habitan en el territorio colombiano -jaguar, puma, jaguarundí, ocelote, margay y oncilla- dan la pelea por defender su espacio natural, a veces fragmentado por la expansión agrícola, por la deforestación, por la ganadería extensiva.
Parques Nacionales Naturales se constituyen en el resguardo para que los felinos en Colombia, tengan una oportunidad de sobrevivencia, señala un informe de la entidad, a través del cual enseña sobre las especies de felinos presentes en nuestro territorio.
Los felinos, en todo el mundo, enfrentan numerosas amenazas, en su mayoría debido a las actividades humanas. Sus poblaciones se encuentran en declive a un ritmo alarmante por la pérdida de su hábitat, escasez de presas, conflictos con humanos, caza furtiva y comercio ilegal.
Por ejemplo, las poblaciones de tigres disminuyeron en un 95% en los últimos 100 años y las poblaciones de leones africanos se han reducido en un 40% en tan sólo 20 años, señala PNN.
António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, considera que “la solución para salvar a los grandes felinos y otras especies amenazadas y en peligro es la política de conservación basada en la ciencia sólida y el estado de derecho. También debe dar una consideración completa a las necesidades de la población local. Cuando las comunidades y economías locales se benefician de la conservación de la vida silvestre, las estrategias tienen muchas más probabilidades de tener éxito. Los grandes felinos son especies clave. Protegerlos también protege los vastos paisajes que habitan y la gran variedad de vida que albergan. Es una puerta de entrada para proteger ecosistemas completos que son cruciales para la salud de nuestro planeta”.
Un llamado a la atención y a la acción
Los grandes felinos se encuentran en África, Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, lo que representa prácticamente una distribución mundial. Su poderosa y bella apariencia los ha hecho desde imagen de logotipos para automóviles y clubes deportivos, como especie ideal para la educación ambiental al al ser uno de los peluches más buscados por los niños en los zoológicos del mundo. Pero el lugar de los grandes felinos no está ex situ en zoológicos, sino en las extensiones de territorio que les corresponde por derecho natural.
Como lo expresa el Secretario General de la CITES, John E. Scanlon: “A lo largo del último siglo hemos estado perdiendo grandes felinos, los predadores más majestuosos del planeta, a un ritmo alarmante. El Día Mundial de la Vida Silvestre de 2018 nos ofrece la oportunidad de sensibilizar acerca de su grave situación y galvanizar el apoyo de las muchas acciones globales y nacionales en curso para salvar estas especies emblemáticas.
Son 37 especies las que componen el grupo de los felinos, los cuales dependen de una dieta exclusivamente carnívora. La necesidad de acechar, capturar y consumir a sus presas se refleja en las características de su cuerpo: corpulencia, sistema esquelético y muscular flexible, garras retráctiles en su mayoría, lengua callosa (para quitar el pelo a la presa), visión binocular y adaptada a la oscuridad, almohadillas plantares que les dejan avanzar sin hacer ruido, olfato complementado por el órgano vomeronasal que les permite una mayor detección de olores, dientes que cierran como tijeras y bigotes que les permiten detectar detalles en la dirección del viento, entre otros.
Dado que la observación de felinos es un hecho fortuito, los científicos hoy día estudian a los felinos con análisis genético de heces que brinda información sobre dieta, distribución de especies de difícil registro y estado de conservación de ciertas poblaciones. Los radiotransmisores de telemetría arrojan información sobre sus áreas de movimiento, uso del hábitat y causas de mortalidad entre otros. Los videos y fotografías de las cámaras trampa han permitido diseñar protocolos para obtener estimaciones de densidad, horarios de actividad y presas disponibles en cada sitio.
Riqueza colombiana
Las amenas para nuestros felinos se suman en la pérdida de hábitat por agricultura y minería, cacería retaliativa por depredación de ganado o aves de corral, mortalidad en carreteras y tráfico ilegal de especies.
Los hábitats que debemos proteger para la conservación de los felinos son especialmente: bosques húmedos tropicales, bosques ribereños de los llanos, bosques de valles interandinos, páramos y bosques de niebla.
Las acciones de conservación necesarias contemplan: favorecer la conectividad entre los ecosistemas gracias al establecimiento de más reservas naturales o áreas protegidas que sirvan de corredores biológicos, mejores prácticas agropecuarias, manejo antipredatorio de aves de corral y zonificación adecuada de la minería.
Estas son las especies que habitan zonas del país:
Jaguar Panthera onca: categoría de amenaza global UICN: NT (Casi amenazado) Es el felino más grande de América. Su piel amarilla con rosetas y puntos negros, presenta en ocasiones variaciones melánicas, individuos de color negro o café oscuro, llamados comúnmente pantera negra.
Algunas de las áreas protegidas donde habita: Amacayacu, Tayrona, Catatumbo Barí, Paramillo, Utría, Katíos, Punawai, Nukak, La Paya, Cahuinarí, El Tuparro, Serranía de Chibiriquete, SF Plantas Medicinales Orito Inge Ande, Los Katíos, Yaigojé – Apaporis, Las Orquídeas y Tatamá. Registros históricos del 2010 al 2012 señalan su presencia en 24 áreas protegidas.
Puma Puma concolor: categoría de amenaza global UICN: NT (Casi amenazado) De un solo color (tonos habanos, cafés, rojizos y gris) con la punta de cola negra, es el segundo felino más grande de Colombia. Ha sido representado por la cerámica de culturas precolombinas.
Algunas de las áreas protegidas donde habita: Cahuinarí, El Tuparro, Serranía de los Churumbelos Auka – Wasi, Puracé, Yaigojé – Apaporis, Las Hermosas, Sumapaz, Chingaza, Los Nevados, Pisba, El Cocuy, Tamá, Las Orquídeas, Tatamá, Selva de Florencia, Serranía de los Yariguies y Doña Juana Cascabel. Registros históricos del 2010 al 2012 señalan su presencia en 36 de nuestras áreas protegidas.
• Ocelote Leopardus pardalis: categoría de amenaza global UICN: NT (Casi amenazado) De hábitos solitarios y principalmente nocturnos, es el felino más comúnmente mantenido ilegalmente en cautiverio como mascota.
Algunas de las áreas protegidas donde habita: Chingaza, Tinigua, Puré, Amacayacu, Cahuinarí, Serranía de Chibiriquete, Alto Fragua Indi Wasi, Munchique, Corchal, Selva de Florencia, Tayrona, Serranía de Macuira, Yaigojé – Apaporis y El Cocuy. Registros históricos del 2010 al 2012 señalan su presencia en 37 de nuestras áreas protegidas.
Yaguarundi Puma yaguaroundi: categoría de amenaza global UICN: NE (No evaluado). Su apariencia es la menos gatuna de los felinos colombianos, pareciéndose a veces más un perro. Al igual que el puma, posee un pelaje sin manchas. Su actividad es predominantemente diurna
Algunas de las áreas protegidas donde habita: Cahuinarí, Nevados, Selva de Florencia, Munchique, Katíos, Alto Fragua Indi Wasi, Punawai, Nukak, Serranía de Chiribiquete y Serranía de la Macarena. Registros históricos del 2010 al 2012 señalan su presencia en 20 de nuestras áreas protegidas.
Margay Leopardus wiedii: categoría de amenaza global UICN: NT (Casi amenazado). Hace parte del gremio de los llamados tigrillos y se reconoce por su larga cola que toca el suelo haciendo curva hacia arriba. Su piel surtió los mercados de la moda de pieles en Norteamérica y Europa en la década de los 60 y 70. Hoy día es también uno de los felinos más comúnmente tenido ilegalmente en cautiverio como mascota.
Algunas de las áreas protegidas donde habita: Cahuinarí, Serranía de Chibiriquete, Tayrona, Punawai, Nukak, Orito, La Paya, Tuparro, Chingaza, Río Puré y Amacayacu. Registros históricos del 2010 al 2012 señalan su presencia en 18 de nuestras áreas protegidas.
Oncilla Leopardus tigrinus: categoría de amenaza global UICN: VU (Vulnerable). Es el felino más pequeño de Colombia y el más amenazado debido a su limitada distribución en páramos y bosques de niebla, hábitat a su vez en peligro por prácticas de explotación humana.
Algunas de las áreas protegidas donde habita: Los Nevados, Cueva de los Guácharos, Otún Quimbaya, Munchique, Paramillo, Pisba, El Cocuy, Chingaza, La Macarena, La Paya y Alto Fragua Indi Wasi.