Desde la perspectiva de los consumidores, vale la pena preguntarse si están lo suficientemente enterados y cuentan con el conocimiento, a partir de fuentes confiables, sobre el impacto ambiental de sus actividades diarias, los productos que consumen y qué conciencia tienen frente a la contaminación que podrían evitar. (Por Ingrid Vela Vega*)
Las imágenes de las 1.557 toneladas de basura y los 6.000 metros cúbicos de sedimentos siendo retirados de arroyos y caños de Barranquilla aún hoy escandalizan a la opinión pública y son motivo de acaloradas discusiones, duros cuestionamientos y la urgente necesidad de encontrar un culpable. Una vez más, vale la pena preguntarse si el estupor y las confrontaciones son suficientes para generar un cambio.
Y es que la problemática no da tregua, puesto que, según la Unidad Administrativa de Servicios Públicos (UAESP), el 78% de los hogares en Colombia no recicla, ni separa los residuos adecuadamente]. Asimismo, el 85% de los residuos son enterrados en rellenos sanitarios o botaderos y solo 15% es aprovechado. Algo que pocos conocen es que los rellenos sanitarios aportan alrededor del 8% de las emisiones de gases efecto invernadero en el proceso de descomposición o degradación de los residuos orgánicos y biodegradables
El 22 de abril, se celebró el Día Internacional de la Tierra, y, desde yá, la sociedad se prepara para retomar la discusión sobre la sostenibilidad ambiental a nivel global, regional y nacional. Algunos sectores, motivados por una profunda reflexión, reforzarán el llamado a hacer cambios de hábitos y participarán activamente de jornadas en favor de alguna causa, otros, por primera vez, darán el paso y establecerán alianzas para promover la sostenibilidad.
Finalmente, y como es costumbre, una gran mayoría, descargará su frustración, inconformidad y desconocimiento a través de una actividad explosiva en las redes sociales, replicando juicios de valor, información falsa y manteniendo una actitud de exigencia desde la comodidad de sus casas. “Como dice el dicho, la caridad comienza en casa y, en lugar de andar adoctrinando, pontificando y fiscalizando desde el teclado, cada persona debe encargarse de gestionar bien su basura”, afirmó Santiago Moure, actor y presentador.
Más allá de todo esto, surge una duda ¿cómo hacer las cosas bien? Desde la perspectiva de los consumidores, vale la pena iniciar la reflexión preguntándose si están lo suficientemente enterados y cuentan con el conocimiento, a partir de fuentes confiables, sobre cuál es el impacto ambiental de sus actividades diarias, los productos que consumen y su nivel de conciencia frente a la contaminación que podrían evitar.
(*) Ejecutiva de cuenta, práctica de consumo, bcw | burson cohn & wolfe