AnimaNaturis, una organización animalista, recuerda que estas aves urbanas también están pasando hambre debido a la cuarentena por la pandemia. Por ello, invita a los ciudadanos a llevarles maíz, lentejas y otros granos que les sirva de alimento durante la crisis sanitaria.
BOGOTÁ.- Palomas, gorriones y otras aves urbanas que conviven con nosotros en las ciudades basan gran parte de su alimentación, para bien o para mal, en nuestras sobras. Y ahora, a lo mejor, se han quedado desprovistas.
Con este mensaje, la organización AnimaNaturis, recuerda que ciudades como Barcelona activaron hace años un control ético de la población de palomas mediante el suministro regular de granos de maíz tratados con nicarbazina (producto veterinario que reduce la fertilidad) con el objetivo de controlar su reproducción y no tener que recurrir a las terribles empresas de exterminio de palomas.
Este alimento se administraba a través de los dispensadores automáticos situados en diversos puntos de la ciudad, y en dosis justas que permitieran un control de la población reduciendo la fertilidad, sin llegar a representar un riesgo para otras especies de aves, como gorriones, tórtolas, estorninos o mirlos, u otros, pues es completamente inocuo.
Sin embargo, debido al estado de alarma, los servicios municipales se han reducido al mínimo y según remarcan fuentes municipales, los dispensadores automáticos de los granos para palomas distribuidos por la ciudad no funcionan porque el Ayuntamiento ha excluido este servicio de la lista de servicios esenciales.
Pensando en que una situación similar está ocurriendo en otras ciudades, como Bogotá, por ejemplo, donde ni siquiera hay dispensadores porque el alimento para las palomas es uno de los tantos negocios de vendedores informales que abundan en el centro de la capital, la situación de las palomas es realmente crítica. Tanto, que hace algunos días, un periodista que pasó por allí decidió comprarles maíz y saciar un poco el hambre de estas emblemáticas aves.
Y aunque el director del Instituto de Protección y Bienetar Animal del Distrito, Nelson Javier Gómez, aseguró en los primeros días del simulacro de la cuarentena que se estaban tomando las medidas para atender esta situación, se espera que las personas que pasen por allí no se olviden de estas aves, que adornan tantas fotografías de turistas y demás visitantes a la Plaza de Bolívar.
"Las palomas o las cotorras nunca invadieron las ciudades, hemos sido sus habitantes los que, de una forma u otra, hemos propiciado que vivan entre nosotros. Y ahora las estamos abandonando a su suerte", menciona en su artículo la organización animalista.
Vivimos tiempos en los que los gestos cuentan, y desde AnimaNaturalis consideramos que aprovechar las idas al supermercado o en el paseo del perro para dejar granos y semillas en el suelo puede contribuir a añadir un poco de humanidad a esta crisis, que también pueden estar padeciendo estos animales, señala la organización al hacer un llamado solidario en favor de las palomas y otras aves urbana.
“No cuesta nada añadir al carro de la compra un paquete de arroz integral, avena, lentejas, maíz, semillas de girasol o, simplemente, comida para pájaros que venden en las tiendas de productos para animales, veterinarios o los mismos supermercados.
En cuanto a las aves que por esta época de cuarentena han salido con mayor libertad a volar y a cantar en las mañanas, se les puede poner un plato en el balcón o la terraza de la casa o apartamento, aunque suficientemente lejos de la ventana para evitar posibles choques.
La organización animalista también recuerda no dar nunca migas de pan, ni secas ni remojadas, ni alimentos procesados ni cocidos. “Generalmente los alimentos que obtienen en las ciudades las gaviotas y palomas, no suelen ser los adecuados para sus necesidades nutricionales. De hecho se cree que esta mala alimentación podría estar relacionada con la desaparición del gorrión en zonas urbanas”, recuerda.
La mayoría de aves granívoras que viven en la ciudad, como gorriones, pinzones o jilgueros, prefieren alimentarse en el suelo, pues es allí dónde encuentran de forma natural su alimento. Por ello estas aves suelen acudir mejor a alimento dispuesto simplemente sobre el césped o suelo de un jardín.