LAS CATASTROFES QUE VIENEN - Por: MAX HENRIQUEZ DAZA - Francia
Mientras que los seudo-científicos y escépticos del cambio climático se jactan de haber acabado con la supuesta “farsa del calentamiento global” , así como los antiuribistas de haber “sacado a Uribe” del gobierno, quedan dudas de una y otra cosa por las evidencias que se están presentando y las que vienen después.
El climagate fue la punta de lanza de estos atacantes solapados del cambio climático. Un acto delincuencial perpetrado por hackers, al mejor estilo de los que graban todo en Colombia para destapar ollas podridas. Lastimosamente para Copenhague esto sucedió antes de esa importante y trascendental cumbre, de la cual se esperaba todo y salió con nada.
Las evidencias muestran que el clima está y seguirá cambiando, aparte del cambio que de manera natural usualmente se presenta en la atmósfera de la Tierra. Este es un cambio diferente, acelerado, provocado por la actividad irresponsable del hombre con su planeta. Nos preocupamos de desarrollarnos sin medir las consecuencias para el clima y la vida, algo así como la decisión de la corte constitucional, antipatriótica, sesgada y acomodada, según los uribistas, que no hizo eco a la mayoría al declarar inexequible el referendo, por irregular, anulando la opción que tenía Colombia con Uribe de continuar el duro proceso de poner las cartas sobre la mesa, y no debajo de ella como quieren los que hoy disfrutan de su triunfo. Siendo imparciales, lo hecho por esta institución nacional que administra la justicia y que vela por la Constitución, es absurda, al ignorar las mayorías. “Vaya democracia!. Esa miopía de la Corte solo la historia la juzgará, dicen ellos.
En el clima siguen las evidencias también, claras, contundentes, con características extraordinarias, afectando a la mayoría de los países del mundo, sin distinción de clases sociales, razas, idiomas o capacidades de respuesta. Francia amaneció con la primera semana de marzo con una “catástrofe nacional”, provocada por la tormenta Xynthia, que ha dejado entre 50 y 100 muertos y ha dejado a la Costa Atlántica de este país europeo occidental devastada, especialmente la zona de Vendée, con más de un millón de personas sin electricidad en medio de un invierno que aún no termina.
La Meteofrance, que es lo que el IDEAM en Colombia, ha dicho que en enero y febrero son normales las tormentas, pero que la que acaba de arrasar el oeste del país ha sido de una amplitud e intensidad sorprendente y extraordinaria. Una corriente fría en la alta atmósfera se encontró con una enorme masa de aire cálido en las capas bajas, detonando el fenómeno natural, que se denomina técnicamente como un ciclón. Se formó a la altura de Marruecos sobre las aguas del Atlántico y luego de cruzar Portugal y el noroeste de España, se abatió con mayor fuerza sobre la Charente-Marítime francesa del suroeste. Los colegas franceses de La Meteo la habían previsto correctamente anunciando que venía una “bomba meteorológica”,
Las imágenes son iguales a las de New Orleans por el huracán Katrina del 2005, con diques rotos, inundación de varias ciudades que quedaron bajo las aguas del mar, ya que el viento sopló con intensidades de un huracán categoría 2 y 3 durante todo el día 1 de marzo pasado, moviendo las masas de agua del mar hacia las ciudades costeras, aumentado todo esto por la lluvia incesante. Las respuestas no se han hecho esperar, pero el desastre ya está causado, en una de las repúblicas más desarrolladas del mundo.
Cuando estos sucesos se presentan, los valentones escépticos, esos que tiran la piedra y esconden la mano, se meten debajo de sus camas muertos de miedo, pero no miedo al fenómeno natural, sino a poner la cara ante la opinión pública que pregunta si esto corresponde o no a una excepcionalidad del clima, cada vez más violento e impactante. Así mismo, los responsables de que Uribe no vaya más, serán los primeros que se irán del país, cuando las hordas chavistas y los violentos nacionales empiecen su ataque final.