Bogotá, Diciembre 20 de 2011 (Unimedios).- Un estudio hecho a los afluentes del Municipio de Samacá (Boyacá), demostró que las aguas de la zona tienen niveles preocupantes de contaminación por desechos de la extracción carbonífera.
Con el apoyo de la Comunidad Fullbright, la investigación fue realizada por la estudiante de pregrado Sonia Carolina Pardo y el profesor Jaime Fernando González, de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia, quienes analizaron la composición química de los efluentes de cinco minas legales y una ilegal, de tres arroyos y del río Samacá, todos estos, cuerpos de agua cercanos a centros de extracción en el municipio.
Las evidencias fueron analizadas en el Laboratorio de Toxicología Acuática, para determinar las características fisicoquímicas como pH, dureza, alcalinidad, nitritos, acidez total, sulfatos, cianuro, salinidad, sólidos disueltos totales (TDS) y conductividad. Los resultados preocupan, desde el punto de vista ambiental, para un buen número de las variables estudiadas.
Según el Decreto 475 de 1998, por el cual se expiden normas técnicas de calidad del agua potable, los valores de pH (potencial de hidrógeno) deberían estar comprendidos entre 6,5 y 9; sin embargo, el encontrado (entre 2,7 y 7,8) indica, para la mayor parte de las muestras, el efecto del drenaje ácido, característico de las explotaciones mineras.
Las muestras de los arroyos presentaron valores muy ácidos (uno, 3,2 y dos, 3,3), a pesar de su capacidad ?como cuerpos de agua? de diluir el efluente que ingresa como contaminante de la minería.
A su vez, la muestra del río Samacá presentó un valor ácido no esperado para un cuerpo de agua de esta naturaleza (4,8). Solo el efluente de una mina legal tuvo un pH dentro del rango de agua potable (7,8); por el contrario, la mina ilegal tuvo el valor más ácido (2,7).
Los valores de dureza estuvieron por encima de lo esperado para aguas naturales y entraron en la categoría de extremadamente duros (mayor a 300 mg/L de carbonato de calcio ?CaCO3?). De acuerdo con el profesor González, "la dureza del agua de río debe ser de 50 mg/L (miligramos por litro), máximo 60 mg/L, pero un río que alcance 300 mg/L es anormal". Estos resultados sugieren un exceso de calcio y magnesio y otros elementos similares provenientes de los efluentes mineros.
Por otro lado, los valores de alcalinidad (que mide la capacidad para neutralizar ácidos) fueron bajos (menor a 17,1 mg/L) para la mayoría de muestras (la de agua potable es de 100 mg/L), factor que puede obedecer a la absorción constante de carbonatos y bicarbonatos.
Un caso particular, lo representó la muestra seis (proveniente de la mina ilegal) por carecer de los permisos para operación. Sumado al hecho de que todas las variables estuvieron alteradas, se trata del caso más crítico de contaminación. La noticia positiva es que no se detectaron trazas de nitritos ni de cianuro en ninguna de las muestras, debido a que estas son más usuales en ríos cercanos a extracción de oro.
El estudio evidenció que, en la mayoría de los casos, las muestras están dentro de rangos indeseables para los estándares de calidad de agua y muestran el efecto contaminante de la actividad, especialmente cuando no hay control sobre medidas de tratamiento o mitigación del efecto de los desechos de la minería de carbón.
Así las cosas, la investigación constata que no solamente las especies animales están en riesgo en los municipios mineros de Boyacá, sino también los seres humanos, pues el agua se vuelve tóxica para su consumo.
Criterios químicos y físicos admisibles para agua potable en Colombia
De acuerdo con el Decreto 475 de 1998, las variables, medidas en miligramos por litro ?mg/L? deben estar para pH entre 6,5 y 9; la alcalinidad en 120; la dureza en 160; el nitrito en 0,1; la acidez en 50; el sulfato en 200; el cianuro en 0,1; los sólidos totales disueltos (TDS) en 500 y la conductividad entre 50 y 100.