El alcalde de la capital inglesa, Sadid Khan, se ha propuesto reducir la contaminación del aire en la ciudad para alcanzar su meta de cero emisiones netas de carbono para el año 2039. A regañadientes, los habitantes de la capital inglesa han aceptado las Zonas de Emisiones Ultrabajas, por los costos que genera, pero el aire limpio justifica el esfuerzo. (Por: Claudia Forero, especial para Revista ECOGUÍA)
LONDRES.- ¿Lograra el alcalde de Londres, Sadid Khan, la meta de las cero emisiones netas de carbono para el año 39? Cualquier respuesta se podría aventurar.
Pero, lo que sí es claro es que diversas medidas tomadas por Khan y su equipo durante sus años de gobierno (va en su tercer periodo), han contribuido a reducir las emisiones y a mejorar la salud de los londinenses.
Claro que todo ha tenido un costo, no solo económico sino de aceptación ciudadana, porque las regulaciones han modificado libertades que se tenían antes como la libre circulación de vehículos no públicos sin limitaciones de ningún tipo, ya fuera por desplazamientos o por el uso de vehículos no necesariamente favorables al medio ambiente.
Londres está dividida en siete anillos, siendo el anillo uno el centro de la ciudad y, en general, la zona más turística, histórica, el corazón financiero y un centro que atrapa un buen número de visitantes diario, residentes y trabajadores.
El 8 de abril de 2019, a menos de tres años después de convertirse por primera vez en alcalde de Londres (2016-2021), Sadid Khan introdujo la primera área de la Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ).
Esta primera etapa cubre desde Kings Cross hasta Vauxhall, de norte a sur, y desde Paddington hasta Whitechapel, de oeste a este, la misma zona que cubre el impuesto de congestión.
Al poner en marcha esta primera área, los conductores que entraran y salieran de la zona debían pagar cada vez 17.50 Libras esterlinas, (12.50 para ULEZ) y el resto, por los gastos de congestión que ya habían entrado a operar con antelación. Los propietarios o responsables del vehículo que entrara a la zona pagaban ULEZ si conducían uno que no cumpliera con la normativa, en cuanto a emisiones toxicas.
Actualmente, se ha incrementado el cargo de congestión, pero ULEZ sigue con el costo de 12.50 libras esterlinas (alrededor de $65.000 COP).
Esto, indudablemente generó un impacto financiero que debió ser absorbido por individuos o representantes de los vehículos de carácter comercial y de servicios.
En general, la ciudadanía aceptó la normativa, aunque a regañadientes, pues ya sea para un individuo o para una empresa, representa un costo adicional significativo. Por esos días de inicio de ULEZ se oyeron comentarios casuales en las conversaciones diarias: “no yo no llevo mi carro al centro de Londres ni por equivocación”, o “¿Cómo evito la zona de congestión para pasar a otra parte de Londres”?
Sin embargo, la norma se estableció en la cotidianidad, y la primera extensión de la zona ULEZ ocurrió dos años después, abarcando 380 Kilómetros cuadrados, siendo catalogada como el más ambicioso proyecto de esta naturaleza en el mundo.
La administración Khan, también ha impulsado otras medidas para obtener un aire más limpio, como acoger vehículos eléctricos (de costos inconcebibles para las familias de menores ingresos), el transporte público o el transporte sostenible como el uso de bicicletas o caminar.
Pese al impacto económico y a factores que acrecentaron las dificultades financieras como el Covid, ULEZ hace parte de la dinámica de la ciudad.
De otro lado, existen otros factores que han entrado a jugar un papel fundamental en las decisiones de la administración Khan. Un estudio contratado por su alcaldía en 2022 demostró que se necesitaban más esfuerzos para cumplir las metas de cero emisiones de la COP 26.
El aire tóxico, aseguró el alcalde en ese momento, pone a seis millones de personas en riesgo de sufrir daños pulmonares y otras secuelas irreversibles en la salud.
La página Web oficial de Transport for London (TFL), dice que los londinenses están desarrollando enfermedades que conducen a cambios de vida como el cáncer, asma y enfermedades de pulmón. De igual manera, asegura, hay recientes reportes que demuestran que existe una conexión entre un aire polucionado y el incremento de riesgo de desarrollar demencia. Incluso, induce a muertes prematuras.
Lo que se estableció, y que quizás fue una sorpresa, es que el aire polucionado no es solamente del centro de Londres, sino que, por el contrario, un buen número de muertes asociadas con aire polucionado se da en las afueras de la capital.
Al ser evaluada la segunda etapa del proyecto, se concluyó que, en general, había tenido un impacto positivo: “tanto el número de vehículos más viejos y contaminantes que circulaban por el centro y el interior de Londres como los niveles de contaminación nociva a los que estaban expuestos los londinenses habían disminuido sustancialmente”. (fuente: Intelligent Transport)
Dados los buenos resultados y con el ánimo de alcanzar sus metas, Sadid Khan propuso ampliar aún más las zonas de emisiones bajas, y en este caso incluir al gran Londres, propuesta que, de ser aprobada, entraría a regir en 2023.
Entonces, la alcaldía de Londres pidió a TFL que realizara una consulta sobre la ampliación de la zona ULEZ a todo el Gran Londres. TFL ganaría más de £90 millones de libras con la ampliación de la ULEZ, según RAC (Royal Automobile Club).
La Propuesta no fue bien recibida por muchos sectores: familias de bajos recursos, pequeñas empresas, adultos mayores, a los que un cambio de automóvil les representaría un gasto para el que no estaban preparados. A esto se sumó la reacción de las alcaldías locales lideradas por conservadores.
Muchos aseguraron que era una mentira de Khan para aumentar los recaudos, y sin duda los ánimos se caldearon desde ese momento. Pero en medio de toda la discusión y del oportunismo político de todos los bandos, hubo argumentos válidos.
En la toma de decisiones como esta, dijeron algunos alcaldes, no se puede concebir a Londres como una unidad, las condiciones de las diferentes localidades varían de una zona a otra.
Por ejemplo, uno de los argumentos fue que el servicio de transporte público en las afueras de la ciudad no era el mismo ni tan constante como en las zonas céntricas. Eso era y es totalmente cierto.
En estos casos, la ausencia de un transporte publico regular, obliga a que la gente recurra a sus transportes privados cuando los necesita.
También se argumentó que la nueva tasa ULEZ afectaría considerablemente a la gente de menores ingresos.
Khan aseguró, para dar respuesta a las inquietudes, habría un plan de contingencia y que se incrementaría en 110 millones de libras esterlinas el fondo del plan de desguace y se ofrecerían tarjetas de viaje a los conductores que desecharan los vehículos más contaminantes. Según los planes, los conductores discapacitados tendrán derecho a un periodo de gracia hasta 2027. El monto total para el plan de contingencia es de 210 millones de libras esterlinas.
También aseguró que se mejorarían las redes de autobuses en las afueras de Londres.
Hubo marchas, campañas en contra, reuniones de grupos en diferentes zonas de las afueras de la ciudad, manifestándose públicamente en contra de la extensión de ULEZ, pero lo cierto es que el 29 de agosto de 2023 se amplió a todo Londres la Zona de Emisiones Ultra Bajas.
La nueva zona abarca ahora todos los distritos de Londres, por lo que se espera que proporcione un aire más limpio a cinco millones de personas más y reduzca las emisiones de carbono en las afueras de Londres en otras 27.000 toneladas.
(*) Artículo adaptado desde diferentes fuentes como el escrito por Leah Hockley en Intelligent Transport, TFL y BBC News.