"La biodiversidad, el cambio climático y la seguridad alimentaria son desafíos interconectados", señala Mario Lubetkin, subdirector general y representante Regional de la FAO.
SANTIAGO (Chile).- "El desafío de integrar la producción de alimentos con la conservación y restauración de la biodiversidad es un reto decisivo para la adaptación al cambio climático a través de sistemas de producción con bajas emisiones y para garantizar el cuidado de la biodiversidad, como eje fundamental de la seguridad alimentaria y de la nutrición".
Así lo sostuvo el subdirector general y representante regional de la FAO, Mario Lubetkin en un seminario que realizó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en Santiago, donde se mostraron experiencias del trabajo en Ecuador, República Dominicana, Uruguay, El Salvador, Paraguay, México, Chile, y de la iniciativa Soilcare en el Caribe, para avanzar hacia una agricultura sostenible y resiliente.
La importancia y necesidad de América Latina y el Caribe, como una de las regiones más biodiversas del mundo, de abordar el cambio climático, la biodiversidad y los sistemas agroalimentarios de manera integral, fue uno de los principales temas abordados en el seminario "Nexo entre Biodiversidad, Clima y Alimentación en América Latina y el Caribe", que tuvo lugar el miércoles 31 de enero.
América Latina y el Caribe alberga una concentración notable de especies endémicas y nativas. Además de la diversidad genética natural, las prácticas agrícolas en la región con cultivos autóctonos y sistemas productivos tradicionales, forjados por los pueblos originarios, desempeñan un papel clave en la adaptación al cambio climático y a la seguridad alimentaria de la población, señalaron los expertos.
Así, las soluciones basadas en la naturaleza, la restauración de ecosistemas, los servicios ambientales para el uso sostenible del agua y suelos, y la recuperación, uso y conservación de la biodiversidad, son clave para un mejor medioambiente y una mejor bida. La biodiversidad sigue siendo la base de nuestra salud y nuestra alimentación, y la primera línea de defensa frente a las consecuencias del cambio climático.
La autoridad hizo "un llamado a la acción inmediata y colaborativa, reconociendo que la biodiversidad, el cambio climático y la seguridad alimentaria son desafíos interconectados. La cooperación, la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y la inversión en tecnología son fundamentales para abordar los retos actuales y futuros en la región".
En la instancia, se exploraron estrategias para abordar simultáneamente los objetivos de los países para el resguardo de la biodiversidad, los impactos del cambio climático y la seguridad alimentaria, así como oportunidades y desafíos para acceder a financiamiento, con un énfasis en el papel del Fondo Verde para el Clima (FVC) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
Experiencia en los países
En el encuentro, se resaltó el papel clave de la FAO en trabajar junto a los países para avanzar hacia una agricultura sostenible y resiliente, y se abordaron experiencias de Ecuador, República Dominicana, Uruguay, El Salvador, Paraguay, México, Chile, y de la iniciativa Soilcare en el Caribe.
María Mercedes Proaño, Oficial de Financiamiento Climático de la FAO, destacó los proyectos de ganadería climáticamente inteligente en Ecuador, República Dominicana y en Uruguay, que, con apoyo del FMAM, permitieron en algunas granjas, mejorar la producción de leche en hasta 16%, aumentar los ingresos hasta 35%, y reducir los gases de efecto invernadero.
La especialista destacó, además, dos proyectos en El Salvador y Paraguay, que se están ejecutando junto al FVC, que han permitido implementar sistemas agroforestales con beneficios climáticos, ambientales, sociales y económicos.
De México, la especialista Irma Hernández, abordó el proyecto "Asegurando el futuro de la agricultura mundial frente al cambio climático, conservando la diversidad genética de los agroecosistemas tradicionales de México", implementado junto a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y CONABIO, con foco en la conservación de la diversidad genética de los agroecosistemas tradicionales de México.
De la experiencia en Chile, Rocío Parra, de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura del país, abordó el proyecto "Gobernanza Marino-Costera", que está en proceso de implementación con asistencia de la FAO y el FMAM. El proyecto intersectorial busca, a partir de las experiencias de sus dos sitios pilotos, fortalecer la gobernanza de los ecosistemas marinos costeros, para integrar, coordinar y articular a las comunidades costeras, a instituciones públicas, privadas, académicas y de la sociedad civil.
En el caso de Caribe, Tricianna Maharaj, del proyecto Soilcare, explicó los alcances de la iniciativa financiada por el FMAM, en la cual la FAO está dando asistencia para Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, y Santa Lucia. El proyecto busca aumentar las capacidades nacionales y regionales de análisis de suelos, y se estima que, en cuatro años impactará en 15 mil hectáreas de tierras degradadas que serán rehabilitadas y servicios ecosistémicos restaurados; además de llegar a 20 mil hectáreas de tierras cultivables que aumentarán su resiliencia climática, beneficiando así a cientos de familias que mejorarán sus ingresos y seguridad alimentaria.
Además de la autoridad regional de la FAO y de los expertos mencionados, en la actividad también participaron la Oficial de Mejor Medioambiente de la FAO para América Latina y el Caribe, Hivy Ortiz; y el director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO, Kaveh Zahedi, entre otros especialistas.