El ministro del ramo, René Montero, firmó el documento que oficializa la veda, promovida durante años por grupos ecologistas que denuncian la captura de todo tipo de especies acuáticas con escaso o nulo interés comercial durante esas prácticas.
Los ambientalistas también sostienen que las enormes cadenas de las redes destruyen a su paso los hábitats submarinos, reducen los recursos pesqueros y, en consecuencia, ponen en peligro el futuro alimenticio de las próximas generaciones.
Con la promulgación de la normativa, Belice se convierte, junto a Venezuela y Palau, en los únicos estados que anulan de manera permanente el uso de la técnica de arrastre en sus mares.
El Gobierno también está inmerso en la revisión de otras leyes con vistas a formular una política pesquera más sostenible.
Esas medidas se adoptan tras la advertencia de la Organización de la ONU para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) de eliminar la barrera coralina de Belice del listado de Patrimonio de la Humanidad sí el Ejecutivo local no implementaba iniciativas para su preservación.
Las autoridades de Belmopán deben entregar antes de febrero de 2011 un informe a la entidad mundial con los planes de conservación y desarrollo sustentable en ese sitio, morada de 430 especies únicas como el tiburón limón.
El ultimátum responde a la preocupación de la Unesco sobre el otorgamiento de licencias este año a 17 firmas foráneas para explorar zonas con un fuerte potencial de carburante en cerca de 13 mil kilómetros cuadrados de suelo y mar beliceños.
Tal decisión gubernamental generó el rechazo masivo de la población y de múltiples agrupaciones, que de inmediato impulsaron una campaña nacional e internacional por la suspensión total de esas actividades.
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