Un estudio de la organización Nature Conservancy, publicado en la revista científica PLoSOne y difundido por la Agencia EFE Verde, señala que los isleños matan a estos primates en peligro de extinción para proteger los cultivos o para comercializar su carne.
De acuerdo con la agencia de información, los responsables del informe entrevistaron a 6.983 personas en 687 localidades de Kalimantán, la parte indonesia de la isla de Borneo y el santuario más importante de los orangutanes en el planeta.
En este sondeo, más de la mitad de los hombres encuestados reconoció haber matado al menos una vez en su vida a un orangután, por motivos como el miedo, la necesidad de comercializar su carne para ganar dinero o con el fin de proteger sus campos de cultivo.
El portavoz del Ministerio de Bosques de Indonesia, Ahmad Fauzi, advirtió que es necesario revisar el estudio para comprobar si lo que afirma es cierto.
Para la veterinaria española Karmele Llano, directora de un centro de acogida de orangutanes en Kalimantán, quizás la investigación no esté realizada de la manera más adecuada, pero aseguró que "si ésos no son los números de muertes, se les parecen".
Llano dijo a Efe que en sus años de trabajo en Indonesia ha visto la venta carne de orangután en los mercados o el comercio de crías huérfanas tras la caza de sus madres, por lo que "los datos que baraja Nature Conservacy no son sorprendentes".
Pérdida de hábitat
A pesar de que la investigación se centra en las muertes de estos primates a manos de los humanos, otro de los principales problemas que afronta el orangután para su supervivencia es la pérdida de su hábitat natural.
Los bosques poblados por el orangután se reducen año tras año por la tala ilegal de bosques por parte de las empresas madereras y por el cultivo de palma de aceite, así como por los incendios provocados con el fin de expandir los terrenos agrícolas y abrir paso a las explotaciones mineras.
A causa de esta problemática, la población de orangutanes en Borneo ha descendido en unos 20.000 ejemplares durante los últimos años, por lo que el número ronda los 45.000 según los expertos. EFEverde