Los restos del pliosaurio, un reptil marino sacado de tierras del departamento de Boyacá, regresarán a Colombia, luego de haber permanecido en Inglaterra, país a donde fue llevado para su estudio, conmocionando a los medios y a la ciencia.
La historia de este hallazgo, que comenzó cuando la geóloga de la Universidad Nacional de Colombia (UN), Marcela Gómez, desempolvó de un laboratorio, los restos de este reptil marino de más 130 millones de años, aparece completa en la nueva edición de la Revista Matices, que cuenta “historias detrás de la investigación”. Esta publicación es realizada por la Agencia de Noticias Unimedios.
El pliosaurio “señala el artículo publicado en Matices- es considerado como una de las criaturas más temibles del periodo Cretácico. Los restos de este animal prehistórico permanecieron depositados por más de 30 años en el Laboratorio de Geociencias de la UN, luego de ser extraídos por una comisión francesa (en 1967), de la quebrada Pavachoque de Villa de Leyva (Boyacá). El fósil fue redescubierto por la científica Marcela Gómez, quien después de descifrar cada una de las partes del fósil, halló que el imponente depredador tenía no menos de 130 millones de años y no solo correspondía a un depósito único del Cretácico Inferior, edad geológica poco conocida por la ciencia, sino que era el mejor preservado en el mundo.
La columna vertebral, una aleta, la cabeza, el cuello y la cola, pero en trozos, conforman las fichas del rompecabezas que Gómez comenzó a armar, después de sumergir cada pieza, durante un año, en sustancias químicas para eliminar los rastros de roca adheridos en el fósil. En una rigurosa labor, la geóloga construyó una especie nueva de pliosaurio, pues algunas de sus formas no aparecen registradas en la paleontología mundial.
Con estos restos viajó a Cambridge (Inglaterra) donde su hallazgo asombró a científicos norteamericanos, alemanes e ingleses. El pliosaurio colombiano fue portada de la prensa londinense. Entre tanto, Marcela Gómez, la geóloga de la Universidad Nacional que lo llevó, fue motivo de admiración, pues los ingleses no podían creer que en un país suramericano se pudiese hacer ciencia.
Como el fósil es bastante completo y se preservó en 3 dimensiones, fue posible reconstruir digitalmente las partes que alojaban el cerebro y los canales semicirculares, que son los que se encuentran en el oído interno de los animales y les ayudan a controlar el sistema interno de equilibrio.
No hay animales vivos relacionados (de la misma familia) con los cuales se pueda comparar este hallazgo, sin embargo, Marcela lo comparó con fósiles de grupos similares y con animales vivos marinos: focas, ballenas, delfines, tortugas. “Definitivamente el arco de curvatura es más grande que cualquiera de los otros”.
Las razones para explicar este resultado son variadas, no obstante, la investigadora argumenta: “Puede ser que estos animales marinos también requerían un control exacto del movimiento (acordémonos que el pliosaurio tenía alas) en un medio tridimensional (el agua, que es como el aire pero más densa), lo cual nos hace pensar que los pliosaurios eran ágiles, rápidos como focas, persiguiendo ping”inos en los mares Jurásicos y Cretácicos”.
La científica colombiana también reconstruyó y describió los músculos de la mandíbula del animal, y a partir de una función matemática, calculó la fuerza y describió el movimiento del músculo cuando este abría y cerraba la boca. Entre otros hallazgos, evidenció que el pliosaurio podía resistir tensión dorsoventral pero no mordida que requiere rotación, algo así como los cocodrilos que giran en sí mismo para morder y desgarrar un pedazo de animal.
Esta es, en breve, la peculiar historia del temible animal boyacense que se alista para retornar en los próximos días a su país. Regresará al Departamento de Geociencias de la UN, pero esta vez con nombre propio y convertido en uno de los ejemplares más famosos del mundo.
Entretanto Marcela Gómez desea retornar a Colombia para poner en práctica el conocimiento adquirido en Cambridge. “Mi anhelo es regresar y fortalecer la paleontología del país, particularmente en zonas ricas en fósiles como Villa de Leyva”.
Ella y los otros 499 nuevos scholars, ganadores de la beca, fueron sorprendidos con la visita de Bill y Melinda Gates que los quisieron conocer durante el evento anual de Gates Cambridge Trust.
Lo mismo ocurrió con la reina Elizabeth II, con quien solo pudieron hablar 40 estudiantes seleccionados por la organización, entre estos, Marcela Gómez. “Tuve una charlita corta con ella. Me preguntó sobre mi estudio y mi procedencia. Cuando le respondí dijo con cierta gracia: “Por fin alguien haciendo una investigación interesante!... Lo refirió porque casi todos los Gates scholars están estudiando leyes o economía”.
Con Sir David Attenborough, científico pionero en documentales sobre naturaleza, tuvo una larga conversación sobre el pliosaurio durante la inauguración de una exposición en el Sedgwick Museum.
