Los océanos son el principal motor en la captación de dióxido de carbono de la atmósfera y en la producción de oxígeno en el medio marino.
El fitoplancton, alimento para toda la vida marina y, siguiendo la cadena alimenticia, vital para los seres humanos, se muere lentamente. Un estudio que ha recogido muestras de esta especie durante un siglo revela ahora los datos obtenidos
El equipo de científicos!< compuesto por Daniel Boyce, de la Dalhousie University (Canadá), Marlon R. Lewis y Boris Word ha llevado a cabo la compilación de los datos aportados durante un siglo que revelan la salud de los mares del planeta.
La iniciativa comenzó a gestarse en el año 1899 a través de un simple y original método: el disco Secchi. Este disco en forma de circo y del tamaño de un plato de mesa tiene pintado un patrón con los colores blanco y negro alternados. Atado con un cabo se le deja caer dentro del mar y se observa el tiempo que transcurre hasta que la turbiedad del agua impide que se le vea.
La profundidad a la que esto sucede es proporcional a la cantidad de algas microscópicas presentes que componen el fitoplancton.
“Es la parte del plancton que es fotosintética. Sería como la parte vegetal, que es la que tiene clorofila. Es muy relevante porque según los censos de la vida marina corresponde en torno al 95 por ciento de la respiración de los océanos, que son el principal motor en la captación de CO2 de la atmósfera y en la producción de oxígeno en el medio marino”, explicó Boyce.
Desde el año que comenzó a utilizarse este método para determinar la transparencia de las aguas oceánicas y la evolución de los niveles de fitoplancton, se han realizado medio millón de observaciones en un periodo de tiempo de más de cien años.
Esta es la primera vez que un grupo de científicos reúne todos los datos obtenidos para dar sentido a lo que realmente está sucediendo con los mares de nuestro planeta.
EL ESLABÓN DE LA CADENA TRÓFICA
El fitoplancton está compuesto por pequeñas algas fotosintéticas y son el primer eslabón de la cadena trófica; es decir, la cadena alimenticia, por lo que el nivel de su presencia representa el estado de salud de los mares.
Por otro lado, está el incremento de la concentración de CO2 en la atmósfera. El medio marino capta cerca del 30 por ciento del CO2 que se emite a la atmósfera y absorbe un 80 por ciento del calor atmosférico.
A medida que se está incrementando el CO2, “el medio marino absorbe más”, indicó el científico.
ACIDIFICACIÓN DE LAS AGUAS
El proceso de acidificación de las aguas marinas conlleva consecuencias desastrosas para muchas de las especies marinas porque las cubiertas calcáreas de los animales que las requieren necesitan del carbono orgánico. Según Enrique Pardo “si esta acidificación llegase a un nivel más elevado, estas estructuras calcares podrían llegar a disolverse. Lo que está claro es que está repercutiendo ya en una imposibilidad clara para formar esas estructuras o para cerrar los ciclos de respiración”.
El fitoplancton es la base de la cadena trófica y sirve de alimento al zooplancton, que compone la otra parte de los microorganismos, en muchos casos, formado por larvas de peces y alimento fundamental de las especies superiores.
Según el científico marino “este estudio tiene una base sólida y es muy creíble. En la medida que se va incrementado la concentración de CO2 en la atmósfera de forma exponencial, así como el calentamiento global, como parece que es la tendencia, puede darse una aceleración en este proceso de pérdida de fitoplancton y, en consecuencia, de todas las demás especies marinas.
“Solo si disminuimos la temperatura de la atmósfera preservando las emisiones de CO2 podríamos evitar esta catástrofe”, concluye el científico marino.
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