Bogotá, mayo 23 de2011 (Unimedios).- A propósito de la celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica (22 de mayo), botánico del Instituto de Ciencias Naturales de la UN habla sobre la extinción de los árboles fuente de leña.
Polylepis, conocido popularmente como coloradito, queñual o tabaquillo, es una especie de pequeños árboles o arbustos cuya corteza es utilizada para atenuar enfermedades respiratorias y renales o para tinturas de tejidos. Estos también son fuente de leña y de material de construcción para cercas, ramadas y corrales.
“Los arbolitos de Polylepis pertenecen a la familia rosaceae, pariente de la manzana, y a numerosos géneros y especies”, explicó Jesús Orlando Rangel, asegurando que su área de distribución va desde Argentina hasta el norte de Venezuela.
En Colombia, por ejemplo, la situación es crítica para esta especie por ser fuente de leña para los pobladores de la alta montaña y de combustible y material de construcción de cercas en el Sumapaz y Boyacá.
“En los páramos no hay árboles pero estos bosquecitos son la excepción y su importancia radica en servir de refugio a especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios que encuentran en ellos un lugar de protección, en algunos casos para la colonización”, dijo Rangel.
“Animales, plantas y humanos tenemos un ciclo de vida y las especies también se extinguen; se trata de un proceso biológico, pero el hombre no tiene por qué acelerar su declive. Hemos comprobado mediante estudios paleoecológicos que la situación actual de los bosques coloraditos es preocupante, parecen estar condenados a la extinción”, agregó el académico.
“Es factible recuperarlos pues contamos con el conocimiento, la tecnología y los recursos para cuidar esta especie única de Colombia”, puntualizó el docente, manifestando que el efecto contrario causaría muchas tragedias y daños ambientales.
Finalmente, el botánico dijo que es necesario que el Gobierno tome en cuenta los aportes académicos: “Las entidades respectivas están empobrecidas intelectualmente, no poseen el conocimiento y han dejado por fuera el aporte de la Universidad”.
En el norte de Suramérica existen dos especies de estos árboles, la P. serícea, que viene desde el sur del Perú hasta los páramos de la Sierra Nevada de Mérida, y la P. quadrijuga, endémica de Colombia, como resultado de una diversificación de un genoma ancestral que se alejó y evolucionó para conformar una nueva especie que se creía estaba restringida a la cordilla Oriental, pero que posteriormente se detectó que también se presenta en la cordillera Occidental.
(Por: Fin/evm/lmp/vbr)