SAN DIEGO (California), Enero 9 de 2014.- Un nuevo estudio de aves acuáticas basado en 30 años de monitoreo, una de las bases de datos más completas del mundo, ha demostrado por primera vez que el éxito de la caza de patos y gansos en Canadá y los Estados Unidos depende de la calidad y extensión de las lagunas costeras y manglares en las costas de México.
Publicado en la revista Human Dimensions of Wildlife (Dimensiones Humanas de la Vida Silvestre), el estudio realizado por investigadores mexicanos y de los Estados Unidos revela que cada kilómetro cuadrado de lagunas costeras saludables en México genera más de 1,600 dólares en derechos de caza en los Estados Unidos, y una cantidad similar de otros beneficios económicos para los cazadores.
“Cuanto más saludables las lagunas costeras, en términos de calidad del agua y extensión de bosques de mangle, mayor es la cantidad de aves acuáticas que pasan el invierno en ellas,” declara Nadia Rubio Cisneros, estudiante doctoral en Scripps y autor principal del estudio. “La cantidad de aves acuáticas que regresan a pasar el verano en Estados Unidos y Canadá depende críticamente de la existencia de lagunas costeras bien conservadas en México. En otras palabras, el éxito de la cacería o de la observación de aves acuáticas en el norte depende de la salud ecológica de las costas mexicanas.”
Millones de ánades (patos y gansos) migran anualmente a lo largo de la costa del Pacífico. México, Canadá, y los Estados Unidos albergan más de 27 especies de aves acuáticas de valor cinegético y conservacionista que hacen cada año su recorrido de norte a sur siguiendo los humedales costeros de los tres países.
Utilizando técnicas estadísticas rigurosas, el estudio demostró que el éxito de la estancia invernal en México depende de manera muy precisa de la productividad de los manglares y del hábitat que las lagunas suministran. Los humedales mexicanos proveen las condiciones necesarias para la alimentación y el cortejo exitoso de las aves. En primavera, las grandes parvadas de aves regresan a sus campos de verano en el norte, donde mantienen una industria recreativa, tanto ecológica como cinegética, de inmenso valor.
Para evaluar el complejo entramado económico, los investigadores combinaron datos de censos en México realizados desde los setentas por las autoridades de vida silvestre de México y los Estados Unidos con datos de cacería en los Estados Unidos e información histórica sobre el estado y extensión de las lagunas costeras en México. Sólo en la ruta migratoria del Pacífico, las lagunas costeras de México generan casi cinco millones de dólares cada año en derechos de caza, y una cantidad similar en beneficios adicionales, como servicios cinegéticos.
“El mensaje central de este estudio es que la industria de la cacería de patos en los Estados Unidos es mantenida por el ecosistema de las lagunas costeras en México, que proporciona refugio y alimento para más de un millón de aves cada año,” dijo Octavio Aburto-Oropeza, coautor del estudio y profesor del Instituto de Oceanografía Scripps. “Esperamos que este hallazgo estimule la cooperación entre los tres países para conservar este servicio ecosistémico transfronterizo.”
El resultado más importante de este estudio, dicen los autores, es haber demostrado por primera vez con datos duros que hay una relación directa entre la calidad de las lagunas costeras, la abundancia de aves acuáticas, y la actividad económica que se desarrolla alrededor de ellas en Estados Unidos y Canadá. La conclusión es directa: Si la calidad ecológica de las lagunas mexicanas decae, el impacto económico se sentirá a miles de kilómetros de distancia.
Los humedales costeros mexicanos han estado decayendo a una tasa anual de 7%, víctimas de la contaminación, la sedimentación, y la pérdida de manglares; y existen presiones crecientes para transformar muchos de estos ecosistemas en desarrollos turísticos o granjas acuícolas. En particular, el humedal más importante del Pacífico, Marismas Nacionales en el Estado de Nayarit, se encuentra en serio riesgo de ver su caudal de agua limitado por la posible construcción de una nueva presa sobre el Río San Pedro, el último río de México que desciende libre de la Sierra Madre al mar.
“Los resultados del estudio resaltan la urgente necesidad de cooperación entre los países de América del Norte para proteger el hábitat de nuestras especies migratorias,” dice Exequiel Ezcurra, Director del Instituto para México y los Estados Unidos (UC Mexus). “A los ya conocidos servicios ecológicos de los manglares “pesquerías, protección de las costas, captura de carbono” es necesario agregar ahora este importante servicio a distancia. Sin lagunas costeras saludables, sin manglares productivos, las aves migratorias de América del Norte decaerán inexorablemente.”
“Este estudio subraya la importancia vital de conservar las lagunas costeras mexicanas como hábitat crítico para las aves migratorias,” remarcó Michael Sutton, vicepresidente del National Audubon Society. “Durante décadas nos hemos concentrado en proteger los humedales de los Estados Unidos y Canadá. Ahora sabemos, sin lugar a dudas, la importancia que tienen los sitios de invierno en México para mantener estos servicios ecológicos y económicos.”
Además de Rubio-Cisneros, Aburto-Oropeza, y Ezcurra, fueron también coautores del estudio Jeremy Jackson de Scripps; Jason Murray de la Universidad de Carolina del Sur; y Charlotte González-Abraham del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, en La Paz, BCS.
El estudio recibió apoyo financiero del Conacyt, UC Mexus, la National Geographic Society, y las fundaciones Packard y Walton.