BONN (Alemania), marzo 12 de 2016.- Ya se trate de televisores, secadores de pelo o teléfonos móviles, la mayoría de productos electrónicos se usan cada vez durante menos tiempo antes de tirarlos. Esta ha sido la conclusión de un estudio realizado por la Agencia Federal de Medio Ambiente Alemana (German Federal Environment Agency, UBA).
Ante tal situación, la UBA busca establecer una serie de requisitos mínimos en el ciclo de vida de los aparatos eléctricos y electrónicos y su calidad. El presidente de esta organización, advirtió también la necesidad de usar estos productos más tiempo y alargar así su ciclo de vida, ya que muchos dispositivos son reemplazados incluso cuando funcionan perfectamente.
El número de grandes electrodomésticos que tuvieron que ser sustituidos debido a fallos dentro de los 5 primeros años después de comprarlos aumentó desde el 3,5% en 2004 al 8,3% de 2013, según un estudio realizado por el Instituto Oko en conjunto con la Universidad de Bonn.
Sin embargo, el estudio no encontró evidencias que sugirieran una obsolescencia programada en los productos, es decir, una vida útil limitada artificialmente establecido por el fabricante.
Por otra parte, el estudio si econtró que la vida del producto se adaptaba a factores como el grupo objetivo o su ámbito de aplicación. Maria Krautzberger, de la UBA, hizo un llamado a la introducción de un etiquetado correcto que indicase la vida real de un producto, especificando sus horas de trabajo. Además, añadió, que la capacidad para reparar estos aparatos debería facilitarse fabricando productos fácilmente reparables y poniendo a disposición las piezas de repuesto necesarias para los no fabricantes y terceras partes.