Cuatro ministras, la vicepresidenta de Colombia y una niña lideraron la apertura de la Feria Internacional del Medio Ambiente, sellando un compromiso por la agricultura sostenible, la movilidad, la innovación, el cuidado del bioma amazónico, la protección de los activistas ambientales y la conciencia ecológica entre las nuevas generaciones.
BOGOTÁ D.C.- En medio de la algarabía de la red de jóvenes ambientales, de un llamativo montaje de humo y luces en el que se traslucían especies silvestres y con un fondo de delgados hilos de agua con el sonido propio de la lluvia, se dio apertura anoche a una nueva versión de la Feria Internacional del Medio Ambiente, FIMA, que este año se adornó con una maloka indígena, en alusión al pensamiento y cosmogonía indígenas como parte del todo que representa el territorio, tal como lo mencionó la vicepresidenta, Francia Márquez.
La primera en intervenir fue Sara Sofía, una pequeña de 8 años, de origen santandereano, quien con discurso en mano llamó la atención sobre la falta de conciencia en las actuales y nuevas generaciones. Inspirada especialmente en su padre, la niña expresó su sentido amor a la naturaleza y el dolor que le ocasiona la deforestación y otros actos que la destruyen.
A renglón seguidos, la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica,quien destacó la tendencia en algunos sectores de la agricultura y la ganadería por adoptar modelos de producción sostenibles, para contribuir en la reducción del calentamiento global. De igual manera, la funcionaria se refirió a la necesidad que tiene el país de llegar a un modelo productivo de Hambre 0.
La ministra del deporte, Astrid Rodríguez, por su parte, se refirió a la movilidad como una tendencia en la que la bicicleta va ganando espacio en medio del uso exagerado de los vehículos automotores. De igual forma se refirió a nuevas modalidades deportivas que se vinculan directamente con la ecología, tal como ocurre con el senderismo. A su turno, la ministra de Ciencia y Tecnología,Yesenia Olaya, se comproometió con la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, para aportarle nuevas estrategias a la protección y cuidado del medio ambiente.
La ministra Muhamad, entre tanto, celebró que fueran mujeres las que estuvieran en el acto de inaguración de FIMA y destacó la importancia del bioma amazónico, más allá de las fronteras colombianas. La funcionaria destacó la construcción de la maloka en el pabellón 6 de Corferias y lamentó que los líderes indígenas no hubieran alcanzado a llegar al lanzamiento de la feria, ya que ellos son parte fundamental del cuidado ancestral de los territorios.
La vicepresidenta Francia Márquez se dirigió a la pequeña Sara Sofía, para manifestarle que ella también aprendió a valorar la madre tierra o la "casa común", gracias a sus mayores, quienes le enseñaron que el río era como el padre y la madre juntos, de manera que no se concebía que se le atacara, que se le envenenara ni que se le acabara. Como el río, dijo, se deben proteger los mares, los bosques, los humedales. Además, destacó el hecho de que el Congreso hubiera aprobado la firma del Tratado de Escazú, como una forma de proteger a los activistas ambientales, en un país donde son asesinados.
Antes de terminar su mensaje y compromiso ambiental, la vicepresidenta se refirió a sus cuestionados viajes en avión y helicóptero, para explicarle al nutrido auditorio de Corferias, que lo hace por seguridad y porque en este país hay lugares donde no es posible llegar por otro medio.
El último en hacer su aparición en FIMA fue el dinosaurio Frankie, personaje creado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), para llamar la atención global sobre la inconciencia del ser humano, al destruir su casa común.
La feria ambiental, con presencia de entidades gubernamentales, ONG, empresas y emprendimientos ambientales, estará abierta en el recinto de Corferias hasta el próximo 16 de junio.
