La Reserva ProAves El Pangán, ubicada en el municipio de Barbacoas, sufre la tala ilegal selectiva y destrucción de sus bosques, poniendo en peligro más de 300 especies de aves que la habitan, además de otra gran diversidad de fauna y flora.
PASTO.- Un llamado “agónico” a las autoridades ambientales formuló la fundción Proaves, por la tala ilegal de Chanul (Humiriastrum procerum), uno de los árboles más finos del planeta, originario de Colombia y Ecuador, y que según el libro rojo de especies maderables, está categorizado como en “peligro crítico de extinción”.
Según ProAves, desde el año 2018 la reserva El Pangán viene sufriendo una grave amenaza para su conservación por la tala del Chanul para su comercialización ilegal, lo cual está deteriorando enormemente estos frágiles ecosistemas y acelerando la extinción de especies.
En ese sentido, la fundación denuncia que personas ajenas a la región vienen destruyendo los bosques y sacan la madera a escasos 2 km de una estación de policía. Y agregan que aunque las autoridades ambientales han realizado esfuerzos ingentes, las medidas tomadas no han sido efectivas y la destrucción masiva de estos bosques no ha cesado, por lo que el patrimonio biológico de todos los colombianos está desapareciendo ante la mirada atónita e impotente de los pobladores de la región.
Desde el 14 de agosto de 2018, la Fundación ProAves radicó, ante la Corporación Autónoma Regional de Nariño (Corponariños), una denuncia de los constantes ataques que se vienen presentando en la Reserva. En ese mismo año, ProAves también denunció estos hechos ante la Gobernación de Nariño, el Ejército Nacional y la Policía Nacional.
Entonces, las acciones de Corponariño y de las autoridades policiales lograron detener las actividades de tala ilegal, con la incautación del motor que movilizaba el winche artesanal y, además, se les notificó a los implicados la orden de suspensión inmediata de actividades de tala, comercialización de flora e instalación de maquinaria.
Sin embargo, aprovechando la situación de la pandemia y el conflicto de orden sociopolítico de la región, las mismas personas retomaron las actividades de tala ilegal en los bosques de la Reserva, las cuales se incrementaron en el primer trimestre de 2020, cuando instalaron un cable movido por un winche para movilizar grandes cantidades de madera, la cual, luego es transportada en camiones.
Por esta razón, el 10 de marzo, ProAves volvió a interponer una nueva denuncia ante las autoridades Corponariño, la Gobernación de Nariño y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), para detener el grave daño ambiental causado.
Este es un gran golpe para la conservación, ya que los daños causados en la Reserva son nefastos, asegura la fundación, al describir las mayores afectaciones: deforestación y degradación de los bosques naturales (su recuperación tomará más de 50 años), afectación severa de especies maderables valiosas, degradación y erosión de los suelos por acciones de arrastre de la madera, fragmentación del hábitat (se pierde la continuidad del hábitat de las especies residentes y migratorias), alteración de los sitios de alimentación y reproducción de la fauna, y la pérdida irreemplazable de uno de los patrimonios biológicos más importantes para Colombia y el planeta.
La Fundación continúa en alerta máxima, y, ante esta gran adversidad, los guardabosques de la Reserva, armados sólo con su valioso coraje, continúan patrullando estas peligrosas áreas y enfrentando difíciles situaciones.
Corredor neotropical
La región biogeográfica del Chocó comprende desde la región al este de Panamá, pasando por la costa pacífica de Colombia, hasta el suroccidente de Ecuador. En Colombia, este corredor Neotropical, que abarca el litoral Pacífico hasta las estribaciones de la cordillera occidental, forma una barrera natural que ha generado una de las más significativas Biodiversidades en el país, en uno de los ecosistemas más importantes del planeta; las lluviosas selvas tropicales.
Este lugar posee una gran variedad de endemismos en los diversos grupos biológicos, en aves, por ejemplo, el 25% de las especies que allí habitan no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.
En las palmas se encuentran alrededor de 120 especies distintas, casi la mitad de todas las registradas en Colombia; 35 de ellas endémicas del Chocó Biogeográfico y 16 de la misma región (Banco de Occidente, 2009).
Por eso, este sitio está entre las 25 regiones del mundo calificadas como prioritarias para la conservación de la naturaleza, por lo que ha sido denominada como un Punto Caliente de Biodiversidad (Biodiversity Hotspot).
En el año 2002, se creó la Reserva ProAves El Pangán con el objetivo de conservar los bosques del piedemonte del Pacifico Nariñense, ubicados en el corregimiento de Junín (Nariño), el cual es hábitat de la interculturalidad de los tejidos del pueblo indígena Awá, de los sonidos de las Timbas de las comunidades afrocolombianas y de la sabiduría de los campesinos provenientes de diferentes montañas del departamento.
La Reserva ProAves El Pangán posee una de las riquezas de especies más diversas y espectaculares de Colombia, hasta la fecha se han registrado 29 especies de aves amenazadas y 53 endémicas del Chocó Biogeográfico, lo que constituye la mayor concentración de aves endémicas del mundo.
En un estudio de mariposas se registraron 94 especies, dentro de las cuales 28 son endémicas del Chocó Biogeográfico, y 19 conocidas como las especies más raras del país; en herpetos se han registrado una diversidad de 25 especies de ranas, 9 de lagartos y 12 diferentes especies de serpientes.