Con una nueva metodología, el programa Carbono azul-Vida Manglar, busca conservar 7.645 hectáreas de bosques de manglar y reducir más de un millón de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
MONTERÍA (Córdoba).-En el Golfo de Morrosquillo se está desarrollando una estrategia innovadora para Colombia y para el mundo, que pretende mitigar el impacto del cambio climático mediante la conservación y la restauración de los ecosistemas marinos y costeros a nivel global.
El proyecto, según recuerda la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS), nace en el 2015 como una iniciativa local institucional y comunitaria regional, denominada “Carbono azul – Vida Manglar”; la cual busca la certificación de acciones relativas a la reducción de emisiones de carbono debido a la deforestación no planeada y a la conservación de humedales costeros en 7.645 hectáreas de bosques de manglar.
Con este programa se esperan reducir 1.363.031 toneladas de emisiones de CO2, con miras a contribuir a la protección de altos valores de conservación comunitarios y de biodiversidad del área.
Vida Manglar, ha sido posible gracias a la financiación de la compañía Apple y al liderazgo de la CVS, Corporación Autónoma Regional de Sucre (Carsure), el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), la fundación Omacha, Conservación Internacional y South Pole, entre otras instituciones, además de contar con el apoyo de las comunidades de la región.
En una primera instancia, integra el ecosistema de manglar del área protegida del Distrito Regional de Manejo Integrado de la Bahía de Cispatá, la Balsa, Tinajones y Sectores Aledaños del Delta Estuarino del Río Sinú, declarada por la CVS. Adicionalmente, establece las directrices de las acciones de conservación y uso sostenible del ecosistema, que se han podido desarrollar en el área desde hace más de 20 años y de forma conjunta entre comunidades y entidades
Como resultado de esta gestión se ha logrado posicionar este bosque de manglar tanto en el país como en el exterior, al ser catalogado como el mejor conservado del Caribe colombiano.
Por primera vez, tanto en Colombia como en el mundo, se utiliza esta metodología de humedales desarrollada por CVS, el cual permite a los proyectos certificados convertir sus reducciones y remociones de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en créditos de carbono negociables; cuantificar de una manera más adecuada el carbono almacenado en el ecosistema de manglar, incluyendo la biomasa aérea, las raíces y el sedimento; y asegurar la integridad ambiental y la soberanía jurisdiccional (Methodology Framework v1.6).
En la estrategia de conservación del ecosistema de manglar en la Bahía de Cispatá, la Balsa y Tinajones, Caribe Colombiano, para lograr la certificación de los bonos se carbono se requiere la validación, la cual está siendo realizada actualmente por la empresa Aenor a las instituciones y comunidades para verificar las actividades que se han venido desarrollando como parte de la primera fase de este proyecto. #ElAmbienteNosUne.