Este pez, nativo del Amazonas, fue decomisado y llevado a las instalaciones de la CVC, pero no se puede liberar en esta región, pues su habitat es muy disinto.
BUGA(Valle).- En uno de los estanques de piscicultura de la Regional Centro Sur de la CVC, con sede en el municipio de Guadalajara de Buga, llama la atención un gigante pez que se desplaza a lado y lado, mostrando sus lindos colores.
Se trata de un pirarucú, también llamado paiche o arapaima, uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo y nativo de la Amazonía.
Este individuo fue dejado en las instalaciones de la CVC, luego de un decomiso que realizó la Policía Nacional en la vía Corozal-Sevilla, como víctima del tráfico de fauna silvestre.
Según lo expresado por Luis Alfonso Gaviria, técnico del área de piscicultura de la CVC, “el animal llegó hace aproximadamente año y medio, cuando medía 30 centímetros; actualmente, ya tiene alrededor de metro y medio, y un peso de entre 70 y 80 kilos”.
Según las autoridades ambientales de la CVC, este animal representa un grave peligro para las especies ícticas (peces presentes en un lugar) de la región, por lo que es indispensable su liberación controlada.
Una de las opciones más adecuadas, para la CVC, es su traslado al zoológico de Cali, cuyos delegados ya han llegado a los estanques de piscicultura y han tomado muestras, con el fin de realizar el análisis de laboratorio para conocer la calidad de agua, replicar las condiciones en sus acuarios y programar el posible traslado.
“Al pirarucú lo tenemos en una pileta, asociado con otras especies que a su vez le sirven de alimento, pero ya no contamos con las condiciones aptas para su tenencia, por lo que representantes de zoológico de Cali ya vinieron y realizaron mediciones del agua”, puntualizó Luis Alfonso Gaviria, funcionario de la CVC.
La CVC recordó que el tráfico de fauna silvestre no sólo se limita a aves, mamíferos o reptiles. Los peces también hacen parte de esta problemática y más estas especies que no pertenecen a esta zona, pues muchas personas que los han tenido, al ver su tamaño, deciden liberarlos en ríos y humedales, amenazando la fauna nativa del Valle del Caucay generando un desequilibrio ambiental en los ecosistemas de la región.
Mientras se analiza el destino final del pirarucú, los funcionarios de la CVC señalaron que este pez puede llegar a medir más de tres metros y pesar más de 150 kilos, por lo que realizan constantes seguimientos de control y monitoreo de esta especie en el departamento.