Funcionarios de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), y de la alcaldía local de Tunjuelito, apoyados por la Policía Metropolitana y la Personería Distrital, suspendieron de manera preventiva las actividades de 15 curtiembres que funcionan en el sector de San Benito, por desacatar instrucciones sobre los controles ambientales que deben tener en sus procesos productivos.
En el sector de San Benito, que alberga un promedio de 260 curtiembres, el problema de contaminación que generan los procesos de curtido de pieles ha afectado directamente las aguas del río Tunjuelo..
Mediante este operativo, las autoridades distritales impusieron una medida preventiva de suspensión de actividades a un total de 18 establecimientos del sector, entre los cuales figuran también dos empresas dedicadas a comercializar productos químicos y uno a lavar carros.
A las 15 curtiembres los sellos les fueron instalados en los bombos “grandes tambores en los cuales se realiza el proceso de curtido y de pelambre” y en los motores de los mismos, mientras que a los establecimientos de productos químicos, que no contaban con licencias ambientales, les fueron pegados en la entrada de cada negocio.
En promedio, cada curtiembre cuenta con dos bombos dentro de sus instalaciones, ya sean utilizados para escurrir, pelar o curtir las pieles.
En lo que va corrido de la administración de Samuel Moreno Rojas, la SDA le ha impuesto medida de suspensión de actividades a 51 curtiembres.
Según Juan Antonio Nieto Escalante, Secretario Distrital de Ambiente, la gran mayoría de estas empresas habían sido notificadas desde hace más de seis meses por la autoridad ambiental. “Lo correcto hubiera sido que ya no estuvieran laborando. Al desacatar lo dispuesto por la SDA se impone la medida preventiva de suspensión de actividades”.
Ahora, los curtidores tienen que tramitar un permiso de vertimientos ante la Secretaría de Ambiente, además de aplicar sistemas de tratamiento eficientes en sus procesos productivos, que mejoren la calidad de los vertimientos que son arrojados al río Tunjuelo a través del alcantarillado público del Distrito.
Los vertimientos del proceso de curtido y de pelambre producen vertimientos con alarmantes cargas de materia orgánica y concentración de cromo, el cual es un metal tóxico y cancerígeno.
En cuanto a la concentración de materia orgánica, la norma permite un máximo de mil miligramos por litro. Según los monitoreos de la SDA, los vertimientos de estos negocios superan los 3 mil.
El máximo permitido para el cromo, utilizado para evitar la putrefacción de los cueros, es de un miligramo por litro, el cual no cumplen los empresarios.