Barranquilla, Octubre 2 de 2012.- Una serie de pruebas en campo de nuevas tecnologías para la aplicación de espuma de poliuretano por aspersión -spray-, se realizan durante esta semana en Barranquilla y Bogotá, para determinar la viabilidad de utilizarlas y así evitar los efectos nocivos de los HCFC, usados como agentes espumantes, sobre la Capa de Ozono.
Según información suministrada por el Ministerio de Ambiente, gracias a un proyecto bilateral entre los gobiernos de Japón y Colombia, en el marco del Protocolo de Montreal, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, como agencia implementadora, técnicos de la empresa japonesa Achilles Corporation desarrollan pruebas con su nueva tecnología de CO2 en estado Supercrítico, para producir espuma de poliuretano en spray con el fin de aislar superficies y crear ambientes más estables de temperatura en cuartos fríos, galpones o bodegas de almacenamiento donde la temperatura es fundamental.
El proyecto busca evaluar la efectividad de la tecnología japonesa (CO2 Supercrítico) y su adaptabilidad a las condiciones extremas de ciudades como Barranquilla y Bogotá. Hasta el momento, se ha podido establecer que los beneficios ambientales de su utilización redundan en disminuir la afectación de la Capa de Ozono y su bajo potencial de calentamiento global. No obstante, se evaluarán las propiedades técnicas de la espuma de poliuretano, con el fin de determinar si son las adecuadas para las necesidades del mercado latinoamericano.
Las pruebas están siendo desarrolladas, en las bodegas de Termec Ltda. en Barranquilla, con el acompañamiento de dos técnicos japoneses, ingenieros expertos del PNUD y la participación de la empresa Espumaltex, interesada en la búsqueda de tecnologías más sanas y provechosas en el mercado de las espumas rígidas por aspersión. Los resultados se conocerán en marzo del 2013 y en caso de ser compatibles con las necesidades del país, se dará inicio a una segunda fase de divulgación, que permita la entrada de esta tecnología al país.
El proyecto es el resultado de las diferentes estrategias que adelanta el gobierno colombiano con el fin de cumplir con el Protocolo de Montreal, ratificado por Colombia, que propende por la búsqueda de acciones que mitiguen el daño causado a la Capa de Ozono.