Buena medida la del Alcalde Mayor de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, de conminar a la administración distrital a crear una estrategia para el manejo adecuado de la creciente basura de dispositivos electrónicos. Teléfonos celulares, monitores, teclados y otros accesorios de los computadores viejos van a parar hoy a la basura sin ningún tipo de control, excepto algunas iniciativas de empresas productoras de neveras, de celulares y de cartuchos de tinta para impresoras, que se han unido a campañas institucionales como contribución a nuestro maltratado planeta.
Justamente en el lanzamiento de la campaña de reciclaje de celulares, a comienzos del 2008, el ministro de Ambiente, Juan Lozano Ramírez, recordaba que son cerca de 30 millones de aparatos en desuso que pueden estar por ahí causando potencial daño?. Algo similar debe estar ocurriendo con los computadores, si se tienen en cuenta que, de acuerdo con el Dane, a abril de este año, 29,4% de los hogares de las 13 principales ciudades del país poseen computador. Las que más tienen son Bogotá, 35,4%, seguida por Medellín con 33,9%, Pasto con 28,6% y Cali con 27,7% (Dane).
Según el acuerdo sancionado por el Alcalde, a más tardar en el 2010, la capital del país debe iniciar una estrategia integral para que se cumpla un proceso de reciclaje adecuado a la basura que generan los aparatos electrónicos.
La iniciativa, planteada por la concejal Clara Sandoval, no es más que otra de las urgencias en materia del manejo adecuado que se debe dar a las basuras, incluidas las de los centros hospitalarios, por las cuales se generó recientemente una gran polémica nacional, al constatarse que varias de estas instituciones tampoco se preocupan por el destino final de estos peligrosos desechos.
Lo importante ahora es que ese gesto ambiental del mandatario de la capital no se quede sólo en el papel. Bogotá, por ser la ciudad con mayor número de habitantes del país y por ser la que más produce basura electrónica, conocida internacionalmente como e waste está llamada a ser la pionera en un manejo integral de electrodomésticos, celulares, computadores y demás aparatos derivados de la industria informática, que cada vez se vuelve más desechable a corto plazo, no sólo porque se han cumplido los ciclos de vida útil sino porque el ritmo tecnológico hace que día a día se desactualicen más rápido los modelos que salen al mercado. Países como Chile, México, Venezuela y Argentina, entre otros, vienen trabajando en este tema desde hace varios años y aún así todavía se percibe la pereza por el reciclaje de los aparatos electrónicos.
El reciclaje de estos equipos debe ir más allá de las simples campañas para invitar a los dueños y usuarios de aparatos electrónicos a entregarlos en ciertos puntos de recaudo. Del uso adecuado que se haga de estos dependerá la efectiva garantía de eliminar las sustancias nocivas que contienen los computadores, tales como plomo, cadmio, cromo y mercurio.
Precisamente los encargados de difundir las permanentes ofertas para invitar a cambiar los computadores, celulares, impresoras, memoria USB y demás accesorios deberían jugar un papel fundamental dentro de los procesos del manejo final que se le da a los aparatos que son reemplazados. Un estímulo económico sería una buena estrategia para iniciar una cultura ambiental en el campo de los productos electrónicos, donde hasta los ratones deben ser debidamente reciclados.