Medellín, Enero 17 de 2012.- EPM y la Universidad de Antioquia quedaron facultadas para gestionar la fabricación en serie de un aparato diseñado especialmente para tratamientos térmicos y procesos de fundición de materiales no ferrosos, como el aluminio, el latón y el cobre, denominado "horno de crisol regenerativo".
El aval, según informó la EPM, fue otorgado por la Oficina de Patentes de la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia, que concedió la patente por la creación y aplicación de un modelo técnicamente denominado "Horno autorregenerativo para la fusión de materiales no ferrosos y tratamiento térmico".
Según informó el gerente general de EPM, Juan Esteban Calle Restrepo, la patente del horno de crisol será tercerizada, para posibilitar su fabricación en serie y su posterior comercialización. “Previo estudio de mercado, nos decidimos por Indisa S. A., una empresa de Ingeniería con un alto potencial de internacionalización y crecimiento, fundada por un grupo de profesores de la Universidad Pontificia Bolivariana, que fabrica piezas industriales de alta tecnología y que emplea mano de obra local”, explicó el funcionario.
Los esfuerzos de mercadeo se enfocarán en principio en el Valle de Aburrá, donde se asienta un número importante de empresas de fundición, pero la meta es llegar en poco tiempo a otras regiones colombianas e incursionar en los mercados latinoamericano y norteamericano, donde estos procesos se trabajan también en condiciones muy domésticas y altamente contaminantes.
Calle Restrepo indicó que “este producto de tecnología limpia modificará de manera positiva las actuales condiciones de trabajo de la industria de la fundición y de sus operarios, impactándola positivamente en términos de competitividad y salud ocupacional, y generando múltiples ahorros sociales y económicos”.
Ventajas y beneficios
El producto nació de un proyecto creado por el Grupo de Investigación Gasure de la U. de A., que ganó una convocatoria promulgada por EPM en 2007 para apalancar y promover iniciativas de innovación en el marco de su Sistema de Investigación y Desarrollo, adoptado por la organización desde 2004. “Caracterización de empresas de alta temperatura del Valle de Aburrá”, fue el tema propuesto por el Grupo Gasure para indagar las variables y los tipos de energéticos usados por estas industrias.
El equipo estuvo liderado por el científico Andrés Amell Arrieta, Ingeniero Mecánico del Alma Mater, Magister de la Universidad Nacional y especialista en implicaciones económicas de las variaciones de la temperatura ambiente en la operación de centrales térmicas a gas en Colombia.
El profesor Arrieta fue el inventor del producto final, el horno de crisol, con el cual EPM y la U. de A. aspiran a modificar los actuales procesos de la industria de la fundición, obsoletos y dañinos para sus operarios y para el medio ambiente, de acuerdo con los resultados arrojados por la investigación encomendada a la U. de A.
Con base en esta exploración, en 2009 la U. de A. desarrolló un prototipo industrial a gas, como sustituto de los que hoy funcionan con combustibles altamente contaminantes, como el aceite quemado, elaborados en muchos casos de forma manual, y sin ninguna consideración normativa o ambiental.
El producto propuesto, apto para procesar hasta 200 kilogramos de material, fue bautizado como “Horno de crisol autorregenerativo”, porque reutiliza el aire caliente en la combustión. En términos simples, lo reutiliza, consumiendo hasta un 50% menos de combustible y haciendo más eficiente en tiempo el trabajo de fundición. Mundialmente, la combustión del gas natural está catalogada como la más limpia entre los combustibles tradicionales.
Ambiente más limpio
Calle Restrepo, explicó que las pruebas realizadas con este prototipo en las empresas de fundición no sólo han evidenciado la eficiencia del horno de crisol en este proceso, sino beneficios ambientales contundentes. “Este horno garantizará a las industrias de fundición un ambiente más limpio, un trabajo más amigable, más cómodo y menos riesgoso para sus operarios y empleados; procesos eficientes y competitivos; reducción ostensible en los gastos de combustible, y en cuanto a su resultado final, piezas de mayor calidad, a diferencia de las que se entregan hoy, que contienen algunas impurezas que debilitan sus propiedades físicas”.
El directivo anunció que para facilitar la conversión de las industrias a esta nueva tecnología, EPM diseñará programas especiales de financiación, con tasas y plazos especiales.
“Por su alto impacto sobre el ambiente, la normatividad de calidad del aire ejercerá un control estricto sobre este tipo de industrias en muy poco tiempo, lo que las puede conducir a un cierre inminente si no se adecúan a las nuevas reglas, ya que muchas de ellas están localizadas en zonas mayoritariamente residenciales. La opción de convertirse a tecnologías limpias y más eficientes sólo les traerá ventajas y beneficios, y nosotros estamos dispuestos a acompañarlos en este cambio”, reiteró el gerente general de EPM