Cerca del 90 % de mieles provenientes de 23 departamentos y que fueron cosechadas a diferentes alturas, cumplen con los estándares internacionales de alta calidad relacionados con frescura, buenas prácticas agrícolas y manejo, según pruebas realizadas por investigadora de la Universidad Nacional.
BOGOTÁ D.C.- La caracterización de mieles del país mediantes pruebas para identificar su sabor, frescura y demás indicadores relacionados con su calidad, le permitió a diana Carolina Acosta Opayome, magíster en Ciencia y Tecnología de Alimentos, de la Universidad Nacional de Colombia, establecer que la mayoría de este producto cumple con todos los parámetros internacionales.
Según informó la Agencia de Noticias de la UNAL, la investigadora incluyó a 115 muestras de mieles provenientes de diferentes partes del país, y que participaron en un concurso a nivel nacional en 2018, en donde se convocaron a fincas, asociaciones de apicultores y personas interesadas en participar.
Estas mieles ya tenían un avance en la caracterización de algunas propiedades fisicoquímicas, sin embargo, para complementarlas, la investigadora realizó un análisis de ceniza, para evaluar los minerales presentes y los sólidos insolubles que califica el proceso de buenas prácticas de manufactura de obtención de la miel, entre otros parámetros; y en el ICTA, con el apoyo de algunos compañeros y docentes, la magíster trabajó en el desarrollo de la naríz y la lengua electrónica.
“En principio hicimos una depuración de los resultados, tomando en cuenta la legislación internacional para evaluar la calidad de la miel, así que filtramos los datos que no habían dado buenos resultados, y manejamos la información de las mieles que cumplían con los parámetros internacionales”.
En este sentido, el primer filtro para decir si las mieles clasificaban o no era altura, analizando los diferentes pisos térmicos de donde provenían, si era cálido (de 0 a 1000 metros sobre el nivel del mar), templada (1.000 a 2.000), o fría (más de 2.000).
“Las mieles evaluadas bajo los estándares internacionales lograban un 78 % de nivel de clasificación, lo que quiere decir que, usando los resultados fisicoquímicos y de nariz y lengua electrónica en conjunto, las mieles muestran diferencias entre sí, dependiendo del piso térmico en donde se dio su cosecha”.
¡A consumir más miel!
Parte de la problemática identificada en la investigación de la magíster Acosta, es que la miel tiene un muy bajo consumo en el país. Mientras que en Europa hay países que consumen hasta 1 kilogramo de miel por persona al año, en Colombia el consumo por persona llega solo a 100 gramos por persona al año.
Esto, según la investigadora, podría darse por el tema de costos, pero también por los mitos alrededor de este producto.
“Si vas a un asadero de pollo broster, muchas personas piensan que lo que les ofrecen es miel, cuando no es así. Existe un desconocimiento general de lo que es y no es miel de abejas, y en ese sentido, es difícil que las personas piensen en invertir más dinero en algo que creen sigue siendo azúcar, o sin tener la certeza de que se trate de miel 100 % pura”.
Uno de los principales mitos alrededor de la miel es la cristalización, pues se suele creer que cuando esto pasa, no se trata de miel 100 % pura. Sin embargo, la miel cristaliza de forma natural y de diferentes texturas, algunas más gruesas y otras más finas, aunque los consumidores suelen pensar que se trata de azúcar añadida o panela.
Otro mito que hay alrededor de la miel es el color, asociando el producto a un color único, sin embargo, la investigadora Acosta aclara que en su presentación, los colores pueden variar desde blancas, rojas, hasta casi negras, ya que todo depende de la flor de la cual la abeja haya obtenido el néctar, de la época del año y de la cosecha de flores que exista en el momento, entre otros factores.
“Los apicultores y asociaciones de apicultores que cumplen con las características y estándares internacionales, a su vez, le aportan mucho al consumidor, a reducir ese temor de estar comprando miel falsificada o adulterada, dándoles “la tranquilidad” de estar comprando un producto natural y 100% puro”.