Con el apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través de Fontur, cuatro hoteles de Barú y el Aviario Nacional de Colombia lanzan la campaña “Barú, un mundo natural por descubrir”.
BARÚ (Bolívar).- LA península de Barú, ubicada hacia el sur de Cartagena y a la que se puede acceder por tierra o por mar, navegando por las aguas del Caribe, ofrece uno de los ecodestinos más hermosos y diversos del continente del que todavía hay mucho que conocer y explorar.
Uno de los mayores atractivos es la gran cantidad y variedad de aves: garzas reales, carpinteros, pelícanos, turpiales, entre otras muchas especies se pueden apreciar volando libremente o posando entre las ramas de los árboles de la isla. Otras aves endémicas como la guacharaca caribeña, la guacharaca guajira, el colibrí cienaguero, el carpintero castaño, el chamicero bigotudo y el atrapamoscas venezolano, sumadas a muchísimas más que cruzan el cielo caribeño, están convirtiendo a Barú en un destino para el turismo de naturaleza.
Barú Playa Eco Beach Resort, Aura Hotel Barú, Hotel Playa Manglares, Hotel Isla del Encanto y el Aviario Nacional de Colombia, con el apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través de Fontur, diseñaron la campaña Barú, un mundo natural por descubrir, para promover este paraíso entreturistas nacionales y extranjeros. En efecto, estas organizaciones se preparan para recibir visitantes de todos los rincones del mundo, brindándoles las comodidades necesarias para disfrutar de un lugar tan especial.
Turismo de naturaleza
En Barú las condiciones para el turismo de naturaleza están dadas y a esto se suma que Colombia es el primer país en diversidad de especies de aves en el mundo, con 1.932 identificadas según la Wildlife Conservation Society, lo que ha atraído las miradas de ornitólogos, expertos en estas poblaciones.
De lo mucho que todavía hay que aprender está que los ecosistemas de la isla son el refugio perfecto de muchas especies de flora y fauna que coexisten en esta región y que son un insumo educativo para que los visitantes puedan aprender de ellas, a través de ecoturismo y contribuir al desarrollo socio-cultural de las comunidades nativas.
Así, estos privilegios naturales y propios de Barú hicieron que esta iniciativa privada encontrara el apoyo del Estado y se convirtiera en una campaña que muestre no solo a la Isla sino al país como un destino ideal para el ecoturismo y el disfrute de variedad de aves, con la seguridad de ofrecer estadías cómodas, seguras, exclusivas y con buen servicio y atención.
Secretos de este ecodestino
Sus aguas cristalinas, arenas blancas, una de las playas más bellas de Colombia, canales de manglar, espejos de agua, jardines y pastos submarinos y cientos de peces de colores son solo algunos de los atractivos naturales que posee Barú. Con solo mirar dónde está ubicada la isla y con qué limita, se entiende por qué es un lugar privilegiado: tiene al Mar Caribe en frente y detrás, un paisaje y un entorno muy diferente: el Canal del Dique, un brazo del Río Magdalena que desemboca en la bahía de Cartagena.
Cuenta, además, con el Parque Nacional los Corales del Rosario y de San Bernardo, área protegida que cobija una de las barreras de arrecifes más extensas del Caribe Colombiano.
Dentro de sus innumerables características, también tiene joyas imperceptibles como un ecosistema que, aunque invisible para muchos, posee un valor ambiental muy grande para esta isla: el bosque seco tropical, que se caracteriza por presentar condiciones extremas de sequía y una vegetación con árboles de poca altura y llenos de espinas.
Aunque Barú tiene todas las condiciones para ser un paraíso, este bosque seco tropical se encuentra críticamente amenazado, ya que ha perdido gran porcentaje de su cobertura original y mucho de lo que existe hoy son pequeños fragmentos trasformados por el hombre.
Con la campaña Barú, un mundo natural por descubrir también se busca crear conciencia ambiental en la comunidad local y en los turistas, para que en conjunto se logre reducir las amenazas que afectan la integridad ecológica de este ecosistema. Los promotores de esta campaña saben que solo dando a conocer esta belleza natural única será posible, cuidarla, quererla y conservarla
En plan de vacaciones
La duración promedio para disfrutar de todos los encantos de Barú es de 3 a 5 días. Las playas son espectaculares, no son atiborradas, son blancas, suaves, de mar tranquilo.
Dependiendo del hotel hay planes como bucear, caretear, hacer snorkel, montar a caballo, conocer el mundo marino, deleitarse con los platos típicos y la comida de mar.
Un paseo por los manglares puede ser una gran experiencia. O bañarse en la noche en el mar con el plancton destellante con luz fluorescente que sin, lugar a dudas, es uno de las actividades más atractivas y exóticas de la isla, bajo las estrellas.
Barú puede ser simplemente el lugar para ver espectaculares atardeceres, caminar y solo sentir la brisa y el sonido de las aguas del Caribe y de las aves que habitan y que pasan por allí.
En Barú. además, está el Aviario Nacional de Colombia que abrió sus puertas hace tres años. Se trata de exhibiciones distribuidas en siete hectáreas donde viven 2.000 ejemplares, lo que lo hace el aviario más grande de Colombia con 170 especies de aves nativas, 20 de aves exóticas y 3 endémicas.
El Aviario tiene programas de conservación y preservación de especies amenazadas. Allí, por ejemplo, está una de las tres parejas de cóndores que llegaron a Colombia desde Chile hace tres años, como parte de un programa internacional: se busca la reproducción de los cóndores en ex-situ y hacer una evaluación genética comparativa entre los del sur y los del norte del continente.
Los cóndores ya pusieron su primer huevo en el Aviario. En este lugar que solo se ve en Barú, también nacieron dos polluelos de Paujil Piquiazul, Crax Alberti, especie endémica en peligro crítico (CR).
Las tarifas para una estancia en Barú, dependiendo del hotel y de los planes, está entre los 400 mil pesos y el millón de pesos y es recomendable para familias.
Los turistas de algunos de los hoteles de este proyecto son en un 70 % extranjeros que han encontrado en Barú el encanto del mar, los manglares, las playas, la biodiversidad y hoteles con todos los servicios y comodidades que no tiene nada que enviarles a otros del mundo