Viajar al centro de este pueblo de Cundinamarca, a los lugares ubicados a su alrededor o a los municipios aledaños es la oportunidad para conocer y apreciar la zona rural de la sabana enmarcada por hermosos paisajes. (Texto y fotos: María Cristina Sarmiento Castro)
BOGOTÁ.- Saliendo por la calle 80 en vía hacia el vecino municipio de El Rosal, recorremos la autopista Medellín hasta la intersección que conduce hacia Subachoque, población ubicada a 45 km. de Bogotá, en la Provincia Sabana Occidente, Subachoque.
Vamos en una camioneta alrededor de 15 personas, entre ellas el guía de la caminata que vamos a iniciaar. Llevamos bebidas hidratantes, chaqueta para posible frio o impermeable si hay lluvia, ropa de cambio, crema anti-solar, gorra, documentos, medicinas personales, además comida y almuerzo de caminante (frutos secos, bocadillo, queso, frutas, sándwich, etc.)
Es domingo y, desde temprano, el municipio de Subachoque recibe a gran variedad de visitantes que llegan en sus bicicletas y otros medios para disfrutar de un desayuno típico, ya sea con caldo de costilla o de pescado, huevos, chocolate, jugo, queso, agua de panela, entre otros, que proporcionan energía para continuar pedaleando o caminando por los alrededores.
Ubicado al noroccidente de la capital colombiana, el municipio de Subachoque limita al oriente con los municipios de Tabio y Tenjo, al Norte con Zipaquirá, al Occidente con San Francisco, Pacho y Supatá, al Sur con Madrid y El Rosal. Tiene una extensión total de 211.53 km2 con una temperatura que oscila entre los 7°C y 13 °C.
Retomamos el camino por la vía que conduce al Pantano de Arce pero antes nos desviamos hacia el sector de tres esquinas donde iniciará nuestra caminata. Esperamos recorrer 12 kilómetros, las primeras imágenes nos conducen por los caminos de una tierra fértil.
“Son sus suelos riqueza ecológica
patrimonio y Tesoro ambiental;
sus entrañas producen las mieses
que sustentan a un pueblo ideal”
(Segunda estrofa del himno municipal)
En el paisaje se destacan los árboles, algunos de los cuales se convierten en señales guía; también se consiguen arbustos de moras. Las espigas parecen un gran colchón a lo largo del campo, la neblina por momentos nos encuentra haciendo desaparecer el camino; el río San Miguel, que nace en el Pantano de Arce, acompaña momentos de la travesía.
Se debe comer o hidratarse según la necesidad. Caminamos hasta empezar a bajar por una parte de la montaña un poco resbalosa (con ayuda de los árboles o un bastón improvisado), atravesamos una pared y al llegar nos encontramos con el hermoso manantial, la Cascada Hilo de Plata. Se debe tener precaución por las piedras resbalosas. El lugar invita a estar tranquilo alrededor de un ambiente sano, bien cuidado.
De las cimas se admira el paisaje
Y sus mantos de varios colores
De esta tierra que fue tibio albergue
De los chibchas y los españoles.
(Séptima estrofa del himno)
Salimos renovados a buscar un lugar para almorzar, descansamos bajo los árboles, algunos alcanzan a tomar una siesta. Durante el recorrido alcanzamos a divisar los municipios aledaños,no encontramos a ningún poblador, sin embargo, se observa su presencia; está el fluir claro del río, la flora, los pájaros, el aire fresco, limpio y también los cultivos; papa, zanahoria y maíz principalmente, más la ganadería, otra importante base de su economía.
Después de aproximadamente cuatro horas de caminata, cerca al camino vehicular, llegamos a una vivienda y nos sorprende el espacio destinado a los desechos plásticos, sin lugar a dudas el campesino sabe cuidar su tierra. Parece que todos bajan al pueblo en día festivo o van de visita, una costumbre de habitantes en zonas rurales.
Viajar al centro de Subachoque y a los municipios aledaños es una oportunidad para conocer y apreciar la zona rural de Cundinamarca enmarcada por hermosos paisajes, aire puro, aguas cristalinas y una gran riqueza animal y vegetal que contrasta con la vida citadina ocupada por la contaminación, el tráfico, la inseguridad, entre otros, haciendo del viaje un momento de reflexión y cuestionamiento sobre la realidad en todas sus manifestaciones.
El Pantano y Guamal son recurso
como fuente de vida y acción
allí nacen cristalinas aguas
que alimentan la verde región.
(Cuarta estrofa del himno)
Después de viajar, al llegar a la ciudad, no queda más que esperar la próxima salida.
El tablazo es el cerro más alto
En la cumbre se encuentra el radar,
Y por ende le sirve a Colombia
Como ayuda, control y señal.
(Quinta estrofa del himno)