Van en busca de un espectáculo único, irrepetible, inolvidable y reconciliador: Vivir el amanecer llanero desde los 5.530 metros de altura en la cumbre del pico Ritacuba Blanco, la máxima de la cordillera oriental enclavado en la esquina que une a Boyacá, Arauca y Casanare, un sueño que pocos logran vivir con sus pies sobre esa nieve.
Gabriel Cardona, coronel del Ejército Colombiano, quien ha resignificado el sentido de vivir a bordo de su expedición montañista con soldados heridos en combate, quienes conquistaron la cumbre más alta de cuatro continentes, la cima del Aconcagua -techo de América con 6.962 metros de altura- sabe que los secretos de la montaña no son para todos. Pocos logran conocerlos. Ahora, acompañado de cinco coequiperos con condición física excepcional, y el grupo profesional de soporte y acompañamiento, preparan el ascenso a la cima en el Parque Natural Nacional de la Sierra del Cocuy.
La montaña cierra heridas
La ausencia de las dos piernas en un cuerpo humano, o de las dos manos, o la visión, no impide disfrutar la vida y menos si se llega en esta condición a la cima de una maravilla como la nieve del Cocuy. Todas las carencias se borran en esa estatura y la vida comienza con una nueva mirada libre de preconceptos y barreras mentales.
El ser humano aprendería a valorar en su real dimensión el privilegio de vivir, si pasara una vez por una cumbre como la del Ritacuba. La montaña enseña que vivir bien es mucho más que tener lo que creemos indispensable y que nos hace sufrir, aquí abajo. Todas las angustias de acá en el piso se borran en el camino y en la cumbre. Es el aprendizaje de Gabriel Cardona y de cada ser humano que logra pararse sobre la nieve en cada cumbre montañosa. El espíritu del montañismo.
En esa búsqueda trabajan fuerte, y más lejos cada día de la situación en que los dejó la violencia, los cinco montañistas que viven condición de discapacidad por causa de minas antipersona que les quitaron sus dos piernas en cuatro casos y las dos manos en el otro. Una persona ciega pidió ser integrada al equipo, dice el director de esta expedición a la cumbre de la capacidad y la voluntad.
Con el testimonio de su propia rehabilitación, una prótesis que suple la ausencia de uno de sus pies, el Coronel Gabriel Cardona dirige desde hace años el desarrollo deportivo como factor de inclusión para soldados, suboficiales y oficiales del ejército heridos en combate y han reafirmado su valor en un riguroso proceso rehabilitador. Su inventario de logros y realizaciones, habla de la presencia de atletas en esta condición en carreras atléticas internacionales, juegos nacionales, diversidad de competencias dentro y fuera de Colombia. El montañismo es una de las experiencias de mayor exigencia, trabajo, entrenamiento y preparación en el proceso.
“Estamos rehabilitando a los heridos en combate, con los equipos de montaña. Quienes vivimos condición de discapacidad no tenemos porque quedarnos encerrados en la casa y es lo que enseñamos con nuestra presencia en las cumbres montañosas, hecho que nos permite mostrar capacidad a través de la difusión alcanzada.
Falta educación ambiental
La responsabilidad de cuidar el medio ambiente es compartida. “No lo estamos haciendo y es aterrador ver todo lo que hemos perdido en un lugar como el Parque Nacional del Cocuy. Pérdida de nieve y nacimientos de agua. Estamos dañando el frailejón, una especie de 150 años. Falta mucha educación en medio ambiente. El Gobierno tiene que trazar un rumbo claro para todos”, expresa con preocupación Gabriel Cardona.
Para emprender el recorrido a la cima del Cocuy, en una campaña que llame la atención sobre la preservación de esta joya colombiana que muchos quieren venir a conocer desde todas partes del mundo, entrena duro con estricto rigor el equipo de montañistas que tiene como novedad la presencia de atletas con amputación bilateral, ausencia de sus dos piernas y, en un caso, amputación de las dos manos. “Este es un proceso innovador, aprenden a caminar con sus prótesis en un laboratorio de marcha. Hacemos rehabilitación en muro, hipoterapia, hidroterapia en piscina, escalada en muro artificial y en las piedras de Suesca”.
El equipo que en febrero de 2009 coronó la cima del Aconcagua, estuvo integrado por atletas montañistas con amputación en una de sus piernas, como el caso del coronel Cardona, responsable del grupo. Los montañistas llevan en su equipo ayudas como muletas para el caso en que la prótesis falle.
“Todos bajamos con otra mirada de la vida. Si usted se cree muy grande o más que alguien, la montaña lo hace ver en su tamaño real. La montaña arranca los miedos y hace olvidar la discapacidad. El medio ambiente es un reencuentro total con la esencia de vivir. Todos llegamos con metas personales más altas”.
“Vamos a alcanzar la cumbre del Cocuy en julio de 2010, si el clima no se torna imposible. El siguiente reto es el Kilimanjaro, la cumbre más alta de África en 2011. Así pensamos llegar a la cumbre más alta de cada continente. Ya hicimos América, luego África, después Europa hasta lograr la máxima que es Asia con la cima del mundo en el Everest”.
En 2010, Nelson Cardona, otro colombiano con amputación en una de sus piernas, quien ya coronó la cumbre del Everest con sus dos piernas, intentará llegar por segunda vez en su nueva condición física con una prótesis, para mantener su vocación de montañista vitalicio.
Acompañamiento a turistas
El turismo en el Parque del Cocuy debe ser orientado a la preservación y el cuidado riguroso del ecosistema para evitar su deterioro acelerado. La gestión de basuras y desechos debe mejorar. Los turistas no deben estar sin acompañamiento de guías y normatividad para controlar el manejo de desechos. Son recomendaciones del Coronel Gabriel Cardona para quien “los montañistas somos ambientalistas y cuidamos la naturaleza”, pero los turistas no tienen esa conciencia. Es necesario formar para la protección y cuidado del ecosistema a los habitantes del entorno. Con programas como familias guardabosques debe fortalecerse la protección de la reserva.
Esa convicción le permite afirmar que lo más hermoso del mundo en montañas está en el Cocuy y algo me dice que aquí los ángeles enseñaron a hacer montañismo.
