Una campana de hierro que invita a ser tocada transporta la mirada al cielo. Cada campanazo encierra un deseo que pide el visitante y que, según lo anuncia el guía, se cumplirá cuando las nubes estén más cerca del cielo.
La campana, que cuelga al final de la amplia escalera de piedra que invita a entrar, es el preámbulo a la puerta grande de Arboloco, exclusivo restaurante que alberga en su interior amplios espacios decorados con muy buen gusto y con entradas de luz natural que lo hacen cálido y atractivo para celebrar momentos muy especiales. Del espacio correspondiente al restaurante, donde se ofrece un menú que va desde la típica aguadepanela con queso, hasta los más selectos platos internacionales, se pasa a un espléndido salón de eventos decorado con figuras en roble y en el que una puerta de vitral le da paso a la discreta capilla resguardada por dos troncos gigantescos que sirven de base a velones ceremoniales.
Después del campanazo y de mirar al cielo en busca del deseo cumplido comienza la aventura a uno de los parques naturales más cercanos a Bogotá: Chicaque, reserva natural de más de 300 hectáreas localizada en jurisdicción del municipio de San Antonio del Tequendama, por la vía a Mondoñedo a escasos 20 minutos de Soacha, en el sur de la capital.
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