Del 10 al 15 de agosto de cada año y, normalmente, con excelentes condiciones de visibilidad, se puede apreciar el fascinante espectáculo de 50 y 80 meteoros cruzando el cielo en una hora. Son las famosas lluvias de estrellas, que se pueden ver a simple vista. (Por: Germán Puerta Restrepo) (Fotos: NASA)
BOGOTÁ D.C.- Cuando observamos el cielo en noches despejadas podemos observar, sin aviso, y durante unos pocos segundos, el veloz tránsito de una “estrella fugaz”, un destello en movimiento veloz.
En realidad, este evento se llama “meteoro”, y se produce por el veloz ingreso desde el espacio exterior de pequeños fragmentos de materiales que se incineran al entrar el contacto con la atmósfera, desintegrándose completamente a grandes alturas. La mayoría son apenas del tamaño de una semilla. Otros, de mayor tamaño se acostumbra llamarlos “bólidos”, y más grandes pueden ocasionalmente impactar la superficie terrestre; en este caso se denominan “meteoritos”.
Cuando la Tierra encuentra muchos meteoroides al mismo tiempo, decimos que se produce una lluvia de meteoritos.
En ciertas épocas del año el fenómeno es más frecuente, precisamente cuando la Tierra cruza por las órbitas de algunos cometas. Los cometas en su periódico tránsito alrededor del Sol despiden a lo largo de su trayectoria un continuo rastro de material, y cada vez que nuestro planeta pasa a través de estas zonas se produce lo que comúnmente se llama "lluvia de estrellas".
La Tierra intercepta la órbita de cada cometa en las mismas fechas del año, y por ello son varias las “lluvias” que se pueden observarse en forma periódica.
Una de las más conocidas lluvias de meteoros son las Perseidas, denominadas así porque el radiante de meteoros pareciera provenir de un punto del firmamento localizado en la constelación Perseo.
Se observan del 10 al 15 de agosto de cada año y normalmente, con excelentes condiciones de visibilidad, se pueden contar en su máximo de actividad entre 50 y 80 meteoros en una hora, siendo uno de los más fascinantes espectáculos.
Están asociados a la trayectoria del Cometa Swift-Tuttle, un viajero que tarda 130 años en completar su jornada orbital. Las lluvias de meteoros nos dan una buena oportunidad para salir a mirar el cielo. Hay que escoger un buen punto de atención, en lo posible evitando la luz artificial y por supuesto con cielo despejado. Lo ideal es un campo abierto sin interferencia de árboles o edificios, abrigados adecuadamente e instalados en una cómoda silla para pasar las varias horas de observación.
En este año 2018 el mejor momento de observación de las Perseidas será después de la 1 a.m. del domingo 12 y el lunes 13 de agosto, y además, esta vez sin la presencia de la Luna. No se necesita ningún instrumento. Este es un espectáculo a simple vista. Hay que dirigir la mirada hacia el oriente, por donde aparece en el horizonte la constelación Perseo, y empezar a contar meteoros.