Luego de su reproducción en cautiverio, en Villavicencio, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional liberará 15 cocodrilos en el río Manacacías, con el objetivo de recuperar esta especie, que se encuentra en peligro de extinción. (Fotos: Unimedios)
Bogotá D. C. Quince ejemplares de la especie Crocodylus intermedius, también conocido como “caimán llanero”, serán embarcados desde la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) en Villavicencio, para ser trasladados a Puerto Gaitán (Meta).
En Puerto Gaitán, abordarán lanchas en el río Manacacías, por el cual navegarán durante cerca de ocho horas para dirigirse a la desembocadura del caño Cumaral, el primero de los sitios considerado apto para la liberación de estos reptiles que se encuentran en vía de extinción.
“En esta ocasión se liberarán tres grupos conformados, cada uno, por un macho y cuatro hembras, los cuales irán a igual número de sitios, a una distancia aproximada de 20 kilómetros entre sí”, informó el profesor Carlos Moreno, de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la U.N., integrante del equipo de investigadores que participará en la jornada.
Las medidas de los cocodrilos seleccionados oscilan entre 3,50 y 3,80 metros, en el caso de los machos; y de 2,50 a 2,70 metros, en el de las hembras. Sus edades van desde los 3 hasta los 11 años.
Estos ejemplares nacieron y se criaron en la Estación de Biología Tropical Roberto Franco, en la cual se tiene tanto el programa de reproducción de los especímenes como la información sobre su origen genético, según explicó el profesor Moreno.
El interés inicial de esta liberación es que los cocodrilos definan su territorio, hagan sus grupos y, con el tiempo, se reproduzcan.
Respecto a este último punto, el profesor Moreno advirtió que no se puede permitir que haya consanguinidad entre los animales liberados, por lo cual un experto biólogo estableció todas las posibilidades genéticas y seleccionó los grupos en los que el macho es genéticamente diferente a las hembras.
Los animales serán monitoreados a través de telemetría vía frecuencias radiales en la banda del espectro electromagnético VHF. El objetivo es seguir entre el 40 % y el 50 % de los individuos introducidos. Sin embargo, dado que los transmisores satelitales son de alto costo, solo se instalaron en dos especímenes por grupo (el macho y una hembra).
El equipo investigador deberá acampar en inmediaciones de los sitios de liberación y allí permanecerá durante al menos 48 horas después de haber soltado a los cocodrilos, con el fin de monitorear su comportamiento inmediato. Posteriormente, se mantendrá el seguimiento virtual.
Esta será la segunda liberación de tales reptiles por parte de la U.N., si se tiene en cuenta que el año pasado se dejaron en libertad cuatro especímenes en el área de La Macarena.
El proceso también es liderado por la profesora María Cristina Ardila, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la U.N., además cuenta con el apoyo de la Estación de Biología Tropical Roberto Franco –que dirige el profesor Pedro Sánchez–; la Corporación Autónoma Regional Cormacarena; el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Defensa Civil. Adicionalmente, se está gestionando una alianza con la Armada Nacional.
El proyecto incluye el trabajo con las comunidades de la zona, por lo cual se indagó para qué usan estas el río, con el objetivo de implementar planes de manejo de acuerdo con las necesidades de los pobladores y así prevenir el conflicto humano-cocodrilo.