Imprimir

Nairobi (Ginebra), Enero de 2013- Las emisiones de mercurios a causa de la minería artesanal se han duplicado desde 2005 y puede incrementrse debido al alza en el precio del oro, advierte un estudio del del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), al precisar que las comunidades de los países en desarrollo asumen cada vez más riesgos para la salud y el medio ambiente a causa de la exposición a este metal tóxico.

En Latiniamérica, entre tanto, el estudio informa que las emisiones de mercurio de la minería de oro artesanal en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú están entre las más elevadas del mundo.

Se calcula que la minería de oro a pequeña escala emite anualmente 727 toneladas de mercurio, es decir, el 35 % del total mundial.

El reporte del centro "Mercury Watch", dedicado a recopilar, analizar y publicar informaciones sobre las emisiones de mercurio originadas por la extracción artesanal de oro, estima que las actividades de la minería informal de oro en Colombia emiten hasta 180 toneladas de mercurio anualmente. Le sigue Bolivia, con 120 toneladas; Perú, con 70; Ecuador con 50; y Brasil, con emisiones entre 25 y 50 toneladas anuales.

China es de lejos el mayor emisor con relación a la minería de oro artesanal, con 444,5 toneladas al año. Sudán y Ghana son los principales en África, con 60 y 70 toneladas, respectivamente.

No se publicaron datos sobre Argentina, Uruguay y Paraguay, donde también hay minería artesanal de oro.

En esta actividad el mercurio es utilizado esencialmente para concentrar el oro, metal al cual se adhiere hasta formar una amalgama pesada que luego es fácilmente separada de otros minerales. El procedimiento resulta barato, simple, rápido y efectivo para los mineros informales, quienes muchas veces ignoran los graves efectos que la manipulación de esta sustancia tiene para su salud.
El estudio del PNUMA evalúa por primera vez las liberaciones de mercurio en los ríos y lagos. Una gran parte de la exposición humana al mercurio se produce a través del consumo de pescado contaminado, de modo que los medios acuáticos inciden directamente en la salud humana.

La demanda de mercurio ha disminuido a nivel mundial en los últimos años; sin embargo, es posible que las emisiones aumenten próximamente un determinadas zonas de África, Asia y Sudamérica.

Ello se debe principalmente a la utilización de este elemento, sumamente tóxico, en la extracción de oro a pequeña escala, así como a la combustión de carbón para generar electricidad.

Pescado contaminado

El estudio del PNUMA evalúa por primera vez las liberaciones de mercurio en los ríos y lagos. Una gran parte de la exposición humana al mercurio se produce a través del consumo de pescado contaminado, de modo que los medios acuáticos inciden directamente en la salud humana.

En los últimos cien años, las emisiones antropógenas han hecho que se duplique la cantidad de mercurio en los primeros cien metros de profundidad de los océanos del planeta. Las concentraciones en aguas profundas han aumentado hasta un 25 %.

El estudio ofrece un desglose exhaustivo de las emisiones de mercurio por región y sector económico, y destaca las significativas liberaciones al entorno que provoca la deforestación.

Según los cálculos, los suelos retenían 260 toneladas de mercurio que ahora se liberan en los ríos y lagos.

El estudio y una publicación paralela del PNUMA (Mercury: Time to Act) han sido presentado formalmente en Ginebra durante el periodo de sesiones del Comité Intergubernamental de Negociación sobre el Mercurio (INC5) que se cumple desde el 13 de enero y concluye este viernes 18.. Los Gobiernos asistentes a este importante encuentro tienen la intención de concluir los debates sobre un nuevo tratado mundial vinculante a efectos de mitigar los daños causados por el mercurio.

De ese modo se mitigarían los riesgos de trastorno neurológico y de conducta y otros problemas de salud humana relacionados con la exposición al mercurio. También se reduciría la contaminación del suelo y de los ríos debido a las emisiones antropógenas de este metal.

El estudio de 2013 emite los datos más recientes sobre las emisiones de mercurio en todas las regiones del planeta y en cada sector económico.

“El mercurio, en sus diversas formas, es todavía un importante problema mundial, regional y nacional que pone en peligro la salud humana y el medio ambiente”, afirma Achim Steiner, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA.

“En el periodo de sesiones de 2009 del Consejo de Administración del PNUMA, las naciones aprobaron la puesta en marcha de las negociaciones para la creación de un tratado jurídicamente vinculante a efectos de reducir las emisiones de la industria y la minería, entre otros sectores, abordar los productos que contienen mercurio y recuperar los emplazamientos históricamente contaminados. Las negociaciones concluyen en tan solo unos días”, añadió.

“Sabemos desde hace siglos que el mercurio es una toxina y una sustancia peligrosa. Actualmente disponemos de numerosas tecnologías y procesos alternativos que nos permiten mitigar sus riesgos para decenas de miles de personas, entre ellas las mujeres embarazadas y sus hijos. Un resultado positivo puede propiciar también un futuro más sostenible para las generaciones venideras”, concluyó Steiner.

Se destaca también el aumento de los niveles de mercurio en el Ártico.

Se calcula que cada año se depositan en el Ártico unas 200 toneladas de mercurio, por lo general procedentes de lugares muy alejados.

Los estudios concluyen que el nivel de mercurio en determinadas especies de la fauna ártica se ha multiplicado por diez en los últimos 150 años. Se considera que tal aumento se debe a la actividad humana.

Tendencias mundiales y efectos de las emisiones de mercurio

Los informes del PNUMA determinan que las emisiones mundiales de mercurio se han mantenido relativamente estables a lo largo de los últimos veinte años. Se calcula que en 2010 las emisiones derivadas de la actividad humana no superaron las 2.000 toneladas.

Si bien en la actualidad disponemos de más datos sobre el mercurio, el cálculo de las emisiones sigue siendo incierto, en un rango de 1010 a 4070 toneladas.

La combustión del carbón y el uso del mercurio para separar el metal del mineral en la minería de oro a pequeña escala siguen siendo las principales fuentes de emisión en todo el mundo.

Mujeres y niños, grandes víctimas

La mayor exposición al mercurio es una amenaza directa para la salud de entre diez y quince millones de personas que participan directamente en la extracción de oro a pequeña escala (especialmente en África, Asia y Sudamérica). Según los cálculos, en el sector trabajan alrededor de tres millones de mujeres y niños.

Existen métodos de extracción de oro con un bajo contenido de mercurio, o libres de él; no obstante, las condiciones socioeconómicas y el desconocimiento de los riesgos del mercurio obstaculizan la adopción de técnicas más seguras.

“Sabemos que la minería de oro artesanal y a pequeña escala es uno de los retos más importantes para la reducción de las emisiones de mercurio”, reconoce el uruguayo Fernando Lugris, Presidente del Comité Intergubernamental de Negociación.

“Sin olvidar las posibles repercusiones sobre el desarrollo nacional, debemos dar el paso y establecer metas y objetivos de reducción nacionales. También se deben tomar medidas orientadas a la formalización de un sector que, en gran medida, carece de regulación. De este modo, además de mitigar los riesgos que el mercurio acarrea para la salud, la legislación laboral reconocería un mayor número de derechos de los trabajadores”, añadió Lugris.

Carbón, otro emisor

La combustión de carbón es responsable de la emisión de unas 475 toneladas anuales de mercurio, lo cual representa el 24 % del total mundial.

Aunque la combustión de carbón ha aumentado en algunas regiones, la adopción de normas más estrictas sobre la polución en distintos países ha contribuido a reducir las emisiones globales de mercurio a causa de esta actividad, compensando de ese modo una parte de las emisiones que se derivan del auge de la actividad industrial.

Las publicaciones del PNUMA destacan otras fuentes de mercurio, tales como:

* La extracción de metales y la producción de cemento, mediante la extracción de combustible y la combustión de combustibles fósiles.
* La odontología. Cada año se usan unas 340 toneladas de mercurio para fabricar empastes y otros productos dentales; hasta 100 toneladas pueden llegar al flujo de residuos
* Productos de consumo como los dispositivos electrónicos, interruptores, baterías, bombillas de bajo consumo y cosméticos como las cremas para aclarar la piel y el rímel. El mercurio de tales productos también puede llegar al flujo de residuos.
* La producción de plástico, especialmente la fabricación de policloruro de vinilo (PVC). Existe una significativa demanda de PVC en muchos países en los que se desarrollan grandes proyectos constructivos.
* La industria cloroalcalina (la producción de cloro y sosa cáustica a partir de la sal).
* La extracción minera primaria, si bien esta práctica se limita actualmente a un reducido grupo de países, de los cuales solo Kirguistán sigue exportando.

Medidas relacionadas con el mercurio

En los informes se observa que en las últimas décadas se han intensificado los esfuerzos para abordar la amenaza del mercurio para el medio ambiente y la salud.

Entre las medidas adoptadas cabe destacar:

* La Alianza sobre Productos con Mercurio del PNUMA se ha marcado el objetivo de reducir un 70 % la demanda de termómetros y tensiómetros con mercurio para 2017.
* Estados Unidos ha ultimado un conjunto de normas relativas al mercurio y los gases tóxicos (Mercury and Air Toxics Standard) con el cual prevé reducir las emisiones de mercurio en 20 toneladas para 2016.
* La Unión Europea prohibió en 2011 la exportación de mercurio.
* Los planes de acción nacional de Argentina, Uruguay y otros países, respaldados por el PNUMA, buscaron soluciones respetuosas con el medio ambiente para el almacenamiento y la eliminación de los excedentes de mercurio y de los productos de desecho.

Lenta reacción

A pesar de estas medidas, la coordinación de acciones a nivel mundial para mitigar los riesgos para el medio ambiente y la salud derivados de la exposición al mercurio ha sido más lenta, se lamenta el PNUMA.

Sus estudios afirman que acelerar la acción (entre otras medidas, ultimar un tratado mundial vinculante y favorecer la disponibilidad de tecnologías con un bajo contenido en mercurio) puede reducir de manera espectacular la demanda de mercurio en la próxima década.

Para ello se debe interrumpir cuanto antes la extracción primaria de mercurio y satisfacer la demanda mediante inversiones en programas avanzados de reciclaje.

Los Gobiernos deben promover marcos regulatorios e incentivos para facilitar la transición a alternativas viables, seguras y rentables; de ese modo se reducirían las emisiones de mercurio y otros agentes contaminantes.