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BOGOTÁ, Febrero 7 de 2014.- Este año, el Día sin Carro en Bogotá, se vio nublado por los inmensos trancones que se generaron en las horas pico de la mañana. El balance final de la Secretaría de Movilidad destaca la movilización de más de 1,5 millones de pasajeros, el incremento en el uso de los buses del SITP y un total de 114.000 viajes en bicicleta.

De acuerdo con la evaluaciónd e la jornada, la Secretaría Distrital de Movlidad informó que el transporte público colectivo incrementó su velocidad en un 8,9 por ciento, pasando de 21,3 kilómetros por hora en un día normal, a 23 km en el día sin carro.

El transporte público individual incrementó su velocidad en un 5,4%, pasando de 32,3 kilómetros por hora a 34 km, en esta jornada.
Según el monitoreo realizado por el IDRD y la Secretaría de Movilidad, durante la jornada, el uso de la bicicleta aumentó en un 532% comparado con un día normal, lo que significa que 114.324 viajes se han efectuado por los 376 kilómetros de vías habilitadas para estos medios alternativos de transporte.

La entidad también registró, hacia el medio día, un aumento de usuarios del sistema masivo TransMilenio, en su componente troncal que pasó de 1.598.000 usuarios a 1.662.000, frente al día sin carro del año pasado.
Los buses zonales del SITP también incrementaron en su número de pasajeros, pasando de 333.000 de un día normal a 437.000 en la jornada de hoy.

Para los usuarios de los Cicloparqueaderos finalizada la tarde se registró un aumento de 10% pasando a 1.343 usuarios.

Por su parte, la Policía de Tránsito elaboró 322 órdenes de comparendo a los conductores de vehículos particulares que utilizaron su automóvil en el día sin carro y fueron 25 automotores inmovilizados.

De acuerdo con los datos de las 13 estaciones de monitoreo de la Secretaría de Ambiente, durante esta mañana de la jornada, el ozono pasó de 29 partes por billón a 25,8. El dióxido de nitrógeno pasó de 15,7 partes por billón a 9,9. El monóxido de carbono (CO) se mantuvo estable registrando 0,7 partes por millón.

Debido a la circulación de vehículos de carga y transporte masivo el material particulado, aumentó de 69,3 microgramos por metro cubico en un día típico a 75,2 el día de hoy.

En los operativos en vía, al control de gases de vehículos, fueron revisados 587 automotores, de los cuales 103 no pasaron, 70 tuvieron comparendos y 7 vehículos fueron inmovilizados.

EL DÍA CON OTROS OJOS

De otra parte, el Observatorio de Tránsito y Transporte de la Universidad Nacional, vio la jornada como la oportunidad para mostrar los grandes baches de la malla vial capitalina y el poco efecto que ha tenido esta fecha en desincentivar el uso del vehículo particular en la ciudad.

Bogotá puede seguir realizando cada año el Día sin Carro, pero el impacto no será el mismo mientras los temas álgidos y críticos de la movilidad en la ciudad continúen sin atenderse, afirmó el investigador Néstor Sáenz Saavedra, del Observatorio de Tránsito y Transporte de la Universidad Nacional de Colombia, para quien esta iniciativa puesta en marcha hace 14 años se ha convertido en una jornada que ha transformado las costumbres de los ciudadanos.

Pese a apreciaciones como éstas, la Secretaría Distrital de Ambiente, considera que se logra bajar los índices de contaminación y se ha logrado un mayor uso de la bicicleta como medio alternativo de movilidad urbana.

Lo que más me gusta de este día es que el planeta descansa, señaló un taxista abordado por Revista ECOGUÍA, en medio del monumental trancón que se generó en el centro de la ciudad y que prolongó los recorridos urbanos de la casa al trabajo o al estudio en hasta dos horas.

Se trata de una jornada de 13 horas en la que la ciudad funciona a media marcha. De tal manera que los ciudadanos han terminado adaptándose y planifican el día de manera diferente, afirma el experto.

Sáenz recuerda que el Día sin Carro fue pensado inicialmente para evaluar los avances de la ciudad en mejoras al transporte público, desincentivar el uso del carro e impulsar el uso de la bicicleta.

Estos tres objetivos, según expresa el profesor, se han desligado de un proceso de transformación de fondo. Así, por ejemplo, en materia de infraestructura la ciudad está colapsando, y la razón es evidente: la actualización de la malla vial lleva un retraso de 20 años, lo que ha convertido a Bogotá en una ciudad vulnerable.

En cuanto al transporte público, el proceso de implementación del sistema integrado avanza lentamente. Es indudable que la puesta en marcha de iniciativas como el Día sin Carro o el pico y placa no han hecho que los ciudadanos se suban al transporte público; al contrario, han incentivado la compra de un segundo y tercer carro. Sin embargo, la ciudadanía está esperando que el SITP funcione de verdad.

Con relación al transporte no motorizado, el profesor Sáenz subraya: La más grande infraestructura de ciclorrutas de América Latina se abandonó. Esta, que ha sido considerada como un patrimonio en materia de movilidad para Bogotá y para el país en el ámbito internacional, se encuentra actualmente en un estado lamentable.

Mejorar la conectividad de este sistema es uno de los principales retos que se deberían asumir desde el Distrito, así como la señalización y el estado de las vías, advierte el investigador, quien a manera de conclusión resalta que las medidas que se toman son aisladas, pues los programas no tienen continuidad y se centran en solucionar situaciones puntuales.