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Estudios técnicos presentados por Comfama muestran la incompatibilidad de la minería de metales con otras industrias productivas en el suroeste de Antioquia, como la agroindustria y el turismo. MesaTécnica del Suroeste de Antioquia le pide a la ANLA revisar los resultados de esta investigación antes de otorgar licencias de explotación de oro en la zona.

 JERICÓ (Antioquia).- Los impactos a perpetuidad más graves de la minería a gran escala en esta región de Antioquia serían  la alarmante disminución y posible contaminación de sus fuentes de agua (y afluentes del río Cauca), la devastación de su paisaje, la reducción de su fauna y flora, y la destrucción de su tejido social y de las vocaciones de sus comunidades.

Sobre los riesgos de megaproyectos mineros, el informe señala que 119 millones de toneladas de desechos mineros tóxicos quedarían represados en una colosal montaña artificial contaminada, para siempre, a dos kilómetros del río Cauca. Por la cantidad de lluvias de la zona en y su inestabilidad sísmica, estos lodos ácidos (posiblemente con altos contenidos de arsénico) contaminarán el río Cauca a perpetuidad, y podrían causar una tragedia de grandes proporciones, afectando el río, la vía 4G Pacífico 2, el proyecto Hidroituango y a las poblaciones ribereñas del río Cauca,  río abajo en Antioquia y Córdoba.

Frente a estas preocupantes conclusiones de los estudios de coexistencia presentados por la caja de compensación Comfama, en los que considera la inviabilidad del desarrollo del parque ecoturístico La Guamo, en convivencia con el proyecto de minería de metales de la multinacional AngloGold Ashanti, la Mesa Técnica del Suroeste de Antioquia, reiteró el detrimento patrimonial para la comunidad local del suroeste antiqueño que representa el proyecto minero extranjero y apoya el desarrollo de otras apuestas empresariales, acordes con la vocación y en el mejor interés de la región: ser despensa agroalimentaria del centro del país y continuar consolidando su red de patrimonio turístico.

Los estudios concluyen que existen impactos negativos irremediables, que podrían ser aún mayores a causa del cambio climático, aspecto que la multinacional no tuvo en cuenta en las modelaciones del EIA que entregó a la Autoridad Nacional de Licencias Ambeintales (ANLA).

“Creemos que el informe presentado por Comfama representa una gran oportunidad para que las comunidades en el Suroeste, Antioquia y Colombia conozcan de parte de una entidad neutra y sin ánimo de lucro las múltiples afectaciones que representa el proyecto de AGA en el territorio",destaca la Mesa Técnica, y agrega que "uchas de estas preocupaciones ya las había alertado Corantioquia en su informe".

Al respecto, señalan que a diferencia de la minera, la caja de compensación permanecerá aquí, como lo ha hecho desde hace muchos años y esperamos que el proyecto ecoturístico pueda desarrollarse en otro lugar de la región, pues esto es una apuesta por el desarrollo empresarial del siglo XXI, que es consciente de la posibilidad de generar desarrollo y bienestar en conjunción con la protección de la naturaleza”, comentó Claudia Vásquez, directora de la Mesa Técnica del Suroeste de Antioquia.

Según Comfama, estudios confirman que el EIA presentado por AGA ante la ANLA, toma dos modelos aislados e independientes en materia de hidrología e hidrogeología, sin atender a la evidencia del comportamiento interdependiente de esos sistemas, alterando o influenciando el resultado científico de su análisis. "Esta condición es grave, en especial porque al evaluarlos como ecosistema y sistemas dependientes se proyectaron los impactos del proyecto minero sobre el agua superficial en dos cuencas, La Guamo y Quebradona, esta segunda podría llegar a secarse cada dos o tres años, con todas las afectaciones que esto representa para los ecosistemas", observa.

En los informes también se confirma la disminución de los caudales del Río Piedras, La Quebrada La Fea y La Vainillala. Todo este sistema hídrico nutre las veredas de la región y está conectado con el río Cauca (sujeto de derechos junto con sus afluentes).

El informe confirma que el depósito de relaves, es decir los desechos de lo que se extrae de la tierra, será una montaña de material tóxico con una altura similar a la de la Piedra del Peñol (220 metros), con una ocupación de 160,2 Hectáreas (que equivalen a casi 200 canchas de futbol). A esto se suma el hundimiento de 72,8 hectáreas en la parte alta de la Peña (vereda Quebradona), equivalente a 90 canchas de fútbol. Estos dos elementos, destruirán irremediablemente el paisaje del territorio, afectarán la biodiversidad de la región e implicarán una pérdida de bosque, ecosistema y suelo productivo a perpetuidad.

En cuanto a fauna y flora, según los estudios de la empresa Emergente Energía Sostenible, más del 80% de la flora y fauna de la zona del valle dependen del acceso al agua, lo que significa que en caso de desarrollarse el proyecto minero, su supervivencia y regeneración estarían en peligro. En cuanto a la pérdida estimada de biodiversidad, bajo un escenario severo, podrían desaparecer el 75% de los mamíferos, 40% de aves y 88% de anfibios y reptiles. Estos daños se extenderían a corredores biológicos de especies endémicas, protegidas y en peligro, así como un Área Internacional de Conservación de Aves – AICAS, especialmente atractivos para el avistamiento y ecoturismo en los municipios de Támesis y Jericó.

Derechos de las comunidades

Según la Mesa Técnica, la información presentada por Comfama confirma las afectaciones reales del proyecto minero de la multinacional Anglogold y de un eventual cambio de vocación hacia la minería de metales a gran escala en el Suroeste. Estos argumentos le conceden a la comunidad las herramientas técnicas para proteger su territorio y vocación, y garantizar el respeto de sus derechos fundamentales, incluyendo el derecho de todas las comunidades directa e indirectamente afectadas a participar efectivamente, de las decisiones sobre su futuro, y el de sus generaciones venideras, que serán quienes enfrenten las consecuencias de lo que hoy se decida.

En su concepto, esa participación debe darse con plenas garantías y con base en información oportuna, veraz y completa. "A esa discusión se debe sumar, además, un análisis completo y ecosistémico de la pretendida explotación de los cinco yacimientos, pues además de Nuevo Chaquiro (reflejado en el EIA), la multinacional ha anunciado en el exterior que extraerá en etapas posteriores metales de otros cuatro yacimientos ubicados sobre la misma cuchilla. Los yacimientos La Aurora, El Tenedor, La Isabela y La Sola, se encuentran ubicados sobre cimas montañosas y estrellas hídricas.

"Confiamos en que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales dará la consideración seria que se merecen las alarmantes conclusiones de los estudios técnicos compartidos por Comfama, sin ánimo de lucro, de la mano de los estudios presentados institucionalmente por Corantioquia, los preocupantes pronósticos de calentamiento global para la zona del IDEAM, y las observaciones que hará la comunidad tamesina durante su próxima visita técnica de evaluación, entre otros", concluye el comunicado de la Mesa Técnica, en el cual destaca, además, que hay argumentos jurídicos y técnicos sólidos para rechazar la licencia ambiental del proyecto propuesto por Minera de Cobre Quebradona, dada su inviabilidad ambiental.