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Los jaguares están perdiendo, muy rápidamente, los territorios que necesitan para sobrevivir y el avance no regulado del aceite de palma disminuirá aún más su hábitat, alerta un estudio de Panthera, Organización Mundial de Conservación de Grandes Felinos.

 

BOGOTÁ.- América Latina está ad portas de convertirse en la segunda región productora de aceite de palma más grande del mundo después del sudeste asiático, tendencia que pondría en alto riesgo la conservación de grandes mamíferos si no se regula adecuadamente la conservación de los bosques, para evitar que estos se transformen en grandes plantaciones.

Dentro de este nuevo paisaje productivo, Colombia se perfila como el cuarto productor de palma de aceite en Latinoamérica, seguido de cerca por Honduras, Perú y Guatemala, lo que lleva a poner los ojos en estos territorios para que los cultivos se desarrollen de manera sostenible, por medio de la zonificación del paísaje, diseño de cultivos que preserven las fuentes de agua y las zonas forestales, además de prácticas de cosecha sostenible.

Para ello se requiere una acción rápida de las partes involucradas, advierte Esteban Payán, autor principal del artículo y Director del Programa Jaguar para América del Sur de Panthera, quien advierte que "la conservación de los mamíferos se ve gravemente amenazada cuando los bosques, y otros ecosistemas bien conservados, son transformados para la producción de aceite de palma, tal como se ha evidenciado en el sudeste asiático".

Según el investigador, “la expansión del aceite de palma no tiene que ser a expensas de los bosques nativos, nuevas fronteras de la palma de aceite deberían desarrollarse en ecosistemas degradados, sin requerir de nueva infraestructura". Al respecto, asegura que la creación y ampliación de carreteras es un catalizador tanto para la pérdida de hábitat como para la caza excesiva, los cuales son los dos motores principales de la extinción de mamíferos.

¿Palmas por bosques?

Las poblaciones de algunos mamíferos dependen de bosques intactos para su reproducción y supervivencia a largo plazo. Cuando las plantaciones de palma de aceite reemplazan los bosques, se producen cambios drásticos en las comunidades de mamíferos, que incluyen profundas disminuciones en la abundancia y la riqueza de especies. Extinciones locales ya se han documentado en el sudeste asiático y el Neotrópico.

En el sudeste de Asia y América del Sur, el 45% y el 31% respectivamente de las plantaciones de aceite de palma muestreadas provenían de áreas que eran bosques en 1989. Las especies de mayor tamaño como tigres y jaguares que necesitan grandes áreas para sobrevivir son las más vulnerables, y las primeras en desaparecer cuando se produce la pérdida de bosques.

Estas disminuciones pueden causar un incremento en mesopredadores, ya que la disminución y/o desaparición de los grandes predadores deja espacio para carnívoros más pequeños y adaptables, como civetas y gatos leopardo en el sudeste asiático, u ocelotes, yaguarundis y zorros en América Latina. Estas especies menores son muy adaptables y, a diferencia de los jaguares y tigres, pueden sobrevivir con una dieta a base de roedores dentro de las plantaciones.

El estudio demuestra que muchas de las áreas ideales para la producción de aceite de palma en el Neotrópico constituyen bosques primarios extensos con un alto valor de conservación. Sin embargo, hay áreas extensas de pastoreo excesivo que los productores de palma de aceite podrían utilizar. El aceite de palma y los paisajes agrícolas podrían apoyar la dispersión de especies a través de corredores, siempre y cuando se mantengan los humedales y bosques. Los tigres, los osos malayos, los orangutanes y los jaguares pueden usar las plantaciones agrícolas para moverse, siempre que dichas plantaciones estén cerca de bosques bien conservados e incluyan bosques ribereños y parches forestales más pequeños.

Sin embargo, hacerlo requiere una planificación y gobernanza efectiva del uso de la tierra, elementos difíciles de lograr en América Latina, debido a la débil presencia institucional, los retos de la tenencia de la tierra y la corrupción.

Dentro de las plantaciones, la complejidad del sotobosque, las cosechas manuales, las horas de trabajo exclusivamente diurnas, los cruces en los canales de drenaje y la prohibición de la caza y los incendios ayudan a retener ensambles ricos de mamíferos tanto en el sudeste asiático como en América Latina.

Es necesario una certificación más estricta ligada a resultados verificables de conservación de la vida silvestre. “La Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO por su sigla en inglés) puede proporcionar beneficios socioambientales”, afirma, por su parte, la doctoraValeria Boron, coautora y Coordinadora Científica del Corredor Jaguar en América del Sur para Panthera “Sin embargo, aún existen dudas sobre su efectividad, especialmente para especies como jaguares que necesitan áreas para recorrer que son mucho más grandes que cualquier plantación”.

“La industria del aceite de palma en América Latina puede evolucionar de manera sostenible a través de la zonificación del paisaje, los diseños de cultivos que preservan el agua y las áreas forestales, y las prácticas de cosecha”, sostiene Howard Quigley, director Ejecutivo del Programa Jaguar y Ciencia para la Conservación de Panthera, pero, “se requieren medidas urgentes”, concluye.