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La ciberacción, según información de Greenpeace, está acompañada por una animación que explica cómo BNP, el grupo bancario que más invierte en la industria nuclear en el mundo, tiene la intención de proporcionar un financiamiento de 1.1billón de euros para la construcción del reactor nuclear Angra 3, a 150 kilómetros de Río de Janeiro, como parte de un consorcio de bancos franceses.

En París, los activistas utilizaron un camión blindado con el logo del banco para dejar bolsas con dinero que calificaron de ?radioactivo? en las puertas de Areva, la empresa encargada de la construcción de Angra 3, dejando al descubierto el vínculo entre ambos. Días atrás, voluntarios de Greenpeace colocaron carteles cerca de sus sucursales y stickers en sus cajeros automáticos que preguntaban a los clientes: "?Usted sabe lo que su banco hace con su dinero?".

La construcción de Angra 3, según informó la organización, comenzó en 1984 y se detuvo en 1986 tras el desastre nuclear de Chernobyl, cuando los bancos se retiraron su financiación. La mayoría de los equipos que se utilizarán para construir el reactor son anteriores a Chernobyl y fueron abandonados durante los últimos 25 años. Ahora, advierten, "son obsoletos y, por lo tanto, muy peligrosos, dado que no cumplen las actuales normas de seguridad".

De acuerdo con la consigna de Greenpeace, "Angra 3 debe ser cancelada. Utiliza tecnología muy vieja que ni siquiera está permitida en los países que invertirán en ella. Nunca existió un análisis apropiado sobre su seguridad y la legalidad del proyecto está en duda. No beneficiará al pueblo de Brasil".

"Por mucho tiempo los jugadores financieros nos han estado diciendo que no son ellos los responsables del camino que está tomando la energía, que es un problema político. En realidad, sí son responsables, así como lo son también los fabricantes que permiten que estos proyectos nucleares peligrosos vean la luz del día, -dijo Sofía Majnoni d'Intignano, miembro de la campaña nuclear de Greenpeace Francia.