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Lóndres, abril 9 de 2013.- Los vuelos a través del Océano Atlántico norte podrían experimentar un creciente número de turbulencias a mediados de siglo XXI, como consecuencia del cambio climático.

Según lo publica la revista Nature Climate Change, la aviación civil, responsable de grandes emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, experimentará mayores y más frecuentes turbulencias atmosféricas.

De acuerdo con el artículo de la citada publicación, científicos británicos elaboraron un modelo matemático para simular los cambios previstos en las corrientes de chorro, gigantescas masas de aire que se desplazan por la atmósfera, al duplicar la cantidad de CO2 presente.

Los expertos usaron un supercomputador para simular posibles cambios en las corrientes de aire por encima de 10 kilómetros de altura y centraron el estudio en el corredor del Atlántico norte, que registra unos 600 vuelos al día entre América y Europa.

Los investigadores mostraron cambios significativos en las turbulencias en cielos despejados, en la zona que atraviesan los vuelos transatlánticos a una altitud de crucero, cuando se doblaba la concentración del dióxido de carbono.

Este tipo de turbulencias son difíciles de evitar porque ni los satélites ni los radares que llevan a bordo los aviones pueden localizarlas y están vinculadas a las corrientes de chorro.

Si los vaticinios del cambio climático se cumplen, la amplitud de la zona del Atlántico Norte afectada por el calentamiento global también podría aumentar, provocando daños financieros e incomodidad en los aviones, estima el estudio, dado a conocer por la agencia de noticias Prensa Latina.

Cuando los vuelos se desvíen para volar alrededor de la turbulencia en lugar de atravesarla, la cantidad de combustible consumido aumentará y también el costo de los pasajes", declaró Paul Williams, científico de la Universidad de Reading.

Además de las molestias a los pasajeros, estos fenómenos causan daños estructurales en los aviones, concluyó Williams.